Ana Rameri: “Se consolida un piso de desigualdad más elevado”

El ciclo paritario 2022 arranca con sus primeros trazos. Tanto desde el gobierno como desde los gremios la consigna es “ganarle a la inflación”. Una inflación que le viene ganando a la mayoría de los sectores al superar previsiones y al adelantarse a las revisiones prefijadas, mientras devora el poder adquisitivo de los trabajadores, especialmente en esos baches entre acuerdo y acuerdo.

Ana Rameri (foto), coordinadora del Instituto de Pensamiento Políticas Públicas (IPyPP) que fundara el director del Banco Nación, Claudio Lozano, consideró que el escenario paritario de este año es “complejo aunque todavía incierto”, precisamente teniendo en cuenta que “todavía se están llevando a cabo las negociaciones con el FMI, donde el tema de fondo es la velocidad del ajuste fiscal que se terminará realizando”.

“Ya el año 2021 finalizó con un recorte mayor al esperado (se esperaba un déficit primario del 4,2% y fue del 3%) que se planea sostener el 2022 y acelerar luego. Esta claro entonces que en el marco de una estrategia oficial de recorte, las perspectivas de crecimiento se ven comprometidas. La experiencia reciente además nos indicó que el sector privado tiene serias dificultades para encarar por sí solo una recuperación sostenida (recordemos que cuando el Estado corta los ATP, el IFE y demás subsidios, la tasa de crecimiento mensual comenzó a desacelerar abruptamente)”, detalló la especialista en sectores populares del instituto.

En definitiva, “el crecimiento lento parece ser el objetivo buscado, para pisar importaciones y disponer de los dólares necesarios para el pago de la deuda. Una lamentable exigencia que pesa sobre la disponibilidad de reservas para el pago de una deuda ilegítima, plagada de irregularidades como es la contraída con el fondo durante la gestión de Cambiemos y que se autoimpone al gobierno límites severos para la recomposición salarial”, señaló.

Y remarcó que “se pierde de vista que lo que se consolida, de esta manera, es un piso de desigualdad más elevado. Recordemos que en el último período, desde el primer trimestre del 2020 al segundo trimestre del 2021, la masa salarial perdió nada menos que 8,3 p.p. del PBI y el ingreso mixto (que incorpora mayoritariamente al autoempleo) perdió otros 2 p.p.. Es decir, que los/as trabajadores/as vieron detraer 10p.p. del PBI en términos de su participación. Mientras el excedente de explotación (luego convertido en ganancia empresarial) sumó 13,4 p.p. a su favor”.

En resumen, para la economista este año no pareciera tener en el horizonte ningún escenario que revierta ese proceso de deterioro salarial en la medida que en la agenda oficial se privilegie un acuerdo con el FMI en buenos términos. Además, “los elevados niveles de inflación que oscilan el 50% anual -y que en realidad son un síntoma de una disputa distributiva desfavorable a la clase trabajadora- suelen ser la excusa perfecta para ponerle techo a la discusión de la recuperación del salario omitiendo el control que todavía falta hacia los formadores de precios”.

De allí que, en conclusión,“creo que en el mejor de los casos tendremos un empate entre salario e inflación que se terminará concretando, como suele suceder en la primera parte del siguiente año, a través de las cláusulas de revisión por inflación”, remató Rameri.

Por su parte, el Secretario General de la CTA Autónoma y AMSAFÉ Rosario, Gustavo Teres, aseguró desde ya que la negociación salarial de los docentes rosarinos partirá con un reclamo de “un aumento significativo en el primer tramo que permita recomponer desde el inicio de la paritaria los últimos cuatro años de pérdida, y la aplicación de una cláusula gatillo mensual para evitar al máximo posible la devaluación.

Asimismo, se exigirá el aumento de las asignaciones familiares más bajas, la eliminación de cifras no remunerativas, regularización de cargos, construcción de escuelas y mejoras edilicias y fundamentalmente, “que ningún docente cobre por debajo de la línea de pobreza”.

Teres advirtió que, “las negociaciones paritarias no están por fuera del peso de la deuda con el FMI. Si el gobierno se subordina, todo va a caer nuevamente sobre las espaldas del trabajador”.

Fuente: www.lacapital.com.ar