Tango en Villa María: La pasión de Sansinanea por lo gardeliano

Por Jesús Chirino*

En esta ciudad, donde el tango apareció a principio del siglo XX y tuvo (y tiene) grandes cultores, rescato el nombre de Renato Sansinanea, quien trabajó incansablemente por el género y para que se recordara la visita del Zorzal Criollo.

El tango y la protesta

El tango nacido en las orillas suele ser presentado con trajes que no son el suyo, de allí la importancia de quienes desarrollan trayectorias trabajando por la memoria y el sostenimiento del género. Por ejemplo, muchas veces escuchamos que el tango no incorpora la protesta. Incluso figuras como el reconocido poeta e historiador del tango, Horacio Ferrer, sostuvieron que el género no se ocupó de la política. Pero analizando en profundidad, la cosa parece ser distinta.

Es así que Ricardo Horvath, en su obra “Esos malditos tangos: apuntes para la otra historia”, cita a Juan José Hernández Arregui (quien supo vivir en Villa María), diciendo “el tango es un producto social. En él se afirma confusamente una diferenciación del hombre bajo de la ciudad que se siente perseguido en todas partes.  Se ha señalado, también, el carácter erótico del tango. Ese contenido existe… Es la música lánguida de un pueblo humillado”.

Por otra parte, una frase adjudicada a Osvaldo Pugliese señala que el tango “es el libro de quejas del arrabal”. En tanto, Susana Rinaldi sostuvo que es “la canción contestataria que expresó el dolor del pueblo”. Si fueran pocas estas opiniones, existe una gran cantidad de tangos sobre temas sociales, figuras políticas que reivindican gestas populares o reivindican derechos. Pero no siempre esto es rescatado por la historia oficial del tango, al igual que suele ignorarse la profusión del género en puntos geográficos del país alejados de la gran capital nacional.

No solo Buenos Aires 

El tango, junto al candombe, en 2009 fueron declarados patrimonio cultural intangible de la humanidad por la ONU. La presentación solicitando esta declaración fue realizada, de manera conjunta, por Argentina y Uruguay. En el escrito elevado al organismo internacional puede leerse: “El tango nació entre las clases bajas de ambas ciudades [Buenos Aires y Montevideo] como una expresión originada de la fusión de elementos de las culturas afroargentinas y afrouruguayas, auténticos criollos e inmigrantes europeos. Como resultado artístico y cultural de este proceso de hibridación, el tango es considerado hoy en día como uno de los principales signos identitarios del Río de la Plata”.

Más allá de la hegemonía de Buenos Aires y la centralidad que esta ocupa en el mundo tanguero argentino, en otros lugares del país también se desarrolló el fenómeno cultural del tango. Villa María es una de esas ciudades en las cuales, desde hace muchos años, se disfruta su baile, música y canto. Fue en las décadas del ´40, ´50 y ´60 cuando, en esta ciudad del sudeste cordobés, el tango brilló con mayor esplendor, cuestión que se refleja no solo por la visita de grandes figuras representativas del género, sino también, en las composiciones tangueras de artistas locales.

En el libro “El tango en Villa María (1940-1970)” de Silvia Aballay, Paula Fernández y otros, se recopilan datos acerca de las composiciones villamarienses de tangos y otros géneros habituales en los repertorios de quienes ejecutaban música ciudadana.

Cuando cantó el Zorzal 

Uno de los primeros registros que se tiene de la actividad tanguera en la ciudad es en 1911, cuando el joven bandoneonista Augusto Berto llegó a Villa María. Nacido en Bahía Blanca durante el año 1889, a los cinco años fue a vivir a Buenos Aires, al barrio de Villa Crespo. Este músico desarrolló una importante carrera como director de orquesta y compositor.

Entre sus creaciones se cuenta la música del difundido tango “Dónde estás corazón”, cuya letra corresponde a Luis Martínez Serrano. Bernardino Calvo, en su “Villa María del recuerdo”, lo describió como una de las primeras visitas tangueras de las que da cuenta la prensa de la época y agrega que “actuó en Villa María, en pleno ciclo de evolución del tango”, según lo manifestó el propio autor e intérprete cuando ya era figura consular de la música ciudadana y regresó a nuestra ciudad, en el mes de junio del año 1938, como inspector de la Sociedad Argentina de Autores.

Pero el gran acontecimiento en Villa María relacionado con el tango se produjo el 12 de agosto de 1933, cuando el gran Carlos Gardel actuó en la ciudad. De gira, el músico había estado en las sierras de esta provincia y luego actuaría en la localidad de Marcos Juárez. A las 21 horas de aquella noche, en la sala del Teatro Capitol, el popular artista, conocido como el Zorzal Criollo, deleitó a la concurrencia local con su voz. Para entonces, el cantor, compositor y actor nacionalizado argentino ya era un gran ídolo popular.

Gardel cantó con contenido social 

Ese mismo año, en Europa, Hitler inició su campaña antisemita. Gardel, que registró muchos tangos con contenido social, compuso y grabó Silencio, un alegato contra la guerra. En setiembre de ese mismo año, en medio de la crisis económica, estrenó el tango canción “Al pie de la Santa Cruz”, de Battistella y Delfino: “Declaran la huelga, hay hambre en las casas / es mucho el trabajo y poco el jornal / y en ese entrevero de luchas sangrientas / se venga de un hombre la ley patronal”.

El Zorzal Criollo, que en Villa María contó con un amigo, Lucas Andrada, comerciante que poseía la representación de los pianos Breyer, también tuvo a quien trabajó mucho para que aquella actuación en la ciudad no se olvidara, Renato Sansinanea, artista con un gran fervor gardeliano.

En 1993, cuando se cumplieron 60 años de la visita de Carlos Gardel, creó un festival denominado “La noche de Carlos Gardel”. Lo hizo en el Teatro Verdi, la misma sala en que cantó el Zorzal Criollo, cuando se denominaba Teatro Capitol.

Sansinanea trabajó durante décadas, de manera incansable, para que todos los años se repitiera la cita gardeliana. Aunque no fue esta la única actividad que este trabajador de la cultura realizara para recordar a Gardel. A modo de ejemplo, podemos recordar el 12 de agosto de 2008, cuando participó de la inauguración del Monumento al Zorzal, escultura que diseñó en honor a Carlos Gardel. Se la puede admirar en la plazoleta que lleva el nombre del cantor, creada en 1985 y ubicada en la esquina de bulevar España y bulevar Argentino, en el barrio Trinitarios.

Hace poco tiempo, el sábado 25 de junio de este año, Renato cerró sus ojos, fue algo que produjo gran tristeza entre quienes lo conocíamos.

Villa María se quedó sin un importante hacedor cultural, pero él también quedó grabado en la memoria de la ciudad.

*Docente. Periodista. Secretario General de la Unión de Trabajadores de Estados Municipales (UTEM-CTA). Delegado Normalizador de la CTA Autónoma Regional Villa María

Fuente: www.eldiariocba.com.ar