Claudio Rodríguez: “Somos socios en el desastre, en las ganancias no”

Claudio Rodríguez es Secretario General del Sindicato Regional Unión del Personal de Panaderías de Villa María Córdoba (S.R.U.P.P-CTA) y Secretario Gremial de la CTA Autónoma de la provincia de Córdoba. En diálogo con esta Agencia elogió la participación de la juventud en la construcción cotidiana de la Central, fustigó el ajuste, los magros salarios y la alta inflación y advirtió que no sigan tirando de la soga porque en algún momento el pueblo se va a levantar.

-¿Cómo está viendo la situación de los trabajadores y trabajadoras respecto al salario, la informalidad laboral y falta de empleo?

-Contesto con un ejemplo: Mi papá en la década del 80 era maestro panadero y jefe de familia. Nosotros hicimos el primario, el secundario, mamá era ama de casa y mi padre iba a trabajar todos los días a la panadería y con ese sueldo mantenía a la familia. Entonces los salarios eran dignos y cuando íbamos al supermercado llenábamos el changuito para todo el mes y los precios estaban más o menos acordes. Hoy es un desastre. Los bajos salarios hacen que todo el grupo familiar tenga que salir a trabajar para llegar a duras penas a fin de mes. Nos han dejado sin moneda. Los distintos desaciertos de los gobiernos de turno sea por malas prácticas económicas,o por ineptitud o decisión política nos han hundido a todos los trabajadores.

-¿Respecto al trabajo en negro?

-La informalidad laboral es todo un tema. Nosotros nos constituimos en alguna panadería donde tenemos información de gente en negro y nos encontramos de repente que son panaderías pymes, porque salvo Bimbo y Fargo, o La Veneciana en Río Cuarto, la mayoría de la actividad está regida por pequeñas industrias como en Villa María donde las panaderías no pasan de 30 o 35 empleados. Entonces nos encontramos que en esas empresas pequeñas los patrones tratan directamente con los trabajadores y pactan mantener el trabajo en negro hasta ver qué pasa. Nos cuesta muchas veces convencer al compañero de que es importante la registración laboral porque el trabajador alega que prefiere tener más plata en el bolsillo. Nosotros hacemos un gran esfuerzo para registrarlos, pero muchas veces nos topamos con esa realidad.

-¿Considera que la inflación opera como mecanismo de ajuste al pulverizar los salarios y convertir a los trabajadores y trabajadoras cada día un poco más pobres?

-Es muy triste la situación que estamos atravesando. Muy triste. El salario en la Argentina está totalmente deprimido. De tener los mejores sueldos de Latinoamérica hoy somos la vergüenza. Si no se para la inflación los únicos que van a seguir sufriendo siempre somos los trabajadores. Los políticos no tienen problemas porque tienen sus beneficios como gerentes de la clase poderosa. A la fiesta ésta concurren algunos y después la pagamos todos y no nos invitaron. Somos socios en el desastre, en las ganancias no. No tenemos moneda y eso nos condena a que nuestros salarios siempre estén por debajo de la Canasta Básica, porque se supone que hoy el trabajador tiene que estar cobrando entre 76 y 80 mil pesos para no ser pobre y no hay ningún Salario Básico de esos niveles salvo algunos sectores de servicios como bancarios o camioneros. El que alquila y tiene 2 o 3 hijos es terrible, no hay plata que alcance. Pierde la mitad del salario o más pagando los gastos fijos de cada mes. Ya sólo se trata de sobrevivir mes a mes.

-¿Entonces?

-Al pato de la boda lo vamos a pagar nosotros, no lo van a pagar los sectores altamente privilegiados porque ellos consideran que están más allá del bien y del mal, los simples mortales vamos a seguir pagando hasta que el pueblo salga a la calle, se movilice y se ponga de pie para frenar el ajuste y hacer una revolución en paz, una rebelión fiscal. El destrato que sufrimos los trabajadores y los jubilados es intolerable y sin embargo hasta en la Caja de los Jubilados meten mano para hacer política. Va a llegar un momento en que no vamos a poder comprar un kilo de pan. Estamos devaluados y sin rumbo y el pueblo en algún momento se va a levantar si siguen tirando de la soga. El acuerdo con el FMI va a significar más ajuste y en consecuencia mayor conflicto social.

-¿Cómo observa el desarrollo de la CTA Autónoma en la provincia en cuanto a su representación, nivel de referencia y participación en el territorio?

-Aunque yo participo poco en el quehacer de la Central porque he tenido un año complicado en lo personal y familiar y con muchos viajes en el medio porque el gremio de panaderos de Villa María tiene una zona de actuación grande para atender, siempre estoy atento a todo. Veo que se trabaja sin prisa pero sin pausa, siempre para adelante, con mucha participación de chicos y chicas, de jóvenes. Me encanta la juventud activa con ganas de participar. Eso es lo que se necesita, sangre joven que no esté contaminada como la nuestra, la de los viejos, porque el sindicalismo también se ha dormido. La juventud, a falta de líderes, es la que tiene que organizarse como lo está haciendo acá en Córdoba, siempre Córdoba la que da la nota, en este caso para bien. Uno al ver esto se queda con cierta paz en el alma. Es ver que la chispa todavía está encendida. Hay que seguir así, organizando a la gente sindicalmente, que sepan cómo defender a los compañeros y compañeras que tienen al lado. La CTA Autónoma de Córdoba tiene que estar siempre alerta y eso lo hace la juventud. No ambiciono nada en lo personal, sólo quiero ver un país de pie, laburando y digno de toda dignidad. Los únicos que pueden abrir esa brecha son los jóvenes. Ese es el semillero nuestro. Que no aflojen. Siento orgullo por lo que hoy pasa con nuestra Central.