Los pequeños productores y los trabajadores golondrina se organizan en defensa propia

La desregulación habilitó precios bajísimos y la apertura de importaciones fue el tiro de gracia a las economías regionales. Ante un panorama desolador, sectores antes en pugna se juntaron para pensar qué hacer. “Tendrían que ir los tractores y entrar por la 9 de julio”, imaginan.

Pequeños productores rurales, arrendatarios, pero también los llamados “capitalizados”-propietarios de pequeñas porciones de tierra, de sus vehículos y herramientas- llegaron la semana pasada a Capital Federal desde distintas provincias del país (Salta, Misiones, Buenos Aires, Santa Fe, Chaco, Jujuy, Formosa, Santiago del Estero y San Juan, entre otras)  para participar de un encuentro en la sede de la CTA Autónoma junto a campesinos, indígenas y trabajadores ‘golondrina’.

En la mesa redonda que se armó en la sede obrera ubicada en el microcentro porteño habían hombres de poncho y porongo, mujeres de manos curtidas, colonos de barbas amarillas y sombreros de grandes alas, otros de boina, sindicalistas de pechera y zapatillas, y hasta funcionarios de traje.

Una reunión peculiar en un lugar particular con un objetivo también novedoso. Como le explica a Canal Abierto Ana Cubillas, del Sindicato Único de Obreros Rurales (SUOR-CTAA) de Misiones y secretaria adjunta de la Federación de Trabajadores y Trabajadoras Agrarias de la República Argentina (FeTARA-CTAA), “el Gobierno de Javier Milei es tan violento a la hora de quitar derechos que por eso es más rápida la unidad”.

Puntualmente, desde la Federación denuncian el impacto del DNU 70/23 y de la Ley Bases en el sector rural. “Las instituciones que regulaban las economías regionales han sido destruidas o directamente desfinanciadas y, junto al ajuste y a la caída del consumo, hacen que la producción en el interior del país esté en estado gravísimo”, sintetizó durante la apertura del encuentro Ernesto Ojeda, su titular.

El de la yerba mate es un caso testigo para entender la problemática. De la provincia salen las 900 toneladas que abastecen a todo el país, pero con el Instituto Nacional descabezado y los precios desregulados, los productores que empezaron pidiendo $510 por el kilo de hoja terminaron percibiendo tal solo $180, cuando en góndola la yerba va de entre los $2500(en mayoristas) a los $5000.

A esto se sumó la apertura de las importaciones: “Lo que dicen las grandes industrias, Milei y el DNU es ‘¿no me querés vender la yerba? Bueno, la abro de Paraguay y Brasil’. Y te abren la importación, y ni siquiera ganas esas poca plata que ganabas”, explica Cubillas.

Los olvidados

Mientras, al igual que en el resto del sector agrario, los trabajadores no cobran salario o por jornal sino “a destajo”, por cantidades: por tonelada en el caso de la yerba, por bandeja en la frutilla, por bolsón en la naranja, y así. “Yo cosecho 1000 kilos de hojita verde de un árbol para ganar 35.000 pesos”, detalla la dirigente sindical.

“El nuevo sindicalismo rural” –en el que se inserta el SUOR y otros gremios de la FeTARA-nace para discutir esto”, agrega. “Lo hemos planteado también en esta unidad que estamos construyendo, porque si no se entiende que cuando se termine Milei, y cuando el DNU ya no este, y cuando vuelva el Instituto, nosotros de nuevo quedamos olvidados”.

Por eso, “estamos en lucha para que consigna mejor precio de la producción, pero también  por el salario del trabajador rural, y en eso también tuvimos que poner blanco sobre negro”. “Sabemos quiénes son las patronales rurales, entonces, no es la unidad por la unidad, sino que la salida tiene que ser juntos: no es ayudándote a que vos tengas buen precio y el mío después lo vemos”, contó la dirigente sobre las rispideces que se plantearon en el encuentro en la CTA Autónoma.

El hambre

Gabriela Rearte es titular de la Asociación de Trabajadorxs Rurales y Estibadorxs de Salta (ATRES-CTAA) y Adjunta de FETARA. Como Ana Cubillas, también es trabajadora ‘golondrina’, temporal: desde chica está en la cosecha del tabaco, pero cuando termina se va al ají, o al poroto, o al maíz, y sino a otra provincia a cosechar arándanos o vid.

