La Deuda Interna

Por Juan Carlos Giuliani*

El Presupuesto 2023 aprobado el año pasado por la mayoría del Congreso de la Nación, destina el 16 por ciento del total de los recursos a pagar servicios de la Deuda Pública legalizada y legitimizada por el Gobierno del Frente de Todos al acordar su reconocimiento con el Fondo Monetario Internacional.

Si querían ir a fondo contra Macri había que suspender los pagos, investigar y auditar una deuda fraudulenta, que es inconstitucional porque no pasó por el Congreso y porque el préstamo de 45 mil millones de dólares concedido al Gobierno anterior se hizo violando el Estatuto del propio FMI y financió la fuga de dólares. Macri tendría que estar procesado por algún juez probo si hubiera decisión política del Gobierno. 9 de cada 10 dólares que ingresaron del FMI se fugaron de la mano del ‘capitalismo de amigos’ de Cambiemos.

A la derecha se le hace el juego cuando se le dice que sí al Fondo y no se cuestiona el origen de la deuda. Salir a la calle a reclamar por la reparación de derechos del pueblo no es hacerle el juego a la derecha. Se le hace el juego a la derecha cuando se dice ‘no se puede hacer más que esto’, mientras siguen muriendo pibes de hambre, hay un festival de remarcación de precios, el ajuste se desploma sobre las espaldas de los sectores populares y la economía real sigue sin mover la aguja.

La mayoría de la dirigencia política del régimen actúa modo gerente de los poderosos y se encarga de mantener los privilegios de un sector minoritario de la sociedad mientras prosiguen las penurias de la mayoría. ¿Cómo puede ser que se mantengan niveles de pobreza tan altos desde la dictadura después de casi 40 años de retorno de esta democracia fallida?

Pareciera que algunos no se han dado cuenta que está en crisis el sistema de democracia representativa. Eso de que el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes no funciona porque los representados no creen en sus representantes. Hay que avanzar hacia una democracia participativa, con protagonismo popular y carnadura social. Tomarse el tiempo que haga falta para generar los consensos necesarios y marchar hacia un nuevo Pacto Constituyente. La experiencia de la Constituyente Social es un buen antecedente al respecto.

¿Hasta cuándo le van a pedir sacrificios al pueblo argentino para pagar una Deuda que se tomó para fugarse?. Hay que empezar a pagar la Deuda Interna porque, como dice el compañero Claudio Lozano, ‘las deudas se pagan, las estafas no’.

Esta etapa del capitalismo se basa en la acumulación de excedentes en la renta y en la plusvalía que se logran a través de la ultraexplotación. No es solo que los trabajadores informales cobren por debajo del Salario Mínimo Vital y Móvil. Gran parte de los trabajadores registrados no alcanza a cubrir el Salario Mínimo Vital y Móvil, son pobres. Entonces, lo que hay es un empobrecimiento general de la sociedad.

No se puede seguir abrevando en la fuente del posibilismo ‘progresista’ que dice que ‘no hay que tirar de la cuerda’,  ‘no hacer olas’ o ‘no hacer lío’ porque de ese modo se le hace el juego a la derecha, a diferencia de lo propugnado por el Papa Francisco, que afirma que hay que hacer quilombo para que te escuchen. Sobre todo, los jóvenes. El trabajo del Siglo XXI como lo planean desde el poder es esta nueva esclavitud que vemos en los pibes y las pibas de los deliverys, como ‘Pedidos Ya’ de una multinacional uruguaya; Rappi de una multinacional colombiana; o Glovo, de una multinacional brasileña. Si esa es la vida que le espera a las nuevas generaciones de laburantes a esta altura del desarrollo de la humanidad, francamente es intolerable.

Para que no haya ningún hogar por debajo de la Línea de la Pobreza, es necesario que el Gobierno promueva un Salario Universal, un ingreso para todos aquellos que no cobran un sueldo formal, de trabajador registrado, para tener al menos un piso que permita solventar las necesidades básicas. Y a partir de ahí comenzar la pelea en serio para resembrar justicia social.

A casi cuatro décadas de recuperada, sobrevivimos a duras penas en medio de esta democracia colonial. Es una vergüenza que haya casi un 50 por ciento de la población pobre y 7 de cada 10 chicos pasen hambre, mientras crecen la concentración y extranjerización de la riqueza.

No comulgamos con la idea de que ‘cuanto peor, mejor’. El ‘Cordobazo’ lo hicieron trabajadores con los salarios más altos de la actividad industrial y fueron ellos los que construyeron esa pueblada histórica que significó el principio del fin del ‘Onganiato’. No se puede salir a pelear por las cuestiones de fondo con salarios de hambre. Precisamente esa es la clave del modelo vigente para disciplinar al pueblo y garantizar la ‘paz social’ en una comunidad mayormente pauperizada. Un esquema de dominación que hay que romper con la movilización y lucha unitaria, ganando la calle sin pedir permiso a los patrones, los gobiernos ni los partidos. A nadie. Haciendo prevalecer la autonomía de la clase.

Por lo tanto, hay que recomponer un piso de ingresos y, desde allí, generar los niveles de conciencia, unidad y organización que le den musculatura al poder popular para disputar en serio la riqueza a la oligarquía y los monopolios. La tarea no es sencilla, pero tampoco imposible.

Contra los que aseguran que hay que aguardar una correlación de fuerzas favorable antes de emprender cualquier gesto de rebeldía, sería bueno recordar que el 11 de febrero de 1977 la dictadura dictó un Decreto que daba de baja todas las afiliaciones a todos los sindicatos de primer grado de la Argentina. El argumento era terminar con las cuotas solidarias y, para lograrlo, fueron directamente por la caducidad de las afiliaciones llevando los padrones a cero. Fijaron una fecha límite de 40 días para que todos los trabajadores y trabajadoras ratificaran su pertenencia al movimiento obrero. Y una vez más, como tantas otras veces en la historia, desafiando a las patronales cómplices del terrorismo de Estado y a los militares genocidas, la clase obrera volvió a demostrar su conciencia de clase reafiliándose masivamente a sus respectivas organizaciones gremiales.

*Periodista. Congresal Nacional de la CTA Autónoma en representación de la provincia de Córdoba