Pino: Hasta siempre o hasta la victoria

Por Manuel Justo Gaggero*

No pudieron con vos  ni la Triple A que te condenó a muerte en diciembre de 1973, ni  la “ Fuerza de Tareas” de la Marina que intentó secuestrarte en 1976, ni la Dictadura  Militar que te  imputó ser  “anti argentino” por denunciar  los crímenes de lesa humanidad que cometía. Tampoco te doblegaron los asesinos que te dispararon en 1991 cuando denunciaste la política de desregulación y privatización del petróleo llevada adelante por el Presidente Carlos Saúl Menem en acuerdo con el CEO de Pérez Companc Oscar Vicente. Fuiste víctima de este virus de oscuro origen que ha provocado una seria crisis en todo el planeta y en nuestro país la más  importante de los últimos 50 años.

Te conocí en  setiembre de 1970 cuando viajé a Buenos Aires para participar en una actividad convocada por el Mayor Bernardo Alberte para celebrar el triunfo de la Unidad Popular en Chile y reiterar el pedido de libertad de los presos políticos. Un mes antes había recuperado mi libertad luego de estar detenido, varios meses, a disposición del Poder Ejecutivo en la vieja Cárcel de Caseros. Te conocía de nombre y por haber visto en una exhibición clandestina  ese extraordinario documental que filmaras junto a Octavio Getino: “La Hora de los Hornos”. Sin duda un documento histórico que explica la decisión de nuestra generación de participar en organizaciones revolucionarias que interpelaron al verdadero poder.

Desde el primer momento sentí una fuerte empatía por vos. Nos volvimos a ver  cuando realizamos una intensa campaña desde el Diario “ El Mundo” para desenmascarar una operación del Comisario Alberto Villar -uno de los fundadores de la siniestra Triple A- dirigida a imputar a Envar El Kadri y a Julio Troxler su participación en un complot para asesinar al entonces Presidente Juan Domingo Perón. Por supuesto una falacia. Este último fue el protagonista principal de tu primera ficción “Los Hijos de Fierro”. Fue asesinado por el “Somaten criollo” en setiembre de  1974. La misma se estrenó en 1984 en Buenos Aires. Luego nuestros caminos se bifurcaron.

En 1986 me emocioné hasta las lágrimas al ver el “Exilio de Gardel”. Me contaste lo que fue armar la música de ésta con Piazzola. Horas y horas de trabajo en París y en el medio los infaltables fideos para amenizar las veladas. Finalmente viajaste a Bruselas donde estaba actuando Astor y su grupo y en una noche grabaron lo que sería el núcleo musical central del film. Vos tenías una formación en esta disciplina ya que cuando eras muy joven pensaste en ser pianista. Tu padre te apoyaba en esta decisión. Este era un extraordinario médico, dedicado a la Salud Pública, que dirigió durante muchos años el Hospital de Vicente López. Cuando trabajé en Salud en esa localidad me encontré  con antiguos empleados que hablaban maravillas de tu progenitor.

Posteriormente se estrenó “Sur”. En este amalgamaste a dos intérpretes de nuestra música de diferente género: Roberto Goyeneche y Fito Páez. En  los 90 llegó a la Casa Rosada Carlos Saúl Menem iniciando una década de privatizaciones, entrega del patrimonio nacional, destrucción de la red ferroviaria y de cientos de miles de puestos de trabajo. Por supuesto, acompañada de una corrupción  sin límites. Toda la burocracia política y sindical del peronismo se encolumnó detrás de su proyecto claramente neoliberal y los señores feudales que gobiernan las provincias en nombre de este hicieron lo mismo.

Vos  “saltaste la tranquera” y denunciantes la entrega y la política de desregulación del petróleo en connivencia con  el grupo Pérez Companc. La respuesta: Te dispararon varios sicarios  generándote heridas de consideración. No te amilanaste y ahí nos volvimos a reencontrar. Conformamos un grupo de amigos y años más tarde dos colegas me propusieron que te acompañara como asesor a la Convención Constituyente reunida en Santa Fe. En esos meses fortalecimos nuestra amistad y profundizamos coincidencias. Te vi batallar con una fracción del Frente Grande liderada por Carlos Alvarez que boicoteaba la decisión primera de esta alianza que era construir una alternativa independiente de los dos partidos que aparecían como mayoritarios: peronismo y radicalismo. Al mismo tiempo  impulsaste la cláusula  que le otorga rango constitucional a la propiedad intelectual.

Posteriormente encabezaste diversos intentos de construir un Frente con diferentes resultados electorales. Al mismo tiempo seguías produciendo magníficos documentos fílmicos como “Memoria del Saqueo”, la “Dignidad de los Nadies” y la “Ultima Estación” y te reunías en Caracas con  Hugo Chávez y en La Habana con Fidel. En una construcción simbólica te veo sentado con Ingmar Bergman, Bernardo Bertolucci, Fernando Birri y Raymundo Gleyzer conversando sobre el rol del cine como herramienta de transformación.

No cabe duda que pasaste por la vida apostando a las utopías y con acuerdos o desacuerdos me despido de vos con un “Hasta la Victoria”.

*Abogado y periodista. Ex Director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre”“ y “Diciembre 20”