Por Juan Carlos Giuliani*
Intervenir en la periferia, en los arrabales de las ciudades y pueblos, alentar la organización de los trabajadores y trabajadoras de los barrios, abrir las puertas a la participación popular, hacer pie en el territorio, es la posibilidad más concreta para promover la unidad necesaria del campo del pueblo.
Esos lugares olvidados por la democracia colonial-extractivista son asentamientos informales que en el último tiempo han incrementado su población debido a la exclusión social, el desempleo y la marginalidad. Hace años que esperan respuestas del Estado a la emergencia habitacional y a la necesidad alimentaria. Sus hombres y mujeres se están haciendo cargo de lo que el Estado no se ocupa, del cuidado y alimentación de chicos y viejos en las barriadas populares donde lo que más abunda son las carencias. Son –como el Personal de Salud– trabajadores esenciales, aunque para el Estado sean invisibles.
En su discurso ante los Movimientos Populares de distintos países del mundo en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en julio de 2015, el Papa dijo: “No se puede abordar el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos. Este encuentro nuestro responde a un anhelo muy concreto, algo que cualquier padre, cualquier madre quiere para sus hijos; un anhelo que debería estar al alcance de todos, pero hoy vemos con tristeza cada vez más lejos de la mayoría: Tierra, Techo y Trabajo. Tierra, Techo y Trabajo, por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados”.
Francisco fue contundente: “Es imposible imaginar un futuro para la sociedad sin la participación protagónica de las grandes mayorías y ese protagonismo excede los procedimientos lógicos de la democracia formal”.
El sábado 30 de junio y el domingo 1º de julio de 2018 sesionó en el Campus de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) el Primer Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de la CTA Autónoma que, al cabo del evento, darían a luz a la Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTA Autónoma).
En las discusiones previas, las organizaciones convocantes se propusieron rescatar la riquísima historia de la Central, en la pelea en el territorio con las trabajadoras y trabajadores precarizados, organizaciones comunitarias como bachilleratos populares, merenderos, comedores, clubes de barrio, además de cooperativas, pequeños emprendimientos, trabajadores de la tierra, pueblos originarios y trabajadores de la niñez, además de los pibes y pibas.
La olla popular en esta etapa signada por el revanchismo patronal es un símbolo de unidad. Puro barrio. Ejercicio de la solidaridad de clase sin intermediarios. Para decir que el pueblo no es material descartable. Acá no sobra nadie. Acá no se rinde nadie. Para terminar con el hambre hay que dejar de pagar la Deuda Externa, gravar con impuestos a las grandes fortunas y meterle mano a las rentas extraordinarias.
El espacio socio comunitario de la CTA-A va caminando y se va encontrando con otras organizaciones libres del pueblo en la dirección de potenciar su presencia en el territorio para dar la disputa por el sentido con el bloque dominante, seguir denunciando que el hambre es un crimen, organizar la resistencia al Gobierno cipayo de Milei y construir una alternativa política de abajo hacia arriba en clave de emancipación.
Para nosotros, la Patria también es el barrio. El lugar donde nacimos y crecimos jugando en las calles que eran seguras porque nos cuidaban los vecinos. El recuerdo amasado por los atardeceres del suburbio, el primer noviazgo, la ronda de mate, los momentos compartidos con la barra de la esquina, los picaditos de fútbol en el baldío, la vieja llamando a comer, el sitio donde mamamos la solidaridad y la idea de que nunca vamos a dar vuelta la taba si no armamos algo entre todos.
Allí donde fuimos felices ahora nos organizamos para volver a serlo. Porque la esperanza es lo último que se pierde y no nos vamos a quedar de brazos cruzados mientras se siguen muriendo nuestros viejos y nuestros pibes por el accionar criminal de la oligarquía y la complicidad de la clase dirigente.
*Periodista. Escritor. Congresal Nacional de la CTA Autónoma en representación de la provincia de Córdoba