El mal uso de las nuevas tecnologías pone en riesgo el trabajo argentino

Por Carlos Emanuel Cafure*

Estamos absolutamente de acuerdo todos los trabajadores en que debemos adaptarnos a las nuevas tecnologías en cada una de las actividades que se llevan adelante (sean estatales o privadas).

Pero desde hace unos años (especialmente los últimos tres años y medio), se vienen llevando adelante una serie de medidas políticas, por medio de las cuales, no se apunta a la incorporación de las nuevas tecnologías en el trabajo. Todo lo contrario. Podríamos titularlo de la siguiente forma: Argentina y el mal uso de las nuevas tecnologías.

Desde el Estado se viene fomentando que las nuevas tecnologías, en muchos casos, desplacen el trabajo humano (aumentando los elevados índices de desocupación que ya existen).

También, se consiente que se den situaciones de competencia desleal en actividades que tributan al Fisco, y que además cumplimentan con todas las obligaciones que se les exigen desde el mismo Estado.

Un claro ejemplo de ello, es lo que sucede en casi toda la Nación, en donde no se prohíbe por ley, el funcionamiento paralelo de servicios de transporte automotor de pasajeros que no se encuentra regulado mediante las Ordenanzas pertinentes (de taxis y remisses), que no cuentan con la habilitación municipal correspondiente, y que son publicitados como contratado por cualquier medio de programas electrónicos, sistemas informáticos, redes sociales y aplicaciones para teléfonos móviles y tabletas electrónicas (Uber, Cabify, entre otros).

Desde el propio Estado municipal, se debería proteger la actividad de transporte automotor de pasajeros llevada adelante por taxis y remisses (a quienes se les tendrían que acercar las herramientas para lograr incorporar a su servicio, de sus propias Apps debidamente autorizadas), y que se encuentra regulada mediante la Ordenanza pertinente.

Asimismo, es necesario advertir, que quienes ejercen el transporte automotor de pasajeros por fuera de la ley, sin habilitación Municipal, y que sea  publicitado por cualquier medio de programas electrónicos, sistemas informáticos, redes sociales y aplicaciones para teléfonos móviles y tabletas electrónicas; generan una clara competencia desleal en relación a los taxis y remisses. Esto es así, debido a que los primeros no invierten, no trabajan dentro del marco legal vigente para la actividad, no tienen que circular las 24 horas del día (los 365 días del año incluyendo sábados, domingos y feriados), no tienen radio, GPS, botón anti-pánico, ni inspecciones municipales, cualquiera se sube o se baja del auto, evaden impuestos,  tienen enormes hechos de inseguridad en todo el mundo, y terminan en definitiva tercerizando como así precarizando laboralmente la actividad de taxis y remisses.

Hay que agregar que no cuentan con seguros que cubran los riesgos de las personas transportadas, por lo cual ni los conductores ni estas empresas de transporte automotor de pasajeros por plataforma electrónicas, son responsables solidarios por los daños que ocasionen durante la prestación de este servicio ilegal a usuarios o terceros.

Tampoco tributan impuestos y/o tasas provinciales y/o municipales.

Otro ejemplo, es aquel por el cual el Gobierno a través de la Secretaría de Energía está a punto de reglamentar una iniciativa impulsada por las petroleras, para habilitar el autoservicio de combustible en Argentina.

Esta medida, va en contra de los trabajadores de las estaciones de servicio de todo el país.

Es otro avance de la flexibilización laboral,  esta vez, en el sector de los combustibles.

Al implementar estas decisiones, se busca sustituir al trabajador de estaciones de servicio por la tecnología del autoservicio, cuando en definitiva, se debería lograr que la tecnología sirva a esos mismos trabajadores, para mejorar la labor de cada uno de ellos, pero bajo ningún concepto para excluirlos, como diera la sensación que se va a intentar (lo que de suceder, traería por ende la discusión sobre la  necesidad de modificar  el Convenio Colectivo, y avanzar a una mayor flexibilización laboral).

Es de público conocimiento, qué en las estaciones de servicio, por las características que son propias de su actividad, podrían generarse situaciones riesgosas que deriven en eventuales accidentes.

Por ello es importante señalar, que el uso directo de los surtidores por parte de los clientes (sin los elementos de seguridad adecuados, con cigarrillos encendidos, usando teléfonos celulares, manipulando inadecuadamente las mangueras del surtidor, más un sinnúmero de situaciones peligrosas que seguramente pasarían), generaría un altísimo  riesgo  no solo para las personas, sino también para los bienes, y como consecuencia se generarían  muchos accidentes e incendios (con eventuales víctimas fatales), en estaciones de servicios argentinas.

En la actualidad, la actividad que despliegan los trabajadores de las estaciones de servicios se llevan adelante mediante los mejores niveles de control de calidad, de mecanismos de comercialización, de pautas de seguridad y de protección del medio ambiente.

Un Estado serio, debe defender siempre el trabajo argentino, pues si no lo hace, no solo está en contra de sus propios trabajadores, sino que está, en definitiva, en contra del propio pueblo argentino; debe generar políticas de creación de trabajo digno conforme al marco legal laboral argentino; debe prohibir que multinacionales compitan deslealmente (haciendo grandes negocios, fuera de la ley y llevándose sus ganancias afuera), a costa de los trabajadores argentinos; debe colaborar para que las nuevas tecnologías complementen el trabajo humano,  y que no se las use como forma de exclusión; y debe buscar un buen uso de las  nuevas tecnologías.

*Abogado Laboralista. Delegado del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba

Fuente: www.enredaccion.org.ar