Las miguitas son de nosotros y las pautas son ajenas

Por Yail Cybel para El Grito del Sur 

En febrero, la Confederación de Medios Cooperativos y Comunitarios (CMCC) lanzó una campaña de visibilización para poner de manifiesto el destrato que reciben los medios populares de nuestro país. La CMCC es la representación mayoritaria del sector y nuclea a más de 200 medios argentinos que desde hace años generan empleo, velan por el derecho a la comunicación y construyen lazos comunitarios en sus territorios. Pero veamos quiénes ganan y quiénes pierden con el actual esquema de pauta.

La pauta es una definición política: la apuesta por el fortalecimiento de determinado sector en detrimento de otro, una cristalización de voluntades, una radiografía de la apuesta comunicacional de una gestión. En su informe de enero-agosto 2021, la Jefatura de Gabinete visibilizó las prioridades mediáticas del Gobierno y los datos llaman la atención.

El sector digital es el que recibió más pauta: $1.740.827.858, por encima de las televisoras abiertas, de cable y del interior. Pero cuando se observa con lupa el detalle, la repartición es llamativa. Entre los primeros cinco beneficiarios de pauta digital destacan Facebook, YouTube e Instagram. 306 millones de pesos entre enero y agosto para Google y Zuckerberg, los principales ganadores del ecosistema de financiamiento digital en comunicaciones que otorga el Estado.

Si se observan los medios tradicionales, los primeros que aparecen en la lista no sorprenden y replican de manera idéntica el esquema de prioridades del macrismo: Infobae ($99.163.101), Clarín ($77.341.413) y La Nación ($60.885.246). Una regla de tres simple que no deja de sorprender: mientras la web de Clarín recibe 322 mil pesos diarios, un medio popular recibe alrededor de 700 pesos, el mismo valor que dos cafés con leche con medialunas o un kilo y medio de lechuga.

Federales con oficina en CABA

De los primeros 20 medios digitales en el listado de pauta, 18 tienen su domicilio en Capital Federal. Las excepciones tampoco sorprenden: La Voz (Córdoba) y La Capital (Rosario), grandes pulpos mediáticos que replican la posición privilegiada y monopólica en sus provincias de origen. Si bien nobleza obliga reconocer que muchos medios populares lograron acceder a la pauta durante la gestión anterior (Francisco «Pancho» Meritello/Jorge Meneses), los montos siguen siendo irrisorios: lo que Clarín obtiene del Estado en un solo mes equivale a 34 años de pautas de la cooperativa de trabajo El Grito del Sur.

El dato es aún peor si se desagrega por provincia: de las 867 plataformas web que reciben pauta, solo dos corresponden a Catamarca, apenas cinco a Santa Cruz, ocho a Misiones y nueve a La Pampa. Los números expresan prioridades: centralismo unitario y centralismo mediático confluyen en la decisión política del Estado de fortalecer el desequilibrio actual en el campo de las comunicaciones.

La pauta es política y su reparto una expresión de prioridades. No hay dos opciones: o se democratizan las comunicaciones con una decisión osada, o se replica el esquema concentrado y desigual que tenemos en la actualidad.

Fuente: www.elresaltador.com.ar