Es un sector en el que las problemáticas “son eternas”, a pesar de algunas mejoras que tuvieron durante los gobiernos kirchneristas. Tienen “una ley hermosa”, la 26.727 (Régimen de Trabajo Agrario), pero no se cumple. Esa norma, por ejemplo, dice que se pueden jubilar a los 57 años. “Pero yo tengo mis abuelos que son de la tercera edad, te hablo de 60 o 70 años, que trabajan desde muy chicos, y todavía no los puedo jubilar”, cuenta Rearte.

-¿Y cuál es la problemática con este Gobierno?

-El hambre-afirma-. Porque si te decía yo que hemos avanzado con políticas públicas, pero si te quitan el subsidio a la luz y tengo que pagar el triple, porque no es ni el doble, es el triple, y si estabas pagando $8000 y ahora estas pagando $35000, y el gas pagabas $300 y ahora pagas $6000, la carne $3000 y ahora $12000; y ahí es donde afecta el hambre. Porque seguís trabajando, y te pagan de la misma forma pero no te vale lo mismo.

“Cachorro” Godoy junto al Ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez y el Senador Nacional Sergio Leavy.

A esto se suma la caída del resto de las actividades, porque “el trabajador golondrina cuando terminaba la cosecha se iba a la construcción, pero las obras están todas paradas porque el que tenía para comprar materiales y hacerse una casa ya no tiene”. Esta cadena, explica, precariza aún más las condiciones de los trabajadores asalariados, que si antes podían alquilar, ahora tienen que quedarse en la finca, a merced de tener que estar trabajando todo el día haciéndole “gauchadas” al patrón.

Ante este panorama “es muy claro que hay que ir a un plan de lucha”, afirma Ana Cubillas. “Y un plan de lucha unificador, en masa, grande”, aclara. Ella imagina en grande: “Habría que juntar los tractores de Misiones, más los tractores de Corrientes, más los tractores de Chaco y aparecer en la 9 de julio con todo el sector agrario, todo el campesinado y los indígenas”. “A ver si tenemos esa capacidad de poder cambiar esto”.

Un gran frente

Durante el encuentro del que participaron además el SITRAC (Sindicato de Trabajadores Agrarios), el SOEAD (Reconquista), el SOEAIL (Azucareros Ledesma), Productores de APAM (Asociación de Productores Agrarios de Misiones), de ACPYM (Asociación de Productores Yerbateros del Norte), de MAM (Movimiento Agrario de Misiones), la Federación Nacional Campesina, el MOCAFOR y el Frente Nacional Campesino se definió “constituir un gran frente que organice la lucha por la soberanía agroalimentaria”.

“Esta iniciativa de la Central tiene el propósito de unir a trabajadores asalariados, junto a campesinos, trabajadores y trabajadoras de la agricultura familiar para elaborar respuestas concretas a las políticas económicas de este Gobierno que está destruyendo la producción y el trabajo”, había puntualizado en la apertura Ernesto Ojeda de FeTARA.

De la conversación también participaron el Ministro de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez, el senador Nacional Sergio Leavy, y el investigador Juan Pablo Olsson, entre otros.

Hugo “Cachorro” Godoy, secretario general de la CTA-A, impulsor y anfitrión del encuentro respaldó la iniciativa del sector y puso énfasis en la ampliación de la unidad: “Los y las trabajadoras, más allá de nuestra condición formal, tenemos la responsabilidad de unirnos en torno de un programa de lucha y eso es lo que estamos proponiendo”, señaló.

Por eso, “en unidad con la CTA de los Trabajadores estamos preparando un plan de lucha para pelear contra el hambre, contra la destrucción del trabajo, contra la entrega de la soberanía, contra la expulsión de los campesinos de sus tierras”, confirmó. “Es, también, para exigirle al Congreso de la Nación que derogue el DNU que es el que le posibilita a Milei gobernar por decreto”, cerró.

Foto de portada: Fabián Piedras (CTA-A)

Fuente: www.ctaa.org.ar