Ante la enfermedad, garantizar la salud de la población es un derecho

Por Julia Giuliani

Ramón Carrillo, santiagueño y médico fue el titular de la Secretaría de Salud Pública, con rango de Ministerio, en el gobierno peronista de 1946. La ampliación de derechos para los sectores populares y, dentro de estos, el Derecho a la Salud, se constituyó en un eje fundamental del Gobierno en general, y del Doctor Carrillo en particular.

En esta crisis sanitaria actual que repercute en Argentina y todo el mundo, es clave el rol del Estado. Empezamos a valorar ese Estado de Bienestar tan necesario y tan presente; esta pandemia del Coronavirus echó por la borda la concepción neoliberal y mercantilista de que la Salud es un negocio.

La Salud es el bien más preciado del ser humano. En la actualidad, gozar de éste constituye un derecho básico, y facilitarlo es una obligación del Estado. Sin embargo, la Salud ha sido olvidada, desmantelada por largos períodos. Rescatar hoy la Salud Pública como un bien social es tarea de todos los argentinos y argentinas.

En este marco, aplaudir a quienes hoy se exponen y son las y los principales garantes de nuestra salud, no alcanza. A través de una nota firmada por el Secretario General del Consejo Directivo Provincial de ATE-Córdoba, Federico Giuliani, la organización de trabajadores volvió a solicitar al Gobierno de la Provincia de Córdoba el mejoramiento inmediato de las condiciones laborales, la contratación de nuevo personal para el área de Salud. “Queremos resaltar en primer lugar el rol de nuestra ‘primera línea’ contra la pandemia. Ellos y ellas son nuestros médicos, enfermeras, y todo el personal de maestranza y administración de la Salud Pública Provincial que es la que viene sufriendo la política de ajuste”.

Actualmente alguien que realiza mantenimiento o limpieza, con 15 años de actividad, está cobrando 32 mil pesos y no es muy distinto a lo que cobran administrativos, técnicos, enfermería e incluso el personal médico.

El dirigente estatal remarcó que la semana pasada “desde ATE hicimos otro pedido: El de un Salario Complementario para cada trabajador y trabajadora de la Salud mientras dure esta situación de crisis extraordinaria”.

“La primera línea somos nosotras y nosotros”

Virginia Lázaro, trabajadora y delegada de ATE en el Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba, señaló: “Las y los trabajadores de la Salud de la provincia de Córdoba sostenemos hace mucho tiempo la defensa de la Salud Pública, gratuita y de calidad en contra del avance de la mercantilización del sistema que limita el acceso igualitario de la Salud, que precariza las condiciones laborales, que baja los salarios, que precariza las prácticas de Salud, que establece categorías de pacientes. En Córdoba tenemos la Ley de Garantía Saludable que es la CUS de Córdoba, que a modo de un Seguro de Salud plantea una Canasta Básica Asistencial para los sectores de bajos recursos, generando diferencias en los accesos a la Salud”.

Este sistema lo que ocasiona es el empobrecimiento de los más pobres. “Siendo parte de esas luchas y habiendo entendido hace mucho tiempo que el sistema está en pugna, se puede afirmar que hay dos modelos que se enfrentan: El modelo sanitario contra el mercantilista y abrazando la defensa del Sistema de Salud como garante de derechos y en defensa de los puestos de trabajo, y de la calidad del sistema y entendiéndonos no solamente como trabajadores sino como usuarios y como parte de la comunidad, que es la que debe defender al Sistema de Salud Público, Gratuito y de Calidad para acceder libremente a ella, cuando vemos esta realidad que decanta triste y lamentable como esta pandemia y como el primer mundo y su modelo privatista y los sistemas mixtos de Salud colapsan y generan una catástrofe mundial, podemos decir que claramente tenemos razón. Lo que hemos sostenido y sostenemos las y los trabajadores estatales no sólo desde el discurso sino en la acción, desde el compromiso diario y la responsabilidad es aceptado”, declara firmemente Virginia.

