Falabella abre sus puertas a las sindicalización del CIS-CTA Autónoma Córdoba

Sebastián Michel se afilió al Sindicato Joven de Córdoba en la CTA Autónoma. El ya es delegado en Falabella, por el gremio que convencionalmente lo agrupa, la Asociación Gremial de Empleados de Comercio de Córdoba (AGEC-CGT). Con esta decisión libera su rol como delegado actualmente monopolizada en su accionar por la dirigencia del sindicato, siempre invocando la patria potestad de la Personería Gremial aunque se ejerza la función huérfano de conocimiento que en definitiva es una mutilación del derecho a saber, conocer los derechos para ejercerlos siempre controladas por la orgánica del sindicato y el analfabetismo político y legal del delegado.

Un delegado analfabeto ve pero no advierte. Escucha pero no comprende. Y si habla es para repetir algunas cosas que el empleador no dice por pudor. Estamos cambiando eso junto a los delegados que abandonan la zona de confort. Luchar cuando está todo por ganar frente a la rebeldía estéril cuando ya no hay nada más que perder.

Sebastián no es el único caso de delegados que se afilian a CIS-CTA Autónoma para recibir apoyo legal, gremial, asesoría y formación para ejercer su función con la mayor idoneidad que puede aportarle nuestra organización.

La formación, o mejor dicho la efectividad de su contenido, es el gran déficit de estos tiempos. Especialmente cuando no se discute localmente nada que permita a través del ejercicio de la práctica adquirir la experiencia que la capacitación ausente no facilita. O cuando se deambula en saberes obsoletos.

El sindicato formal no tiene políticas educativas para activistas, delegados y dirigentes incluso, que le resulten útiles en el puesto de trabajo o al momento de entablar el diálogo social con empresas como Falabella que han resuelto como manejarse con los sindicatos –para someterlos- hace décadas, con políticas de cercenamiento de la libertad sindical perfeccionadas y apoyadas por el esquema antisindicatos de condicionamiento y asfixia económica la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios. Un esquema que hasta se llevó puesto al bienintencionado Fulvio Monti del CEC Villa Constitución en Santa Fe.

Ese será el otro desafío para la joven dirigencia sindical argentina, llegar al 2030 con sus sindicatos recuperando la práctica sindical, actualmente recluida en el mutualismo, proveedor de servicios de primera necesidad al que obligadamente deben acudir los trabajadores por no contar con sindicatos que les negocien mejores salarios y donde eso que parece un beneficio al afiliado es la mera explotación de su necesidad como única estrategia de afiliación, con la que nos pavoneamos de ser un país con índices de afiliación más altos del mundo.

Lo que sigue ahora, es lo de siempre, los clichés de la burocracia sindical y las patronales que a veces proceden igual, que la CTA no es legal. Que la Personería. Que el aval de la conducción. Que el permiso del ministro de trabajo. ¿Que si es legal la doble afiliación y la afiliación directa?. Por supuesto. Legal y legítima. Que no lucha para que desaparezcan los sindicatos de CGT, sino por el derecho a existir del nuestro como CTA.

‘Lo legal’, ese latiguillo que apunta a profanar nuestros valores, los de la buena fe del trabajador, porque precisamente la disputa es por derechos en el marco de ‘la legalidad’, entonces si carecemos de ese elemento esencial de ‘lo legal’, ‘lo permitido’, ‘lo avalado’ no podemos seguir. Porque podrían decir -además que la afiliación directa a CTA borra de un plumazo décadas de monopolio del ejercicio de la representación- que somos perfectamente legales, pero no tenemos –por ahora- más afiliados que la AGEC en Córdoba para la negociación colectiva, que eso lo negocia el sindicato tal que tiene la personería gremial (aunque AGEC tampoco lo hace), se dice con el fin de inmovilizarnos, ‘Hasta que tengamos la legalidad’. No solo tenemos la legalidad, sino la legitimidad que otorgan los únicos que pueden hacerlo, los trabajadores cuando se afilian. Si existe alguna impugnación al respecto, no hay problema, lo discutimos ‘legalmente’, porque ya lo hemos hecho y la justicia nos dio la razón.

Fuente: www.cisencta.blogspot.com