Velas

OPINIÓN

Por Jesús Chirino*

En este sistema, perverso, hay luces de reflectores y penumbras.

Hay luces que brillan y encandilan a quienes terminan creyendo que debe aceptarse lo decidido por aquellos que comen opíparamente y descansan en mullidos ropajes. Luces de escenarios montados por comunicadores distraen las miradas para que no enfoquen en donde está lo que no debería verse.

Este sistema coloca a unos pocos bajo los reflectores, haciéndolos brillar hasta capturar el deseo de muchos. Pero todo ese resplandor no le es propio, son reflejos de aquello que restan a otros.

A muchos, este sistema los condena a la penumbra; a que no puedan ver más allá de sus manos; quiere que no sean conscientes de su luz propia.

Hoy, en Villa María, porque alguien no pagó la energía eléctrica el comedor “Nocherito” quedó en penumbra. Alguien que trabaja para la oscuridad; que resta luces y roba reflejos que no le son propios, hizo que los niños que comen en el lugar no tuvieran ni una bombita eléctrica para alumbrar su plato de comida ¿qué alguien de una definición práctica y más contundente de abandono de la niñez?

No existen dudas, se trata de un sistema perverso. Luego aparecerán “razones”, dedos que señalaran como culpables algunos actores de reparto. Alguien dirá que esto o que aquello. Pero quizás nadie hable acerca de que no tenemos un sistema que asegure los derechos de los niños y las niñas en esta ciudad. Todo lo otro será palabrerío para que no se vea la penumbra en la cual empujan a miles de chicos en la ciudad. Se trabaja para otra cosa, pero el poder no hace lo suficiente y todo lo que diga son excusas.

En este sistema hay reflectores, penumbras y también velas que con sus pequeñas luces alumbran mucho más que el plato de comida que esta noche comen los niños y las niñas del Nocherito. Fueron prendidas por manos que resisten y se oponen a este sistema egoísta que quiere condenarlos a la penumbra.

Son velas que terminan con la oscuridad de la aceptación de lo que el poder manda. Luces que alumbran la solidaridad que florece en cada merendero y comedor de la ciudad. Velas cuya luz no es robada ni prestada por los que tienen los reflectores del poder.

Que nadie sople fuerte creyendo que podrá apagarlas, porque quizás aviven esas llamas que simbolizan la necesidad de repartir mejor la luz que alumbra las vidas en esta sociedad.

*Docente y periodista. Secretario General de la Unión de Trabajadores de Estados Municipales (UTEM-CTA). Secretario Gremial de la CTA Autónoma Regional Villa María