Las imágenes documentadas el 14 de noviembre pertenecen a una serie de voladuras de “re-perfilamiento”, detonaciones en serie, que se ejecutan desde el 11 de noviembre, y que afectan directamente a la Comunidad Indígena de Cosquín “Las Tunas”. Las mediciones dan cuenta de una distancia desde 250 mts a un máximo de 600 mts del radio que habitan las familias.
Además, el 14 de mayo de este año, la empresa SACDE junto a una escribana y un sismógrafo, visitaron a la Comunidad afectada, y realizaron una única medición que sirvió para determinar ante la Justicia que el nivel de vibraciones no provocaría daños las viviendas de las familias.
Desde abril se realizaban dos detonaciones diarias, posteriormente y hasta la fecha, luego de medidas cautelares solicitadas por el resguardo de un niño con autismo, ha disminuido a una voladura diaria. Las detonaciones de hoy, se realizaron en las aproximaciones de “Las Junturas”, la intersección del río Cosquín y el río Yuspe.
“Esto sucedió en uno de los sanitarios de la casa donde viven mis tíos de 93 y 87 años… Se salvaron porque se cayó el cielorraso de madrugada”, expresó Gustavo Pueyo, comunero de la Comunidad Indígena “Las Tunas”, quien además agregó que cuando se realizan las explosiones debe retirar el ganado de la zona.
Por otro lado, algunas de las afectaciones que no son tenidas en cuenta por el estudio de impacto ambiental aprobado por el área de ambiente de la provincia son: Daños en insfraestructuras de viviendas, severas repercusiones de salud en infancias neurodivergentes, y en adultxs mayores, extrema contaminación por volatilización de restos explosivos, tanto en el cuerpo de quienes habitan en el radio cercano, como en las fuentes de agua, mientras que las vibraciones y roturas de piedra base alterarían el curso de las vertientes subterráneas modificando su lugar de afloramiento.