El 23 de octubre se realizó la Mesa-Debate en la nueva sede de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA-CTAA) con la presencia de Rodolfo Aguiar (ATE), María Fernanda Boriotti (FESPROSA), Víctor Grosi (SITRAIC), Julio Acosta (FeTERA) y Daniel Yofra (Federación de Aceiteros), frente a un público que desbordó el salón principal.
La mesa llevaba como título “Unidad, autonomía y lucha contra el ajuste”. Abrió la reunión Boriotti saludando a los participantes.
Julio Acosta hizo un racconto de los 50 años de liberalismo y ofensiva del capital contra el trabajo, comenzando por el “Rodrigazo” y la dictadura militar, pasando por el “Menemismo”, culminando este proceso en el desastroso Gobierno de Alberto Fernández, que llevó al surgimiento de la alternativa libertaria.
Hizo un llamado a reconstruir el movimiento obrero sobre las bases de un compromiso inclaudicable con la transformación social profunda que necesita nuestra Patria.
A su turno, Aguiar señaló con claridad quiénes son los ganadores y los perdedores en este proceso y expuso con lujo de detalles las ganancias exorbitantes del capital concentrado a los que llamó como los verdaderos gobernantes detrás de la pantalla de Javier Milei.
Señaló que el movimiento obrero tiene varios desafíos por delante. Estamos frente a un Gobierno que pretende instaurar el mismo modelo económico de la última dictadura militar. En este contexto de crisis, los grandes grupos económicos multiplicaron sus ganancias mientras se derrumbaron los salarios y las jubilaciones. La respuesta debe ser la huelga y movilización como el derecho constitucional más sagrado que tenemos los trabajadores.
A posteriori, Boriotti hizo hincapié, coincidiendo con los ponentes anteriores, en la necesidad de crear esta alternativa combativa y consecuente en defensa de los derechos de los trabajadores. Dijo que poner la energía y la estructura de los sindicatos en las internas partidarias retrasa la lucha social.
Y como plantearon otros, para derrotar a Milei en las urnas primero hay que derrotarlo en las calles.
Coincidió con responsabilizar a la dirigencia mayoritaria de la CGT que arregla con el Gobierno y que da por hecha la reforma laboral y todos los retrocesos para luego negociar algunos aspectos donde está por ejemplo la no eliminación de la cuota solidaria y otro tipo de concesiones a cambio de frenar la lucha contra la Ley Bases, el saqueo a los jubilados, la desfinanciación de las universidades, la salud pública y el ahogo de los movimientos sociales.
Grosi, relató la experiencia de los trabajadores de la construcción que sufrieron 140.000 despidos por las políticas del gobierno libertario. Fue muy preciso al señalar a Gerardo Martínez, responsable internacional de la CGT, como socio de la Cámara de la Construcción y del Gobierno, tanto en permitir la precarización laboral que alcanza el 60% de los trabajadores como en no combatir la ola de despidos sin ningún tipo de acción gremial. Coincidió con Acosta de la necesidad de refundar el movimiento obrero y sus organizaciones y sostuvo que este proceso debía llevarse desde abajo, desde las bases.
Entre los responsables de no haber podido frenar aún la hora de despidos y la pérdida salarial, señaló a los dirigentes sindicales más preocupados por cuidar sus poltronas y arreglar con el poder los salarios a la baja que en defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Y con ello, señaló a los dirigentes sindicales que no habían podido frenar la ola de despidos.
Por último, Yofra mencionó las experiencias de aceiteros de respeto irrestricto a la democracia sindical de base, las experiencias de las huelgas exitosas que les permitieron mantener uno de los salarios más altos de la industria y no se privó de criticar también a su propia Central por abandonar la lucha de clases y las reivindicaciones de los trabajadores coincidiendo con los oradores anteriores en que el movimiento obrero debe crear su propia alternativa política, no partidaria, y dejar de desgastarse en internas donde, como señaló, la decisión final, la tiene el jefe político de turno y no los trabajadores.
Todos nos llevamos la sensación de que, aún con diferentes visiones sobre cómo pararse frente a los partidos y a las centrales, había entre los dirigentes fuertes coincidencias que podrían resumirse en priorizar la lucha social contra el ajuste, enfrentar en el movimiento obrero a la burocracia sindical, promover la refundación y resindicalización a partir de la democracia de base y confluir en iniciativas concretas que permitan mostrar y dar confianza a los trabajadores en que la lucha contra el ajuste es posible y necesaria.
Fuente: www.fesprosa.org.ar