No se va, lo echamos

Por Juan Carlos Giuliani*

Por fin llegó el día. Macri y su pandilla desalojan la Casa de Gobierno después de haber fundido el país, empobrecido a sus habitantes y entregado a manos llenas porciones de soberanía acentuando, durante sus cuatro años de mandato, el proceso de concentración y extranjerización de la riqueza.

No se va, lo echamos. Fue la lucha de la clase trabajadora y el pueblo que, como tantas otras veces en la historia, hizo derrapar el proyecto oligárquico. Como decía Amado Olmos: “Las banderas de la Soberanía Política, la Justicia Social y la Independencia Económica, las salvamos nosotros, los trabajadores, cuando toda una clase de dirigentes las habían abandonado. Ese es nuestro mérito histórico”.

Una vez más quedó demostrado que sin trabajadores no hay Patria. No puede explicarse el triunfo electoral en primera vuelta del Frente de Todos el 27 de octubre sin registrar la dimensión de la resistencia de sindicatos, movimientos sociales, organismos de derechos humanos, pueblos originarios, que desde el primer día del Gobierno de Cambiemos confrontaron en la calle contra las políticas de ajuste, explotación y entrega.

Por estas horas, la mayoría de la población transita por un sendero de alegría y esperanza.

Alegría, porque termina la Pesadilla Macrista. Hemos derrotado en las urnas el tercer intento de restauración oligárquica en la Argentina. El primero fue a sangre y fuego con la Dictadura Cívico-Militar en 1976. El segundo con Menem-Cavallo y la Convertibilidad que siguió con De la Rúa-Cavallo hasta que el pueblo los obligó a tomarse el helicóptero en las heroicas jornadas de diciembre de 2001.

Esperanza, porque existe la expectativa legítima que después de la barbarie alumbre un nuevo tiempo político. Y, con él, la posibilidad de recobrar protagonismo en el debate de la agenda pública para hacer valer las necesidades más urgentes del pueblo. Ya se ha dicho, el hambre y la pobreza no pueden esperar. Hay que atacar de raíz la injusta matriz de distribución de la riqueza. Ojalá los nuevos gobernantes tengan el coraje cívico para acometer semejante empresa que implica, ni más ni menos, que meterse a pelear con los dueños de casi todas las cosas. Vamos a acompañar la esperanza popular sin resignar el pensamiento critico.

Por otro lado, existen todos los elementos de juicio que permiten al Gobierno entrante revisar la deuda con el FMI -patrocinada por el patrón del Imperio, Donald Trump- que es inconstitucional, en tanto y en cuanto no fue tratada por el Congreso de la Nación, y de auditar la ilegítima, ilegal e impagable Deuda Externa porque, como bien dice el compañero Claudio Lozano, las deudas se pagan, las estafas no.

Nada de lo que vendrá puede ser peor a lo que vivimos estos años. En ese punto la vara está bajísima. Será importante entender que si todos contribuimos a la victoria electoral, se gobierne de igual modo, con todos y para todos.

Hoy se vive, por un lado, la emoción de haberle puesto punto final a este ciclo perverso de saqueo y, por el otro, la alegría por lo que viene. Colmados de dudas. Conscientes de las dificultades que acechan a cada paso y del camino minado que ha dejado la Ceocracia. Pero dispuestos, como siempre, a poner el cuerpo para defender la idea de una sociedad emancipada.

Sabemos sobradamente que el enemigo es un monstruo grande y pisa fuerte. Y el Modelo Extractivista está invicto desde que fuera impuesto por la tiranía oligárquica-militar. Sin un pueblo movilizado, no será sencillo ponerle el cascabel al gato.

El Secretario General de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA), el brasileño Rafael Freire, puso en palabras el estado de ánimo de nuestros pueblos después de la libertad de Lula y la derrota de Macri durante el Congreso Nacional Extraordinario de la CTA Autónoma del 2 de diciembre: “Somos aquellos y aquellas que luchan, pero también cantan. Somos aquellos y aquellas que luchan, pero que también bailan. Somos aquellos y aquellas que luchan, pero que también hacen el amor. Somos aquellos y aquellas que luchan para defender el sagrado derecho a ser felices”.

La misma felicidad con la que este 10 de diciembre vamos a reventar la Plaza de Mayo para aprovechar esta nueva oportunidad histórica de dar vuelta la taba.

*Vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de la CTA Autónoma Río Cuarto. Congresal Nacional de la CTA-A en representación de la provincia de Córdoba

Ilustración: Jericles