Pasa el tiempo y la situación de lxs investigadorxs de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT) de la UNC no mejora. El colectivo de becarixs organizadxs viene reclamando desde hace casi un año que se equipare su situación a la de CONICET. Exigen actualización de estipendio y prórroga de becas por pandemia.
A partir de la pandemia, el valor de las ciencias tomó otra relevancia social. No hay dudas de la importancia del rol que cumplen lxs investigadorxs argentinxs, pero en la UNC eso no parece tener el impacto necesario para que la investigación sea considerada trabajo y, con ello, exista una real traducción económica y el debido cumplimiento de los derechos laborales.
Para entender el marco, cabe recordar que lxs becarixs investigadorxs de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT) cumplen las mismas tareas que aquellxs del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y todxs forman parte del sistema científico tecnológico nacional. La diferencia radica en que mientras lxs primerxs dependen de la Casa de Trejo, lxs segundxs del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno nacional.
“Mismo trabajo, misma carga horaria, mismo sistema de ingreso, pero la diferencia económica es de más de 20 mil pesos”, explican a La tinta desde el colectivo. Las respuestas son exigidas a la SECyT, el órgano que asiste al Rector Hugo Juri de la UNC, “proporcionando los instrumentos que inciden en la producción del conocimiento científico y tecnológico, y en la formación de recursos humanos, posibilitando los procesos de innovación que contribuyen al desarrollo económico, social y cultural del país”, cuya autoridad es la Dra. Carla Giacomelli.
Lxs becarixs de maestrías, doctorados y posdoctorados aseguran que no solo no tienen el aumento de paritarias cuando corresponde, sino que la brecha del salario entre SECyT y CONICET cada vez se hace más grande. Además de la actualización del estipendio, piden por la prórroga de becas por pandemia, cuestiones que Nación sí asegura a sus becarixs.
“En el Colectivo de Becarixs de SECyT, estamos participando un centenar de investigadorxs, quienes nos agrupamos al calor del abrazo a la UNC, allá por el 2018. Antes de la actual gestión universitaria, las becas CONICET Y SECyT estaban equiparadas, pero con Juri se vinculó el aumento del estipendio a las paritarias docentes y no a las decisiones que el Estado nacional tomó respecto a CONICET, organismo que volvió a tener presencia en estos últimos dos años”, explican lxs becarixs. Y agregan: “Ahora se notan mucho las diferencias entre una beca y la otra, sumado a que siempre tardan más en pagarnos”.
Por último, otro de los reclamos más importantes, además del económico, es que se extiendan las becas de manera razonable y sin discriminación de las ciencias a las que responde cada proyecto. “Por la pandemia y la imposibilidad de hacer trabajo de campo, CONICET extendió las becas que culminaban en marzo de 2021 a un año más. En cambio, las de SECyT solo se extendieron con un máximo de 6 meses para las ciencias exactas y solo tres para las llamadas ciencias blandas, como las sociales, artes, etc.”, concluyeron desde el colectivo.
Aunque ayer a última hora se dispuso la liquidación y pago por única vez, y de manera excepcional, de un bono de $ 2.500 (dos mil quinientos mil pesos), no remunerativa ni bonificable, en concepto de compensación por gastos de conectividad equivalente a lo otorgado por el Gobierno nacional, la lucha de lxs becarixs continúa.
Imagen de portada: A/D
Fuente: www.latinta.com.ar