Los puntos sensibles del auge del Teletrabajo en América Latina

Uno de las principales falencias del avance del teletrabajo en la región es la desigualdad en cuanto al acceso las herramientas básicas de digitalización. Cerca de un 73 % de la población accedió a internet, en condiciones inestables que después afectaron su continuidad.

El informe de la OIT en América latina Panorama Laboral en Tiempos de COVID-19 reveló que “una porción significativa de los trabajadores independientes no quedó enmarcada en la excepción del aislamiento y, a su vez, gran parte de ellos son autónomos que no trabajaban desde sus hogares y para los cuales la posibilidad del teletrabajo es reducida”.

Argentina es el primer país precursor de una ley que establece los presupuestos legales mínimos para la regulación de la modalidad de teletrabajo. En 2020 el teletrabajo surgió como una necesidad para continuar con la actividad, por lo que se presentaron 21 proyectos en el Congreso de ese país.

En un estudio realizado por la CUT en Chile, los resultados indicaron que los trabajadores percibieron una disminución en los derechos laborales, prolongación de las jornadas laborales, disminución de bonificaciones, afectaciones al derecho maternal de las trabajadoras, falta de cobertura de enfermedades, entre otros.

Colombia, por su parte, adoptó medidas de seguridad y salud en el trabajo, autorizó con carácter temporal la adopción de horarios de trabajo flexibles, redacción de reuniones presenciales y alternativas de teletrabajo.

Por otro lado, Paraguay, Costa Rica, Colombia, Chile y Perú han aprobado normas para el teletrabajo, o están en proceso de hacerlo. Por su parte, en Belice las empresas que pueden operar en remoto están obligadas a permitir que los empleados trabajen desde sus casas.

Según la encargada del área de Mercados de Trabajo Inclusivos de la OIT en Argentina,Elva López Mourelo: “En los países andinos y de Centro América, solo un 15% de la población o incluso menos tiene acceso a banda ancha”.

A lo cual hay que sumarle, que las empresas que impulsaron el teletrabajo llegaron en 2018, un momento donde había una fuerte crisis migratoria en el continente, proveniente en su mayoría de Venezuela.

Finalmente, un informe de la Cepal determinó factores específicos, en cuanto al uso de la tecnología que retrasan su evolución en el continente: una estructura productiva compleja y heterogénea; un mercado laboral marcado por una alta informalidad y precariedad; una clase media frágil; un Estado de bienestar debilitado; una infraestructura digital deficiente; y restricciones socioeconómicas y culturales a la conectividad.

Fuente: www.mundogremial.com