EPEC: Tarifazos, salarios y ajuste

A comienzos de diciembre desde el Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES), publicamos nuestro cuarto informe, siendo el primero de estos lanzado en junio de 2019. Este último presenta una serie de indicadores referidos al estado y evolución de la situación económica de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) de 2010 a 2018, construidos a partir de los balances contables dados a conocer por la misma. Los datos analizados buscan aportar herramientas que clarifiquen la situación económica de la empresa en el marco del conflicto iniciado en los primeros días de septiembre.

Por Observatorio Trabajo Economía y Sociedad para La tinta

“Cambiemos” las tarifas y los salarios

La asunción de Cambiemos a fines de 2015, según lo que sus anuncios públicos indicaban, era una “oportunidad” de resolver problemas que habían quedado de la gestión anterior. En este sentido, el eje de las tarifas de los servicios públicos, en el marco de un ajuste general, se volvía necesario para lograr consenso en ciertos sectores de la sociedad y de la producción. Los aumentos de las tarifas pretendían recomponer las ganancias de los sectores energéticos en todas las fases de la producción después de que la gestión de los gobiernos kirchneristas tuvieran la política de “controlarlas”.

El reajuste de esos precios tuvo impactos importantes en las condiciones de vida de la población argentina, y dieron lugar a reclamos judiciales y protestas de vecinos y vecinas que veían como cada vez más sus ingresos mensuales se iban en los servicios públicos. Esta dinámica nacional tuvo su impacto en la provincia de Córdoba, y en particular, en la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) que es una empresa estatal.

Si analizamos el IPC de Córdoba, medido por la Dirección General de Estadística y Censos entre los años 2015-2018, el rubro que más aumenta es “Propiedades, combustibles, agua y electricidad” (291%) superando ampliamente al aumento del nivel general del IPC Córdoba en el mismo período (216%). Es decir, estamos hablando de uno de los rubros que más presión genera a la dinámica inflacionaria.


Más específicamente si miramos el costo de la energía eléctrica para los hogares, se observa que un hogar de consumo promedio, 200kw mensuales, a diciembre de 2010 pagaba $80,61 por mes. Ese mismo hogar, por el mismo nivel de consumo pagaba $215,70 en diciembre de 2015 y $1321,3 en diciembre de 2018. Lo que representa un aumento del 512% en el período 2015-2018, superando tanto el nivel general del IPC Córdoba como el rubro “Propiedades, combustibles, agua y electricidad”.


Pero esa no es toda la imagen a tener en cuenta. En la provincia, asistimos desde septiembre, a un conflicto importante entre el gobierno provincial y el gremio Luz y Fuerza (sin resolverse aún), tanto por condiciones laborales como salariales, que se ha expresado de manera abierta en represiones, detenidas, marchas, persecuciones y otras modalidades que no son necesariamente visibles. Es decir, que estamos ante un marco de acción donde las tarifas suben, se buscan bajar salarios, y el gobierno provincial y la coalición Cambiemos, que estaba en el nacional, tenían algunas coincidencias en la necesidad de ajustar las condiciones de vida de la población, pero con muchas resistencias presentes.

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El salario no es el problema

Uno de los discursos sostenidos, desde algunos medios de comunicación y desde el gobierno provincial en el último tiempo respecto al funcionamiento de EPEC, es la idea de que la empresa paga salarios demasiado altos y estos son insostenibles. Argumentan que estos generan un gran costo que termina impactando en las tarifas residenciales e industriales. En relación con lo que la empresa percibe como costos totales, el gasto en personal mantiene una participación en general estable en la última década. La última medición, perteneciente al periodo 2018, indica el gasto en personal explica el 33% de los costos de la empresa, compartiendo junto con 2011 (33%) y 2012 (32%) los años donde el gasto en personal alcanza los valores más bajos.

Por otro lado, otro gasto importante pero que fue perdiendo peso fue el realizado en materias primas. En 2011, el gasto en materias primas representaba el 21% del gasto, mientras que hacia 2018 la participación es de tan solo 1% del total del gasto de la empresa, expresando una caída tanto relativa como absoluta de este gasto.

Dentro de la estructura total del gasto, actualmente el rubro que representa mayor incidencia en los costos es compra de energía el cual ha ido ganando participación hasta llegar a representar la mitad del gasto total. Pasó de representar el 13% del gasto total de la empresa en el año 2015, al 50% para el año 2018. Está conclusión es reforzada si miramos el cambio de composición entre el mercado generador y el distribuidor. En promedio, entre los años 2010-2014 el costo del mercado distribuidor representaba el 63% de los costos de la empresa. Este valor comienza a crecer en 2015, llegando a representar más del 80% de los costos en 2017. Esto indica que aumenta la importancia de la energía comprada por la empresa, en el Mercado de Energía Mayorista (MEM).


En síntesis, hasta acá se puede ver que el aumento del gasto de las tarifas tiene como condición el aumento de la energía, más que el aumento de los salarios, y esto también se puede concluir si miramos las ventas y la relación con los salarios.


A partir de 2016, bajo la gestión de Cambiemos, ventas creció 54% a precios constantes de 2010, mientras que en el período anterior a 2016 solo lo hizo un menor porcentaje. Al analizar el crecimiento en todo el período se observa un diferencial de crecimiento de 36%, dado que las ventas crecieron 113% y el monto pagado en salarios, 77% desde 2010 hasta 2018. Esto también se ve en que los salarios, perdieron participación a raíz de una evolución en términos reales muy inferior (12%) en el mismo período respecto a las ventas, manteniendo una participación en el rango 30-45% de las ventas a lo largo de la década. En el año 2018, la participación de los salarios sobre las ventas (31%) es, junto con el año 2012, la menor registrada en la década.

Esta dinámica se refleja también en el resultado operativo (sin ingresos y egresos financieros) que exhibe resultados dispares durante el período 2010-2014, sin embargo, desde 2015 parece consolidarse una tendencia positiva en esta cuenta por dos vías. Por un lado, el control de los salarios, expresado en una caída relativa con respecto a las ventas, acompañado con un recorte significativo en los gastos en materias primas. A su vez esta dinámica de ajuste en el gasto de la empresa es contemporánea a un marcado aumento de las tarifas de energía eléctrica, permitiendo al ingreso por ventas evolucionar a mayor ritmo que los gastos.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Si sumamos los ingresos y gastos financieros, EPEC presenta altos niveles de endeudamiento que se reflejan desde 2012. Esta situación vuelve deficitaria ya que de los nueve períodos analizados, en siete la situación es deficitaria, mientras que para el año 2017 el estado es superavitario, producto de una condonación de deuda a la empresa por parte del poder ejecutivo.

Los altos niveles de endeudamiento de la empresa, y la decisión política del gobierno provincial de avanzar sobre la EPEC, hace que se lleven a cabo prácticas de ajuste, principalmente a partir de 2016, que recaen tanto sobre el trabajador de la empresa, mediante el gasto en personal, como sobre la población de Córdoba, a través del aumento de las tarifas.

Aún así, este ajuste encuentra límites en las resistencias sociales, y la difícil situación financiera de la empresa deja entrever que se intentará seguir profundizando este ajuste. Por lo que tanto el sector sindical, como la población cordobesa, se encuentran en estado de alerta debido a que el panorama augura nuevos intentos del gobierno provincial para intentar “limpiar y equilibrar” los balances de EPEC.

(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Imágenes: Colectivo Manifiesto.

Fuente: www.latinta.com.ar