Tiempos difíciles y doble moral

Por Viviana Pomiglio*

Hoy me levanté cansada. La cuarentena cansa. El encierro físico y mental cansa. La impotencia cansa y más te cansa comprobar como en épocas de terrible Pandemia, la doble moral se dobla en abuso de poder sobre los más débiles y desprotegidos. Nos gusta y necesitamos además, hablar en tiempos de Coronavirus de cosas lindas y esperanzadoras.

Muchas, cientos, miles de personas se esfuerzan por hacer bien las cosas y amasar esperanza en forma del pan casero que nunca había hecho antes y pinta sus día con barbijos de colores aunque, cuando a la noche o a la madrugada (andamos con el reloj alterado) ponemos la cabeza en la almohada, pensamos en nuestros chicos, en nuestros viejos, en los que queremos que estén bien y no les pase nada. Eso no está en ningún tutorial.

Por eso me cansa la doble moral de vecinos de esta ciudad de Río Cuarto que amo tanto, en tiempos de Pandemia sanitaria y humana.

Señoras y señores profesionales, empresarios, dirigentes, docentes universitarios que van a marchas que aprovechándose de la “casi” segura ignorancia de sus empleadas y empleados de casas de familia los hacen ir a trabajar violando la cuarentena y el Decreto Presidencial y, de paso, si se quejan los echan. Total, que van a hacer en éste momento ésta gente que no sabe nada y nadie nos ve acá en casa, dirán.

Se equivocan, “esa gente” no está más sola, “esa gente” está aprendiendo a apropiarse de sus derechos y a actuar como no se había animado nunca y vecinos, ciudadanos de éste Río Cuarto, están aprendiendo a ponerse en la piel del otro.

Llaman y denuncian lo que está haciendo mal el del lado o el de frente y entre todos y todas estamos aprendiendo a cuidarnos.

Y así, se va equilibrando la balanza y seguimos apostando a una sociedad mejor.

Lo que no me quita, que ciertas conductas hecha prácticas, agobien, te cansen y digas: La pucha!! cuanta falta de humanidad, cuándo nos vamos a respetar como personas al márgen del status.

Digo nomás, esta mañana que voy a tener que dibujarme un sol para iluminar el día.

*Apoderada de la Asociación Personal Casas de Familia (APECAF-CTA)