A los patrones no les gusta el reclamo de los trabajadores: Huelga en el Palace de Villa María

Por Jesús Chirino*

En la esquina de Antonio Sobral y Mendoza de la ciudad de Villa María, a metros del trazado ferroviario, se erige la sede principal de la administración municipal. Se trata de un edificio “con mucha historia”, construido a principio de los años 30, como un hotel modelo, y refuncionalizado como sede del Poder Ejecutivo Municipal a finales de los años 80 del siglo pasado. Nunca estuvo al margen de los habituales reclamos que los trabajadores hacen a la patronal.

Uno de esos conflictos inició en enero de 1947.

Solidaridad entre trabajadores

Los trabajadores gastronómicos de Córdoba capital elevaron un petitorio a su patronal con varios reclamos del sector. Como no se les respondió, todas las organizaciones gremiales de esa actividad laboral en la provincia se solidarizaron decretando un paro de 24 horas. En Villa María se cumplió con la medida de fuerza. En el caso del Palace Hotel el patrón vio con desagrado el paro solidario de los empleados del lugar y despidió a todos aquellos que adhirieron a la medida gremial.

Por aquellos años, en el edificio del Palace funcionaba el ostentoso hotel para el cual había sido construido. Sin dudas el más lujoso de la ciudad, destacándose sus 120 habitaciones “de primera con baños privados”, los servicios de restaurante y confitería. El funcionamiento del emprendimiento era posible gracias al esfuerzo diario de un importante conjunto de trabajadores y trabajadoras que, ante la extensión del conflicto de los gastronómicos de Córdoba, apoyaron a sus colegas poniendo en práctica la solidaridad de clase. Debe dejarse consignado que similar comportamiento tuvieron los gastronómicos que trabajaban en otros hoteles, bares, confiterías, restaurantes de la ciudad. Así fue que esos establecimientos mantuvieron cerradas sus puertas durante el día de paro.

Pero, como es sabido, la solidaridad entre pares es mejor vista si es entre patrones, pero no gusta mucho si es entre trabajadores. En esos casos se producen reacciones que intentan limitar los derechos. En la huelga solidaria de 1947 reaccionó, de manera muy dura, el dueño del lujoso hotel ubicado frente a la plaza Independencia.

Interviene la Secretaría de Trabajo

Cuando, luego de los tradicionales festejos de reyes y ya solucionado el conflicto en la ciudad de Córdoba, los gastronómicos reanudaron sus actividades sin muchos problemas, en el Palace Hotel la cosa no fue así, pues al propietario del establecimiento, Miguel A. Blanco, no le agradó que se hiciera la huelga. El empresario consideró que los trabajadores no habían tenido causa justificada alguna para no concurrir a trabajar el día del paro. Con base en ese razonamiento entendió que los empleados del lugar habían faltado al contrato de trabajo y que existía razón para despedirlos. Por ello no dudó en echar a todos los trabajadores que habían adherido al paro.

Ante ese escenario intervino la Delegación Regional de la Secretaría de Trabajo y Previsión, repartición oficial que entonces se encontraba transcurriendo un muy especial período de su existencia, pues hacía dos meses que su sección contaduría estaba intervenida. Lisandro Videla había estado al frente del organismo oficial. Algunos medios de prensa locales señalaron que este mismo funcionario fue quien pidió la intervención de la Secretaría a partir de sospechas de malos manejos administrativos en la dependencia. A raíz de la denuncia fue suspendido, de manera inmediata, el contador Anselmo J. Chierano. Tiempo después llegó a la ciudad Helio Juárez, para ponerse al frente de la intervención. Luego fue remplazado por un nuevo interventor apellidado Fullone, quien ejercía el cargo durante el conflicto de 1947 que nos ocupa.

La patronal le mandó telegrama a Perón

Con la Secretaría de Trabajo dentro del conflicto, el 8 de enero se conoció que el dueño del Palace mandó un telegrama al primer mandatario provincial en el cual escribió: “Solicito a V. E. garantía para la libertad de trabajo, a fin de desenvolver normalmente las tareas en el Palace Hotel”. En la misma nota acusó a los trabajadores de “instigar” a “las autoridades de la Delegación Regional de la Secretaría de Trabajo y Previsión para tratar de impedir el ejercicio de las tareas del nuevo personal…”. Blanco había tomado a trabajadores para que remplazaran a los despedidos. Eso llevó a que los cesanteados armaran un piquete que impedía el ingreso de “los nuevos” trabajadores con los cuales se intentaba remplazarlos. También interpelaban a los clientes que aún asistían al local. Ante este accionar Blanco, en su rol de patrón, realizó una denuncia criminal ante la Justicia, contra los trabajadores que defendían sus fuentes de trabajo. Las autoridades dispusieron que policías de la provincia se apostaran en las inmediaciones del hotel que terminó cerrando sus puertas.

Desde la Delegación Regional de la Secretaría de Trabajo y Previsión se conminó al propietario del establecimiento para que reincorporara al personal. En desacuerdo con esto, Blanco dirigió sendos telegramas al primer mandatario de la Nación, Juan Perón, y al ministro del interior, Angel Gabriel Borlenghi, acusando a la intervención de la delegación de la Secretaría de Trabajo de parcial y demandando “libertad del trabajo”.

Regreso al trabajo

A esa altura de los acontecimientos se hacía evidente el fracaso de las negociaciones iniciadas por representantes locales de Trabajo y Previsión. Persiguiendo la solución del conflicto Blanco fue invitado a viajar a la ciudad de Córdoba para entrevistarse con Argentino Auchter, gobernador provincial que llegó al cargo mediante una alianza de un sector del radicalismo y el Partido Laborista (peronismo). Luego de la reunión se reanudaron las tratativas directas entre la patronal y los propios trabajadores. En la tarde del lunes 13 de enero se sucedieron varios encuentros entre las partes. En una de esas tensas reuniones el dueño del Palace Hotel accedió a la reincorporación de todos los empleados cesanteados, abonándoles los días que permanecieron inactivos por el cierre del establecimiento.

La prensa de la época publicó que Blanco también accedió a abonar “el sobresueldo anual que con carácter de aguinaldo establece el Decreto Nº 33.302” dictado el 20 de diciembre de 1945 a instancias de Perón y firmado por el presidente Farrell. La norma creó el Instituto Nacional de Remuneraciones, que entre otras funciones tenía la de fijar el salario mínimo y se instituía el sueldo anual complementario o aguinaldo que, hasta esa fecha, solo se cobraba en algunas actividades.

Los gastronómicos del Palace Hotel y Miguel Blanco, el patrón, rubricaron el acuerdo en la sede de la Delegación Regional de Trabajo y Previsión. Terminada la hostilidad patronal, el martes 14 los policías pudieron regresar a su trabajo habitual, las puertas del hotel más importante de la ciudad volvieron a abrir. Los trabajadores y las trabajadoras reanudaron sus tareas habituales, la solidaridad con sus pares les había costado varios días de zozobra.

*Docente. Periodista. Secretario General de la Unión de Trabajadores de Estados Municipales (UTEM-CTA). Delegado Normalizador de la CTA Autónoma Regional Villa María

Fuente: www.eldiariocba.com.ar