Con Lula libre, las agendas de democratización cobran un nuevo impulso

Por Marcelo Ruiz*

El encarcelamiento de Lula forma parte de una estrategia global de los sectores minoritarios del Brasil que necesitan que toda propuesta de democratización del país quede trunca, más aún, que sea concebida como inviable, que esa utopía no pueda pensarse nuevamente.

Estos sectores – denominados clase dominante por las sociologías críticas – han decidido preservar sus privilegios económicos a toda costa. No perdonan que con Lula más de cuarenta millones de brasileñas y brasileños hayan podido salir de la pobreza y, menos aún, están dispuestos a permitir que la población pobre pueda convertirse en un sujeto colectivo con capacidad de transformación de las condiciones que producen la pobreza. La pobreza siempre es una construcción, violenta por supuesto, de los sectores dominantes de una sociedad. Brasil es una de las sociedades más desiguales del mundo y por ende una de las sociedades con mayor violencia, en especial la que se ejerce desde arriba hacia abajo.

Lula pertenece a una historia de construcción de organización y conciencia con vocación libertaria, con decisión de alcanzar justicia social y con un ejercicio profundo a favor de una pedagogía de la esperanza, en el sentido preciso que el educador Paulo Freire le otorgaba a la misma. Esa historia ha quedado trunca en Brasil en varias oportunidades y se reiteró. La cárcel impidió que Lula fuera candidato en las últimas elecciones y que muy posiblemente ganase las elecciones.

El saldo que nos deja el neoliberalismo a nivel mundial es de exclusión de los derechos de amplios sectores de las sociedades y – al mismo tiempo – acompañado por un intento sistemático de legitimación de esas condiciones caracterizado por el racismo, por el desprecio al inmigrante y – en general – a la población pobre. Bolsonaro es un exacerbado representante de ese odio y ese desprecio.

El proceso judicial que llevó a Lula a la cárcel no finalizó, no obstante con Lula libre las agendas de democratización cobran un nuevo impulso.

Agendas que se inscriben en un retroceso muy parcial de los proyectos neoliberales en la región como es el caso de Argentina con la derrota electoral de Macri, un aliado importante del régimen de Bolsonaro.

*Docente. Ex Rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC)

Fuente: www.postercentral.com.ar