El 13 de octubre se cumplieron 43 años del fallecimiento de Antonio Berni, y lo recordamos por su obra caracterizada por asociar la tradición figurativa de la pintura con las vanguardias, y por el compromiso social y político que reflejaban, lo que lo marcó como uno de los creadores más más trascendentales del arte argentino y latinoamericano y una de las figuras más relevantes del siglo XX. Se volvió célebre por sus inmensos óleos sobre desamparados. En 1982 se le otorgó el Konex de Honor a la persona fallecida de las Artes Visuales más importantes de la historia argentina.
Berni fue uno de los pintores argentinos más influyentes del Siglo XX. “El arte es una respuesta a la vida. Ser artista es emprender una manera riesgosa de vivir, es adoptar una de las mayores formas de libertad, es no hacer concesiones. En cuanto a la pintura, es una forma de amor, de transmitir los años en arte”, dijo alguna vez.
Delesio Antonio Berni (Rosario, 14 de mayo de 1905-Buenos Aires, 13 de octubre de 1981) fue pintor, grabador y muralista, nombrado miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes. Varias de sus creaciones tienen como memorables protagonistas a personajes como Juanito Laguna y Ramona Montiel, convertidos en representantes icónicos de los marginados por la sociedad.
Juanito Laguna.
En 1914 ingresó como aprendiz en el taller de vitrales Buxadera y Cía,donde recibió la enseñanza de su fundador, N. Bruxadera, un artesano catalán. Poco tiempo estuvo en este taller ya que entre 1914 y 1915 su padre volvió a Italia, y Berni fue enviado a la casa de sus abuelos en Roldán. A pesar de que Antonio se alojó poco tiempo allí, estudió pintura en el Centre Catalá de Rosario con los maestros Eugenio Fornells y Enrique Arian.
En 1920, a los 15 años, expuso sus cuadros por primera vez en el Salón “Mari”: la muestra constó de 17 óleos (paisajes suburbanos y estudio de flores). Expuso nuevamente en 1923, pero esta vez en la Galería Witcomb de Buenos Aires. Ya por ese entonces recibía los halagos de los críticos en varios artículos publicados el 4 de noviembre de 1923 en los diarios La Nación y La Prensa. Sus primeros cuadros respondieron al impresionismo y al paisajismo.
En 1925, consiguió una beca otorgada por el Jockey Club de Rosario ―y gestionada por su mecenas, el traumatólogo y cirujano Lelio Zeno (1890-1968)― para estudiar en Europa y en noviembre de ese año llegó a Madrid. En febrero de 1926, el Salón de Madrid expuso Puerta cerrada, un paisaje madrileño que llamó la atención. Más tarde pintó otros temas españoles, Toledo y el religioso (1928) y El Torero calvo (1928).
En París asistió a los cursos de los pintores franceses André Lhote y Othon Friesz, en la Academia libre de la calle Grande Chaumiere. Y aunque estudió solo unos meses allí, su influencia se dejó sentir en una serie de desnudos figurativos. Por entonces, después del golpe de Estado de 1930, ya casado y con una hija decidió volver a Argentina. Al regresar, vivió por unos meses en una chacra de la provincia de Santa Fe, para luego instalarse en Rosario y trabajar como empleado municipal.
Manifestación.
Tomó parte activa de la vida cultural de la ciudad, organizó la Mutualidad de Estudiantes y Artistas Plásticos. En 1932, en Amigos del Arte expuso sus obras surrealistas de París, y algunos óleos como Toledo o el religioso. Esa muestra fue la primera exposición surrealista en América Latina y también la primera en exponer collage. Se tituló Primera exposición de Arte de Vanguardia. El público no estaba acostumbrado y la muestra resultó difícil. La crítica en pleno la rechazó.
En la década del 30, tuvo su experiencia muralista al intervenir en la construcción de Ejercicio Plástico. Ya él había fundado el grupo “Nuevo Realismo”. También pintó La mujer del sweater rojo en 1935, La muchacha del libro en 1936, Nancy en 1941, La chica del balón en 1934, La niña de la guitarra en 1938 y Figura de chico en 1941. Además hizo autorretratos, uno en 1934, otro en 1938 y el último en 1945. En Paula y Lily de 1941, pinta a su esposa de entonces y a su hija. Hacia fines de la década del 50 realiza algunos retratos que tienen como modelo a la poetisa tucumana Ariadna Chaves, una de sus musas argentinas. Expuso con otros grandes pintores contemporáneos a este período como Pedroni, Santieri, Giovanni Bressanini, Mónaco, Luis Videla, Cerrito, Borgarello, Robirosa, Alonso etc.
En 1976 viajó a Nueva York. Allí pintó, hizo grabados, collage y presentó en la “Galería Bonino”, una muestra titulada La magia de la vida cotidiana. Durante su estadía en esa ciudad, hizo 58 obras que quedaron en la galería para una muestra en Texas que nunca se realizó. En 1982, después de su muerte, llegaron a Buenos Aires. En esa época también pintó tres óleos referidos a Juanito y a Ramona, Juanito en la calle, Juanito Laguna going to the factory, El sueño de Ramona.
Últimos años de Antonio Berni
Desocupados.
Preocupado por el mundo que lo rodeaba, en Nueva York quiso conocer a la gente, saber de sus costumbres, de sus posibles necesidades. Así fue como salió a la calle, observó y pintó. Entonces conoció una sociedad opulenta, consumista, donde la publicidad es la mejor vendedora, donde siente que hay riqueza material y pobreza espiritual, muy distante de la de Juanito, o de la de Santiago del Estero, por lo que decidió entonces hacer un arte social con ironía. De esta época es Aeropuerto, Los hippies, Calles de Nueva York, Almuerzo, Chelsea Hotel y Promesa de castidad.
En 1981, se inauguró «La casa de Antonio Berni». Una galería de arte y casa de subastas de más de 400 m² (metros cuadrados), ubicada en la calle Cangallo 332 (zona inusual para el arte, por ser un lugar rodeado de bancos, financieras, bolsa de comercio, bolsa de cereales, etc). Su director fue Humberto Golluscio, amigo personal de Berni. Fue la sala de arte más importante del momento, en la cual se realizó una muestra individual de los murales del Gran Maestro.