“A mí no me meten más la mano en el bolsillo”

Es Belén Urquiza, trabajadora de limpieza en el Hospital “San Antonio de Padua” de Río Cuarto, subcontratada por la empresa Mediterránea Clean, una de las patronales más brutales que existen en nuestro país. Bajos salarios, trabajo bajo amenaza, persecución y maltrato algunos de sus métodos habituales que no ocurrirían sin protección política y sindical, pero la impunidad es tal que generan hasta el temor de los funcionarios públicos que deben controlarlos.

Con el inicio de la cuarentena así como aparecieron los insumos que siempre fueron escasos e inexistentes se esfumaron del salario 5 mil pesos que no se sabe a qué se deben porque tampoco les entregan los recibos de sueldo periódicamente.

Si bien los encuadran en el  Sindicato de Obreros y Empleados de Empresas de Limpieza, Servicios y Afines de Córdoba (SOELSAC-CGT) no cuentan con representantes sindicales en la ciudad, es la propia empresa la que se encarga de cuidar los intereses del gremio.

“No te pases al otro gremio -por el CIS-CTA Autónoma de la provincia de Córdoba- porque vas a tener problemas”, es la recomendación que por estos días imparte Miriam Alvarez, supervisora de Mediterránea Clean. Y tiene razón, cualquiera que cuestione la ausencia gremial y actúa en consecuencia se expone a una serie de represalias que van desde el maltrato, la amenaza de los miembros del sindicato que en connivencia de los contratistas pueden hacerse presente en los servicio, reunir al personal y amenazar abiertamente a los trabajadores que cuestionan sus métodos patronales.

“Estamos hartos que nos vivan amenazando, que nos tomen como ignorantes y que tengamos que agachar la cabeza, sé que estoy obrando bien, a mí no me meten más la mano en el bolsillo”.

Es que Belén que trabajó todo el mes de octubre aún no le abonaron el sueldo como al resto de sus compañeros. Cuando se lo reclamó a la supervisora ésta la suspendió por una supuesta falta de hace 40 días, como se negó a firmar la suspensión escrita con lápiz, volvieron a suspenderla por rebelde, utilizando otro método ilegal ya que hacen firmar a otro trabajador la notificación de la sanción.

Belén Urquiza-Mediterránea Clean Río Cuarto

El Doctor Pepe director del “Hospital San Antonio de Padua” le dijo que ‘no se puede hacer nada’.

Es la respuesta habitual de los funcionarios a quienes les cabe la responsabilidad del control pero están sometidos a los vaivenes de la política que en definitiva es la que maneja estos negocios mientras los derechos de los trabajadores de limpieza en Córdoba son como un paciente que se desangra ante la desidia, la insensibilidad y la corrupción.

Todo comenzó cuando la empresa tomó conocimiento que parte de su personal estaba considerando renunciar a la afiliación compulsiva al SOELSAC y pasarse al Sindicato Joven CIS-CTA-A.

A partir de las capturas de pantalla de un grupo de whatsapp comenzaron las represalias. Belén no se dejó intimidar, de todas maneras y pese a todo se afilió a la CTA y está dando su propia batalla que ojalá motive al resto a sumarse y poner fin a estas injusticias que siempre encuentran su límite y hasta terminan para siempre cuando los trabajadores deciden enfrentarlas, denunciarlas y derrotarlas de manera organizada.

Fuente: www.cisencta.blogspot.com