Porque es el Estado el que tiene que defender la Salud y es el que tiene con qué. “No son las empresas, no son los adalides del sistema privado los que pueden garantizar la vida. Es el Sistema Público, es el Estado y las y los trabajadores del Estado en defensa de ese rol fundamental”; remata Lázaro.

Lisandro Veiga es odontólogo en la ciudad de Río Cuarto. Él, como gran parte de la población, reaccionó positivamente al aislamiento obligatorio. “Estamos siendo conscientes de lo que está pasando aunque tristemente no todo el mundo lo entiende de esa forma y lo toma a broma. Pero por suerte, lo que se ve en el mundo odontológico es que el 80% trabajamos de manera reducida por urgencias y otros cerraron su consulta. Lo que sí nuestros insumos básicos para desinfección treparon en el precio hasta un 200% como el alcohol, alcohol en gel y el lisoform”, relata Veiga.

La primera linea de esta trinchera de  lucha por la vida, está plagada de trabajadores y trabajadoras mal pagos. Roberto Calvetti es delegado de ATE en la Maternidad de la capital cordobesa, contó a RETRUCO que “los libros de historia nos han enseñado que en toda situación adversa, la humanidad a aunado esfuerzos para poder salir adelante y hoy nos toca eso. En esto reivindico el papel de quienes luchan denodadamente. Trabajadores del sector público que hacen esfuerzos para contener, prevenir y tratar, estamos en una situación de condiciones laborales que no son las ideales. Sueldos bajos, malas condiciones edilicias, nos seguimos capacitando y formando y en el medio de esto hoy descubrimos que en esa idea tan bastardeada que algunos gobiernos intentaron minimizar, somos los que estamos en primera línea de batalla contra un enemigo invisible”, dice convencido Calvetti.

Señaló también que el esfuerzo, las ganas y la vocación deben ser recompensados: “El Estado estuvo ausente, ha permitido hoy tener hospitales en situación deplorable, con personal que pone de su bolsillo si no hay insumos, hasta elementos que son realmente costosos. Esta pandemia encuentra a las y los trabajadores unidos pero también con miedos y necesidades. Con salarios bajo la linea de la pobreza y por eso sería muy bueno que reflexionemos de visibilizar a los garantes de este Estado de Derecho”, agregó Calvetti.

Liliana Pereyra es Pediatra en una Clínica Privada de Río Cuarto, su testimonio es una bocanada de aliento a que sigamos quedándonos en casa: “Considero que aprovechando -por decirlo de alguna manera- esta cuarentena, es un buen momento para ponernos a pensar en nuestros propios cuidados que se transforman automáticamente en cuidados para el prójimo. No son vacaciones, es un buen momento para hacer con la familia cosas que hace mucho que no hacemos. Que todo deberá pasar y que no nos pasará nada si nos guardamos”.

Sin lugar a dudas la empatía, el cuidarnos es cuidarse entre todas y todos, y son hoy nuestras trabajadoras y trabajadores de la Salud a nivel Nacional, Provincial y Municipal quienes merecen un rédito que incluya no solamente el aplauso y el reconocimiento público, sino una recomposición salarial urgente.

“Volver a Carrillo”*

En la Constitución de 1949 por primera vez se incorporó el concepto de Salud Pública como obligación del Estado, involucrando “no solamente la salud física sino la salud espiritual y la salud social”.

Carrillo es pionero en resaltar la gratuidad del sistema público, que pese a varios intentos en contrario logró mantenerse como una característica distintiva de nuestro Sistema de Salud.

Ramón Carrillo se hizo cargo en 1946 de un área de salud que hasta ese momento tenía las dimensiones y los recursos de una dirección nacional y la transformó en ocho años en un Ministerio de Salud omnipresente en todo el territorio nacional, que estaba desarrollando una transformación de fondo que orientaba la salud del país hacia la conformación de un sistema nacional con cobertura universal que en esos años estaba en desarrollo en muy pocos países del mundo.

*Revista Mestiza

Fuente: www.retruco.com.ar