Llaryora y el sueño de un Movimiento Verde

Por Juan Yacobs*

En el mes de marzo de 2022 el Gobierno de Córdoba desalojaba de manera violenta un acampe ambiental de protesta contra la obra de la Autovía ilegal Nº5 de Paravachasca. A escasos kilómetros de distancia, en la misma carretera del Valle de Calamuchita, se encuentra la Comuna de Villa Ciudad Parque. En aquel momento, anunciaba la primera gestión comunal de orientación ambientalista con un renovado despertar tras la pandemia.

Pero no guardaba relación dicha resistencia con Pablo Riveros, el Jefe Comunal hippie. Nos referimos a aquellos hechos donde se denunciaba la impunidad del poder político para favorecer a las empresas constructoras Paolini Hnos y Benito Roggio.

A pocos años de aquel desenlace tan distante entre la resistencia y el ambientalismo, entre las autovías de Schiaretti en Punilla y Paravachasca y las denuncias que alcanzan por estas horas el plano de lo internacional (Convenio 169 de la OIT), el Movimiento Verde Cordobés le aporta un  funcionario clave al Gobierno de Martín Llaryora: Pablo Riveros.

¿Se olvidará quizás el ex Jefe de la Comuna de Villa Ciudad Parque que en diciembre de 2016 fue el propio Llaryora quien de manera artera pretendió burlar la voluntad popular con una nueva Ley de Bosques para Córdoba, sancionada entre gallos y medianoche? Había convocado a la única Audiencia Pública en la localidad de Sebastián Elcano, que luego fue suspendida por la presentación de un Amparo Ambiental acompañado con más de 15 mil firmas solicitando un verdadero proceso participativo, junto a las movilizaciones de la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo (CoDeBoNa).

¿Se olvida quizás también Riveros que además Llaryora -en aquel momento Presidente de la Unicameral- pretendía de esa manera arreglar con una Audiencia Pública la falta de participación ciudadana vulnerando la discusión sobre un nuevo Mapa de Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo? Hasta el día de hoy Córdoba incumple la Ley de Presupuestos Mínimos sin contar con un nuevo Mapa de Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo. Esa tarea bien podría ser encomendada por el propio Gobernador al dirigente ecologista en su cargo provincial.

¿Será entonces quizás que Riveros pueda desempeñar sus tareas como Director de Ordenamiento Territorial a sabiendas de que hace años las audiencia públicas ambientales en Córdoba son virtuales, y que la participación ciudadana es reducida a un mero trámite informático absolutamente excluyente, del que muy pocos conocen su funcionamiento?

¿El Movimiento Verde Cordobés habrá sellado desde ahora una alianza con el flamante Gobernador que ya despidió 500 empleados públicos y se reúne en la casa de un empresario en Villa Allende con la Vicepresidenta Victoria Villarruel que reivindica a la dictadura genocida?

El referente del Movimiento Verde Cordobés deberá respaldar con su gestión la faraónica obra del Acueducto Interprovincial Santa Fe-Córdoba (sin licencia ambiental), las autovías regionales del Corredor Bioceánico o la última reforma a la Ley de Políticas Ambientales, Ley Nº 10.208, cuyo pedido de inconstitucionalidad fue presentado por las asambleas ambientales de la provincia y el Tribunal Superior de Justicia, que ha dado lugar a esa medida, tiene pendiente hasta el momento ese fallo judicial.

El pragmatismo político da lugar a múltiples interpretaciones y justificaciones, para quienes necesitan argumentos sobre ciertas opiniones contradictorias.

En esta oportunidad, una experiencia partidaria novedosa para el ambientalismo de Córdoba deberá empezar desde cero una vez más, luego de que el oficialismo incorporó a sus filas a la última experiencia de participación electoral y partidaria ecologista.

Quienes en algún momento adhirieron o se afiliaron al Movimiento Verde Cordobés expresaron que era la independencia política un requisito indispensable para las transformaciones ambientales profundas que requiere esta provincia.

Solo las ideas renovadas de la política abriendo las puertas a la participación popular habilitarán el desafío de convencer que la próxima será la vencida, que ya no cabe lugar para tanto pragmatismo utilitarista, que habrá tolerancia cero con el oportunismo político y que entonces florecerá, ahí sí, el calor de un nuevo sueño de cambio real y sustentable en la provincia de Córdoba.

La incorporación de Riveros al “Cordobesismo” no deja de ser una nueva decepción política que impacta de lleno en el caudal militante del Movimiento Verde Cordobés y de otros actores políticos, sociales y ambientales del quehacer provincial.

*Periodista. Secretario General de la CTA Autónoma Punilla