Masacre de Napalpí, el juicio: Por la verdad, un siglo más tarde

Por Néstor Pérez*

En lo que constituye la mayor matanza de originarios del siglo XX, el fusilamiento de cerca de 500 miembros de los pueblos qom y moquoit tiene desde hoy su Juicio por la Verdad.

Se intentará ventilar la responsabilidad que le cupo al Estado, aquel 19 de julio de 1924, cuando Chaco aún era territorio federal. Los debates se llevarán a cabo en Resistencia, Machagai (también Chaco) y Buenos Aires. A cargo del proceso estará la Jueza Federal Zunilda Niremperger.

En los primeros años del siglo XX, la reducción de Napalpí alojaba mano de obra barata para ser explotada en los algodonales. El programa de “reducción” significaba además liberar grandes extensiones de tierra donde vivían libremente; el propósito era hacerlas “productivas”. Los indios pagaron entonces el desarrollo económico de una zona cuya tierra les pertenecía.

En la trágica jornada del 19 de julio de 1924, argumentando una rebelión, cuando lo que ocurría era una protesta por la violencia y explotación a que eran sometidos, gendarmes y aviadores, a las órdenes del Gobierno Nacional, desde tierra y aire, fusilaron a personas indefensas.

Las fuerzas federales no respetaron niños ni ancianos. Solo pudo escapar hacia el monte, abrigada por el intenso deseo de vivir, una niña que más tarde aportaría el único valioso testimonio del genocidio perpetrado: Melitona Enrique.

La trama de lo sucedido hace casi un siglo fue revelada por el escritor Pedro Solans en un libro fundamental: “Crímenes en Sangre”. Hoy comienza otra jornada histórica en la justicia argentina, esta vez, para develar un crimen colectivo tapado por un silencio ominoso de 98 años.

*Periodista y escritor. Secretario de Organización del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren-CTAA)