La madre de Ale Flores se afilió a la FeNaT-CTA Río Cuarto

Rosa Arias, la madre del niño Alejandro Flores asesinado por la Policía de la Provincia de Córdoba en 1991, crimen que, aunque se determinó la identidad de los autores, continúa impune por haberse declarado la prescripción de la causa, se afilió a la Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTA) Río Cuarto.

“Nuestra compañera Rosa Arias se afilió a nuestra Central, porque además de saber estas historias de violencia policial en carne propia es importante que sean contadas en primera persona, pese al tiempo transcurrido, para que estos hechos aberrantes sigan anidando en nuestra memoria. Es importante, además, que Rosa sea parte de este proceso de cambio que estamos generando desde nuestra organización de trabajadores y trabajadoras para crear una sociedad más justa para todos”, indica un comunicado de la CTA-A riocuartense.

Y agrega: “Hace un tiempo, el 23 de noviembre del año pasado, organizábamos el primer Taller sobre Violencia Institucional junto a Viviana Alegre, madre de Facundo Rivera Alegre, joven desaparecido por la Policía de Córdoba en el año 2012 en la ciudad Capital, y junto a Rosa Arias, la mamá del Alejandro Flores, niño de cinco años desaparecido por la Policía en el año 1991 en la ciudad de Río Cuarto”.

“Hoy homenajeamos a Ale y le damos la bienvenida a Rosa como afiliada de nuestra Central y a la Federación Nacional Territorial. Se sumará a la resistencia y lucha por una sociedad más justa, igualitaria, donde quepamos todos. Ale Flores presente. Ni un pibe, ni piba menos. Ni por la Policía, el hambre y la desigualdad”, concluye la nota.

Reproducimos a continuación un párrafo de la entrevista realizada a Rosa Arias por el compañero Santiago Rodríguez y que fuera publicada por esta Agencia de Noticias el 7 de noviembre de 2019.

-¿Cómo fue el día en el que desapareció?

-Ale desaparece un sábado 16 de marzo de 1991, ese día él me pide que quiere mostrar su guardapolvo, nosotros vivíamos en el Barrio Buena Vista y teníamos que ir al San Antonio de Padua, ahí vive la tía de Ale. Fuimos para allá a comer, él me pide permiso para ir a ver dibujitos a la casa de su otra tía que vivía ahí nomas de donde estábamos. Entonces yo salgo al pasillo y veo que se va, lo acompaño a la esquina y a menos de 50 metros estaba la casa. Recién le ponían una vacuna así que le decía que no salga afuera. Veo que él entra y ahí yo me meto adentro. A los pocos minutos yo siento un dolor en el pecho y ahí pensé en el Ale. Salí corriendo, fui a la casa donde estaba a llevarle un buzo y la tía me dice que el Ale no fue ahí, y empecé a buscarlo casa por casa. Ale no fue a la casa de su tía, fue a su abuela, él le dice que yo no sabía que él estaba ahí, entonces cruza la calle volviendo donde estaba yo. Llegando a la esquina del Hospital, un patrullero manejado por los policías (Mario) Gaumet y (Gustavo) Funes, que traía droga al barrio sube y lo atropella quebrándole la caderita. Lo ven en el piso, lo levantan y se lo llevan hasta encontrar a la enfermera Norma Nieto que estaba parada esperando el colectivo. Cuando ella abre la puerta del móvil, lo ve a Ale y le dicen que no diga nada, sube al móvil y lo llevan a la calle Deán Funes. Ahí vivía Rosana Maraceno, otra enfermera. Reciben a Ale y Norma se viene caminando a su casa amenazada por la policía.

Nosotros lo seguimos buscando durante 17 años, hasta que encontramos sus restos.

Sin ningún culpable.

La impunidad no será eterna

Gaumet y Funes, favorecidos por el encubrimiento policial, están libres por prescripción de la causa de Ale Flores.

El cuerpo de Alejandro Flores, luego de ser atropellado por un móvil policial, fue echado a una alcantarilla donde permaneció oculto por diecisiete años. En el 2009, el fiscal Javier Di Santo, logró determinar que los policías del Comando Radioeléctrico Mario Gaumet y Gustavo Funes habían sido quienes atropellaron al niño, omitieron llevarlo a un hospital y cuando murió, ocultaron el cuerpo. En una misma resolución los imputó por homicidio culposo y encubrimiento y los sobreseyó por prescripción.

En el 2014 el histórico fallo de la Corte ordenó profundizar la investigación para esclarecer la muerte del niño y pidió que se investigue “los acontecimientos que pudieran haber entorpecido la marcha del proceso y dilatado la pesquisa”. “La extinción de la pretensión penal no implica desentenderse de la obligación del Estado de asegurar el derecho de los padres de la víctima a conocer la verdad de los hechos”, dijo el fallo.

Hasta el día de la fecha, la causa permanece impune y prescrita.