Se rompió un dique en la mina de uranio abandonada Los Gigantes

Se rompió la geomembrana que garantizaba la impermeabilización del Dique 3 de la mina de uranio Los Gigantes, actualmente abandonada. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) informó que efectuó reparaciones, pero vecinos de la zona insisten en que las filtraciones continúan. En el complejo abandonado quedaron depositadas millones de toneladas de residuos sólidos y líquidos, con contaminación radiactiva y química. Situado a 30 kilómetros al oeste de Carlos Paz, la zona recibe importantes lluvias y es naciente de varios cursos de agua, siendo el colector principal el río San Antonio, que desemboca en el dique San Roque, una de las fuentes de agua potable de la ciudad de Córdoba. Los pasivos ambientales a perpetuidad que deja la minería a gran escala representan un riesgo permanente. 

Por Cristian Basualdo (*), para No a la Mina.

Sierras Grandes, Provincia de Córdoba.— El Dique 3 del ex Complejo Minero Fabril Los Gigantes acumula efluentes de operaciones mineras realizadas en la década de 1980. Debido a roturas en la geomembrana perdió la impermeabilización.

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) informó que efectuó reparaciones, pero vecinos de la zona insisten en que las filtraciones continúan. En los últimos días, observaron máquinas y camionetas de la CNEA ingresando al predio.

Los datos

Las ruinas del Complejo Minero Fabril Los Gigantes están ubicadas a unos 30 kilómetros al oeste de Villa Carlos Paz. La zona recibe importantes lluvias y es naciente de varios cursos de agua, siendo el colector principal el río San Antonio, que desemboca en el dique San Roque, una de las fuentes de agua potable de la ciudad de Córdoba.

En el complejo abandonado quedaron depositadas millones de toneladas de residuos sólidos y líquidos, con contaminación radiactiva y química, además de edificios contaminados.

La historia

La mina operó desde 1982 hasta 1989 mediante un contrato entre la CNEA y la empresa Sánchez Granel Ingeniería S.A. El método de extracción del mineral de uranio fue a cielo abierto en una cantera.

El tratamiento del mineral se realizó por medio de las operaciones de trituración, lixiviación en pilas utilizando ácido sulfúrico, fijación en resinas de intercambio iónico, elución, precipitación y secado.

Los efluentes líquidos generados en este proceso fueron depositados en diques localizados en el sitio (el principal y los números 0, 1, 2 y 3). El Dique principal es una presa de material suelto de unos 20 metros de altura, construida sin control de calidad sobre una quebrada natural, el ángulo del talud no es apropiado para una obra de carácter definitivo. Los Diques 0, 1, 2, 3 se encuentran emplazados en una terraza escalonada. El lodo acumulado en su interior tiene un espesor de unos 5 metros. Los diques fueron tapados con colas de mineral. La CNEA precisó en un documento de 1998 que el Dique 3 contenía 17.000 metros cúbicos de lodos, la misma cantidad de cobertura de mineral, y una superficie de 8.900 metros cuadrados.

La versión oficial

La CNEA confirmó que: “Se realizó la impermeabilización en el dique 3 debido a que se produjeron roturas de la geomembrana por la acción de vientos de intensidad mayor a 100 km/h. A principios del año 2024 se concluyó la reparación con geomallas, geotextiles y geogrillas para que actúen de mejor anclaje”, mediante una nota emitida el 4 de agosto de 2025.

El Departamento Comunicación Pública y Canales Digitales de la CNEA dijo, el 8 de septiembre de 2025, que: “En el Sitio Los Gigantes únicamente se realizan tareas de mantenimiento y control de pasivos ambientales, sin registrarse incidentes.”

Impactos ambientales de la mina abandonada

Actualmente, los restos del complejo son un testimonio material de la gran cantidad de residuos que deja la energía nuclear. Para obtener unas 206,7 toneladas de uranio se generaron 2,4 millones de toneladas de colas de mineral, 1 millón de toneladas de estériles de cantera, y 600 mil toneladas de marginales.

Las colas de mineral se forman con el material del cual se ha extraído la mayor cantidad posible del uranio que contenía, un 70 por ciento de la radiactividad original del mineral permanece en las colas, que además están contaminadas con metales pesados y otros químicos.

Los muestreos efectuados por la CNEA antes del inicio de las operaciones del complejo y después de su cierre, demostraron que “las características químicas del agua superficial y subterránea están influenciadas por la actividad minero-industrial existente en el complejo (colas de mineral, efluentes, etc.)”.

A fines del siglo pasado, la CNEA inició gestiones ante el Banco Mundial para implementar el denominado Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería de Uranio (PRAMU), que no tuvo efectos prácticos en el ex Complejo Minero Fabril Los Gigantes, donde solo se efectuaron estudios y proyectos que nunca se concretaron.

En el documento titulado “Ingeniería de detalle para el proyecto de restitución ambiental minera en el Sitio Los Gigantes”, fechado en diciembre de 2016, entre las tareas proyectadas que nunca se concretaron estaban: la gestión del efluente líquido, obras de estabilización física, hidrológica, geoquímica y radiológica en el sector diques. En el mismo documento la CNEA advirtió que los componentes del “pasivo ambiental minero Los Gigantes” representan “riesgo de impactos potenciales para la salud de la población, el ecosistema circundante y la propiedad”.

(*) Periodista socio ambiental, miembro del Movimiento Antinuclear de la República Argentina

Fuente: www.noalamina.org