Los Repositores Externos de PDV en todo el país vienen sufriendo abusos laborales de todo tipo de parte de su empleador. Diariamente transitan los establecimientos supermercadistas soportando atropellos contra sus derechos, que se vieron agravadas en pandemia, con despidos con causas armadas, horas extras ‘en negro’, suspensiones injustas y modificaciones de las condiciones arbitrarias, sumado al maltrato laboral que les quema la cabeza, con la consecuente política, que en esa línea de ilegalidades, PDV no reconoce las licencias psiquiátricas, aunque estas sean un derecho indiscutible de las personas que trabajan, más aún cuando esas dolencias o secuelas son consecuencia del trabajo.
Un trabajo en condiciones de insalubridad y precariedad. Con ruteos interminables que no contemplan retrasos por la distancias ni las demoras del transporte público que en el interior del país son un calvario. Producto de estas imposibilidad de cumplir con los recorridos según el itinerario impuesto, reciben un trato inhumano de parte del personal jerárquico y una paga injusta de parte de la empresa que valiéndose de cualquier excusa, se queda con plata de los repos.
No solo eso, “Las vacaciones es cuando se les canta”. “Te contratan por 4 horas, total cuando te necesiten te hacen laburar igual y te pagan por fuera del recibo como hacen con el viático miserable que ya no alcanza ni para una semana”.
Si se enferman “El servicio médico te cae a cualquier hora con tal de desacreditarte la enfermedad o anularte el certificado, y están arreglados con la ART para limpiar a los que se enferman trabajando”.
Esta fue la situación de Adrián Amaya, Secretario Adjunto del Sindicato Joven CIS-CTA-A de Córdoba, Adrián no se rindió, fue a la justicia representado por el sindicato que integra y ayudó a fundar en Córdoba y la justicia nacional del trabajo ordenó su reincorporación a fines del año pasado, resolución que se materializó hace unas semanas luego que PDV acudiera hasta la Corte Suprema para apelar la decisión.
En PDV son claros y cortitos; “Si no te gusta, te podés ir”, el eufemismo propio del personal jerárquico que ha perdido noción de la palabra respeto por el otro y autoestima por sí mismo. No les piden tanto o sí Aldo Ludueña y Diego Pereyra en Córdoba, recapaciten, ni PDV, Fernet Branca, Loreal, Molinos Cañuelas, Mondelez, Nutricia, Milkaut, Bocatti y Cabrales, las marcas para las que prestan tareas tampoco les deben pedir tanto, o sí?.
Por hechos similares en el Hipódromo de Palermo, el Sindicato Joven CIS CTA incluyó en las demandas judiciales al gerente y apoderado de la empresa Matías Luro, un déspota en el trato personal y aficionado al escarnio público, sin dilemas morales en violentar leyes humanas tan elementales como el derecho a trabajar. El tipo copiaba y pegaba las mismas causas que inventaba para despedir trabajadores hoy reincorporados a sus puestos de trabajo. Tampoco le pedían tanto y ahora tendrá que dar explicaciones ante un juez por su comportamiento.
A fuerza de compromiso con los trabajadores desamparados, en la provincia de Córdoba, el CIS se convirtió en el sindicato mayoritario en el sector de la reposición externa, es que los repositores externos han sido y siguen siendo invisibles para los sindicatos tradicionales que solo se presentan a reclamar la patria potestad de los huérfanos cuando las empresas le advierten en qué andan ‘sus representados’.
Este abandono del ejercicio de la representación facilitó que el repositor externo sea humillado, amenazado, sobreexplotado. Todos los factores que componen un cóctel de violencia sicológica se aplica sobre el trabajador que vive bajo la constante presión de que un error le puede costar la entrada a ese punto de venta, lo que pone en serio riesgo su estabilidad laboral porque “El repositor externo se repone fácil” dijo un soberbio y arrogante jefe de almacén hace unos años, hoy ya no estaría tan seguro, porque la organización colectiva es la barrera donde se estrellan las injusticias.
Fuente: www.cisencta.blogspot.com