Aviso fúnebre

Por Horacio Meguira*

El velorio del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) es una imaginativa y certera burla a una institución que debió ser el espacio donde las partes de las producción y los servicios, trabajadores y empleadores debieron debatir sobre el quehacer de las relaciones laborales,

Sin embargo, se convirtió en una formalidad que dura un día y que no cumple la función constitucional asignada.

El Salario Mínimo que debe percibir un trabajador para alimentación adecuada, salud, vivienda, educación, recreación, vacaciones, seguridad social. Ello jamás sucedió.

Nunca se pudo fijar un plan de trabajo para que en un período de tiempo pueda arribar a un salario que pueda impulsar los salarios básicos convencionales y que sea la retribución mínima de los que no están comprendidos en un Convenio Colectivo.

Este sistema simple fue desvirtuado, manoseado y en sucesivas reuniones solo se fijó un porcentual lejos de los objetivos del instituto.

Hoy, aún aplicando los índices de inflación de un 95%, sólo se llegaría a 65 mil pesos. Lejos de la Canasta Básica de 111 mil pesos.

No tuvo muerte súbita, lo mataron lentamente.

*Director del Departamento Jurídico de la CTA Autónoma