El falso Federalismo de Schiaretti

Por Federico Giuliani*

El Gobernador se rasga una y otra vez las vestiduras como adalid del Federalismo provinciano haciendo uso de la imagen en bronce del caudillo Juan Bautista Bustos. Sin embargo, el Federalismo que propugna el mandatario es más parecido al de la oligárquica y liberal Liga de los Gobernadores de 1870.

La semana que pasó el Gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, se paseó anunciando algunas obras con su alfil de la capital cordobesa, el Intendente Martín Llaryora. Tal vez el anuncio que más vuelo mediático tuvo fue el de la creación del Parque “General Juan Bustos”, un área de 8 hectáreas incluidas en las más de 100 que componen los “Parques de Chateau”, y del propio “Parque Mario Alberto Kempes” (donde se encuentra el Estadio Mundialista), en el norte de la ciudad de Córdoba. Desde allí, el Gobernador fustigó al unitarismo porteño exaltando el chauvinismo cordobesista que tanto resultado le ha dado a su fuerza política, apelando a una épica narrativa federalista: “A Bustos lo borraron de la historia, porque quienes escribieron la historia oficial intentaron borrar a los federales, que querían un país integrado, y no uno unitario como el que hoy sufrimos los argentinos”.

Quienes conocemos -y padecemos- el modelo económico y político cordobesista, sabemos que el Federalismo que propugna Schiaretti es más parecido al de la Liga de los Gobernadores de 1870 que al Federalismo de las Montoneras que se opusieron al centralismo rivadaviano en la década de 1820, como fue el caso del primer Gobernador de Córdoba, Juan Bautista Bustos. La integración del país bajo las normas del puerto fue el logro máximo de este Federalismo Liberal de 1870 al cual Schiaretti hace referencia mezclando al General Bustos -que tiene muy poco que ver con esa tradición liberal- con los herederos de sus enemigos y -potenciales- asesinos.

Bustos, con las ambivalencias propias de los tiempos de extrema inestabilidad política de una Argentina en formación, supo administrar durante 10 años una provincia amiga de las demás provincias en esa década de 1820 rebelde al unitarismo porteño. Tanto es así que una vez asesinado Dorrego por parte de Lavalle, Rivadavia envió al General Paz y sus tropas para acabar con las fuerzas provinciales de Bustos, auxiliadas con refuerzos enviados por Facundo Quiroga, de la Rioja: Los federales se vieron sobrepasados por los unitarios y Bustos fue derrotado por Paz -ironías de la historia- en las inmediaciones de donde Schiaretti anunciara la creación de un parque en su nombre. Ese sitio quedaba en las afueras de Córdoba y se llamaba “La Tablada”: Hoy es el “Cerro de las Rosas” y alberga a algunos de los barrios más coquetos y exclusivos de Córdoba.

El liberalismo unitarista del cordobés Paz y del porteño Rivadavia tuvieron insignes continuadores en el interior y en el puerto. La “Liga de los Gobernadores” en 1870 fue la expresión más acabada de ese poder agroexportador del interior, levantado contra el centralismo porteño en un país donde lo único que no estaba en discusión era el liberalismo. Así, “Centralistas” contra “La Liga” fue la oposición principal en la política liberal que llevó a que los mandatarios del interior se enfrentaran al porteño Mitre en 1874. Para el enfrentamiento político crearon el Partido Autonomista Nacional, que gobernaría el país hasta 1910 con claros tintes oligárquicos y liberales, resolviendo así una interna de agroexportadores de todo el país que encontraron en “La Liga” el apoyo político “del interior” para dar forma institucional a una Argentina que desde entonces consolidaba las bases en un falso “Federalismo” basado en la agroexportación, en las reglas del mercado que imponía “el puerto” y que encuentra sus intereses atados a los de los mercados internacionales, tal como lo demuestra día a día Schiaretti.

El “Federalismo” Liberal es la forma que encontró el puerto de extender sus intereses hacia todas las provincias. Los patrones provinciales de la agroexportación -hoy diversificada hacia otros commodities como los mineros, energéticos, ambientales- ponen desde 1853 a sus gobernadores. En la década de 1870 tuvieron la fuerza para instalar una sucesión de presidentes (Avellaneda y Roca fueron los máximos exponentes) que terminarán de darle forma institucional, hacia 1910, al Proyecto Liberal Nacional que subsiste hasta hoy y del cual profetas del Liberalismo Federal como Schiaretti son sus cultores más acabados.

*Secretario General de ATE y la CTA Autónoma Córdoba