Los pibes están en otra

Por Gustavo Córdoba*

Vos podés hacerte el superado políticamente dentro de las estructuras centralistas que padecemos, podés mofarte que los compañeros son puristas o no tienen la capacidad de entender las contradicciones del proceso, “infantilismo de izquierda” porque no digieren tus incoherencias que en realidad son traiciones, acá en Buenos Aires, hasta donde llega la sombra del Obelisco pasa, pero en el interior, las dinámicas son otras, las miradas no se distraen tan rápidamente. La gente se para en posturas, decide, respeta y no se mueve por ordenes inconsultas por buena intención que les vendas.
Imposible comprender para conducciones netamente capitalinas como las que tenemos en la estructura nacional.
Podés hablar de los jóvenes. Elegirles sus voceros que les gusta a los históricos porque hablan como ellos, con un discurso envejecido, pero la pendejada lo nota, se aburre, se embola, se va a la mierda. Entonces te quedás diciendo que no les importa nada. Si les importa, no quieren escucharte ni seguir a tu emisario joven porque le sacaron la ficha. Saben que cuando lo aprieten un poco los dejará tirado, los entregará, los va a cagar. Los pibes están en otra, son mejores que nosotros en muchos aspectos que nosotros desechamos.
Podés hacerte el compungido por los despidos insensibles que dicho sea de paso, siempre existieron, pero si no le conocés la jeta a un despedido, eso se nota, se percibe, la gente agradece por educación pero no es ingenua, sabe que el poder se limpia los mocos con los “repudios enérgicos” cuando no se pone la mínima energía.
Los trabajadores se percatan cuando su desgracia termina siendo solo un insumo para elaborar un discurso que hacen retumbar los decorados de los estudios de C5N, ofreciendo apoyo a gente que cuando va por ese apoyo se tiene que fumar secretarias que les ladran, o bigotudos que te sobran, y cuando te lo hacen saber los encubrís, los bancás más que a los trabajadores que se dice defender de gente que no muestran un poco de respeto, como esos que te rodean.
Y también queda en evidencia cuando tu Secretario Gremial se borra, terceriza su cargo que no le importa más que utilizarlo para los zócalos de TV, eso se nota, cualquiera que haya tenido un problema y recurrido por esa solidaridad lo sabe porque lo padeció.
Podés disimularlo un tiempo pero no todo el tiempo.
Subestimaron a toda una generación y ese es el precio: Obligados a un “gesto” de grandeza; irse, bajo los efectos de la propia medicina de la “coyuntura” que tantas veces impusieron a fuerza de orgánica inquisidora y que todavía quiere llevarse puesta a la CTA, con algo que ustedes se atreven a llamar “unidos y organizados”.
*Secretario General Nacional del Sindicato Joven CIS-CTA (Comercio, Industria y Servicios)