Ernesto Cardenal: El poeta de la Revolución

Por Manuel Justo Gaggero*

Ayer falleció en Managua el sacerdote trapense y extraordinario filósofo y poeta Ernesto Cardenal, a los 95 años. Desde su mítica Isla de Solentiname produjo una extraordinaria obra literaria entre las que se destacan el “Evangelio de Solentiname”, “Oración por Marilyn Monroe y otros poemas” y “Canto General”.

Adhirió fervorosamente a la Teología de la Liberación y su libro “En Cuba” fue clave para que los católicos bien intencionados comprendieran los logros y avances ,en todos los planos, de la Revolución Cubana. Asimismo un largo
diálogo con Fidel Castro que tituló “Cristianismo y Revolución” permitió conocer y difundir el pensamiento del líder cubano sobre la Religión.

Firme opositor de la dinastía somocista se sumó, como colaborador, al Frente Sandinista de Liberación Nacional. En los 70 integró el llamado “Grupo de los 12” en el que participaban, entre otros, Sergio Ramírez Mercado y Ernesto
Castillo Martínez. Este fue clave para lograr el apoyo internacional al Movimiento Revolucionario que tuvo su máxima expresión al reconocer, los gobiernos de México y de Francia, como beligerante al FSLN.

Luego del triunfo de la Revolución el 19 de julio de 1979 asumió el cargo de Ministro de Cultura, secundado por Gioconda Belli. Desde ese lugar realizó una intensa actividad difundiendo todas las expresiones culturales nacionales e internacionales. Abrió las puertas del Teatro “Rubén Darío” a poetas y músicos latinoamericanos entre los que recuerdo a Silvio Rodriguez, Mercedes Sosa, Juan Gelman y Eduardo Galeano, entre muchos otros.

Esta integración al Gobierno Sandinista le significó una seria reprimenda del Papa Juan Pablo Segundo y la suspensión como sacerdote. Recuerdo que el mencionado Pontífice le dio una bofetada en público al descender del avión que lo trasladaba desde Roma a la capital nicaragüense.

En esos días fueron asesinados, por los ex Guardias Nacionales que operaban en la frontera con Honduras y Costa Rica con el apoyo de los Estados Unidos y de la Dictadura genocida argentina, un grupo de jóvenes estudiantes que integraban una columna del Ejército Popular Sandinista.

Era una persona muy especial, de una gran humanidad y humildad. Cuando regresé al país en 1984, luego de permanecer como exiliado en la Patria de Sandino durante casi cinco años, recibí una carta de éste en la que me decía que una editorial argentina había publicado varios libros de su autoría sin pagar los derechos. Me preguntaba si estaba en condiciones de hacer algo y me aclaraba que no podía enviarme dinero alguno para pagar tasa y gastos por la situación que se vivía en su país; amenazado permanentemente por el Gobierno de Reagan.

Le contesté que para mí era un honor representarlo e inicié el juicio logrando finalmente un resultado favorable. Cuando lo llamé para informarle que habíamos ganado y que tenía un suma de dinero importante para enviarle
no lo podía creer. Su agradecimiento y la alegría que trasmitía fueron la mejor compensación. Sin duda que nunca hubiera esperado que quienes ocuparon el Gobierno en forma despótica lo trataran de despojar de su mítica Isla y le hicieran objeto de todo tipo de agravios.

Los que se adueñaron de la historia de este país de “lagos y volcanes” se olvidaron que los procesos revolucionarios
tienen como principales protagonistas y destinatarios a los pueblos y que estos tienen memoria.

La sanción de Juan Pablo Segundo le fue levantada en el 2014 por nuestro compatriota el “Papa Francisco”.-

Solo nos queda despedirlo con un “Hasta la Victoria. Siempre”.

*Abogado y periodista. Ex Director del diario “El Mundo” y de las Revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”