Despidos en la Fábrica Militar Villa María: “Hace un año nos robaron los sueños”

Se lo recuerda Facebook, pero también el garaje vacío. Emiliano Capellino es un joven trabajador que fue echado de la Fábrica Militar de Villa María hace exactamente un año, cuando su vida cambió. Perdió el nivel de ingresos, algunos bienes como el auto y también la seguridad de tener un trabajo que percibía como estable.

“Recuerdo que cuando entré a la Fábrica hace cinco años me puse tan feliz. Estaba por nacer mi hijo y había presentado mi Currículum en todos lados. Cuando me llamaron terminé elegido entre 100 soldadores. No te imaginás la ilusión que tenía”, dijo a El Diario el hombre que es uno de los 42 despedidos de la Fábrica Militar, hace exactamente un año atrás.

“Nos despidieron sin causa, sin indemnización, sin poder cobrar fondo de desempleo  y ni siquiera un previo aviso para decirnos que vayamos buscando otro laburo”, recordó.

Su labor fue muy específica. Como soldador comenzó en la planta de ácidos, después a la caldera, haciendo el mantenimiento de los espacios centrales de la Fábrica. “Lo que más me da bronca es que no nos remplazaron y, si no se hace mantenimiento, puede pasar un accidente en cualquier momento”, aseveró.

“También me entristece que la gente diga que entramos acomodados por la política. Yo no soy de ningún partido y no conozco a nadie que haya entrado por La Cámpora, salvo el que es jefe de personal, que fue el que nos echó”, indicó. “Porque el acomodado no va a andar entre la mierda y los explosivos como nosotros”, agregó.

Por otra parte, lamentó el vaciamiento de una fábrica “que producía bien”. “Si sos Estado y tenés una fábrica que hace balas, chalecos y vagones y vos vas y lo comprás afuera, es incomprensible. La industria nacional tiene que subir y no bajar, lo que pasa es que hay un robo de por medio, porque si no, no se explica”, agregó.

Hoy, su vida es distinta. Quedó con deudas, perdió el auto y no recuperó el nivel de ingresos. “Gracias a Dios trabajo para darle de comer a mi familia. A la mañana estoy en la cooperativa que se armó con la lucha del gremio (ATE) y el apoyo de la Municipalidad, y a la tarde atiendo la peluquería, pero nada que ver con lo que ganaba antes”, dijo.

“¿Sabés cómo te duele que te digan vago o acomodado cuando sabés que no has llegado tarde nunca y que hiciste bien tu trabajo, pero sin embargo quedaste en la calle?”, planteó.

También habló de la vida de muchos de sus compañeros. “Hay gente deprimida, porque los echaron con más de 50 años y no pudieron entrar más a trabajar en ningún lado, eso genera problemas en la familia. Es todo muy triste. La verdad, es que con esa lista que se leyó hace un año, nos robaron los sueños”, concluyó.

Fuente: www.eldiariocba.com.ar