Los ángeles ya no lloran

Por Santi Rodríguez*

A los 7 años aproximadamente caminando por el barrio leí una frase escrita en la pared que decía “dicen que siempre llueve cuando muere un pibe bueno, por que los ángeles lloran si otro guacho se va al cielo” al lado de la frase tenía un nombre de un pibe que yo no conocí pero si sentí algo en el pecho, hoy puedo decir que fue angustia, porque en el fondo sentí que pudo haber sido cualquier familiar, amigx, vecinx.

Lxs pibxs que conocí y que dejaban de caminar el barrio todavía lxs extraño y a esa edad me preguntaba ¿porqué los ángeles no lloran? ¿Porqué no está lloviendo?. En el barrio no llovía pero si quedaba un silencio que te estremecía el corazón. Los ángeles no lloraban, pero si lloraban muchos corazones, si lloraban muchas esquinas, si había corazones rotos porque unx guachx se nos iba.

Pero lxs pibxs empezaron a ser más y había más casos en otras provincias, en otras ciudades y el llanto ya no era llanto, se volvió enojo y ya no nos preguntábamos ¿porqué los ángeles no lloran? Si no que ¿porqué a lxs pibxs lxs están matando como si nada?

Sandra Zarandón es la madre de Álvaro Zarandón,  en la madrugada del 8 de febrero de 2013 en la localidad de Laboulaye. Álvaro volvía para su casa cuando vio un allanamiento que se estaba realizando en una vivienda vecina de donde el estaba, se asusta y empieza a correr. Mientras corría es perseguido por varios policías, 16 años tenía, en ese momento se produce una balacera policial, 13 veces dispararon y una de esas balas policiales le atraviesa la espalda ocasionándole la muerte.

-¿Cómo se resisten estos 9 años?

-Sobreviviendo, nuestra base es Álvaro.

El primer juicio se llevó a cabo en la localidad de Laboulaye con un único imputado, Maximiliano Celi, quien fue absuelto y reintegrado a las fuerzas policiales junto con los 12 policías que participaron del echo. El y algunos de los policías fueron ascendidos de su cargo.

-¿Recibiste apoyo del pueblo? ¿Cómo se lo tomaron al caso de Álvaro?

-Al principio el pueblo estaba indignado, la gente nos acompañó y apoyo pero al pasar el tiempo sentimos la soledad y el olvido. El pueblo cayó en lo que decían algunos medios, muchos creyeron en él supuesto “perejil”. El caso de Álvaro nos marco a nosotros como familia y al pueblo ya que es un hecho jamás antes visto y hasta diría único.

-¿Y de los medios de comunicación?

-De los medios de comunicación muy pocos nos acompañan hasta el día de hoy con buenas intenciones, la mayoría hace lugar a blasfemias y mentiras con el único fin de confundir y hacer de todo esto un show.

-¿Y las organizaciones?

-En Laboulaye no existen organizaciones, pero encontré todo el apoyo en Córdoba y Río Cuarto, dónde hemos sido muchísimas madres golpeando puertas reclamando justicia por nuestros hijos.

-¿Quien es el máximo responsable de todo esto? ¿Hace falta un cambio más institucional?

-La institución policial es responsable. Les falta más preparación. Uniformarse no es solo salir a arrestar gente, es ser humanos, servicial, y en estos tiempos la policía solo se dedica a matar inocentes. Nuestros hijos son el blanco fácil para ellos.

Hace falta un cambio institucional totalmente, que cambien las leyes, que reformen ese código penal donde nuestros hijos tengan más derechos y no sean hostigados por la gorra, o por el lugar donde viven o por el color de piel porque eso fue y será discriminación toda la vida.

Después de varios aprietes Y hostigamiento por parte de la Policía de la Provincia de Córdoba hacia la familia, la causa se llevó a los Tribunales de Río Cuarto. En los primeros meses del año 2020, la causa no tuvo fecha por la pandemia, fue programada para año 2021 y fue cancelada tras maniobras por parte del asesino de Álvaro. El 22 de agosto de este año y después de 9 años de denuncia y lucha por Justicia, se inició el juicio contra el policía Maximiliano Celi en los tribunales de Río Cuarto.

-¿Cómo va el proceso del juicio hasta hoy?

-Hasta hoy como familia estamos muy conformes. Venimos de una larga lucha reclamando justicia y deseando ser escuchados.

-¿Cómo es la vida de la familia Zarandón sin Álvaro?

-Nuestra vida cambió totalmente. Es otra vida. Nuestra meta ya no es ser abogados, veterinarios o bomberos. Nuestra meta hace 9 años es de justicia por Álvaro. Porque si alguna vez tuvimos un sueño, la policía nos los arrebato también.

Son preguntas que quedan a la deriva, mientras ascienden de cargo, mientras los trasladan a comisarías en pueblitos donde no se los reconozca, mientras que las pobres estamos cansadas de tener que lidiar con la justicia, a lxs pibxs lxs siguen matando.

¿Hasta cuándo? ¿Cuándo van a hacer responsables a los yutas que disparan? Son preguntas que están enmarcadas en una profunda tristeza, pero aún más, en una profunda furia que crece cada ves más junto a otras compañeras. Porque nos torturan, porque nos desaparecen, porque desde lxs 30.400 no queremos ese plan económico neoliberal y fascista que permite disparar balas punitivistas de criminalización, de estigmatización. Porque no queremos preguntar ¿Dónde están?

Porque no queremos ni unx pibx más asesinadx por la Policía ni por el Estado terrorista.

*Periodista callejero. Militante de la Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTAA) y del Espacio de Juventudes de la Central. Vocal electo de la CTA Autónoma Regional Río Cuarto

Fuente: www.lalunacongatillo.com