El jueves pasado, la sede de ATE Córdoba fue el escenario de la presentación del libro de Alexis Oliva “La violencia nació conmigo-Cróniczs de vidas en conflicto” en el contexto del homenaje a Sabino Navarro “De la explotación y la represión a la militancia revolucionaria”, un texto de crónicas de vida cuyo título refiere a una frase del ex líder Montonero José Sabino Navarro, a quien se le rindió un homenaje a través de un panel de expositores compuesto por Federico Giuliani, Luis Miguel “Vitín” Baronetto, Jorge Kaplan y el autor de la obra.
La actividad, organizada por ATE y la CTA Autónoma de la provincia de Córdoba, estuvo encabezada por Giuliani, Secretario General de ATE y la CTA-A y reunió a militantes de distintas generaciones en un emotivo espacio para el diálogo y la memoria colectiva.
Las delegadas Malena Berger, de ATE-Trabajo; Natalia Pacheco, de la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea (ATE-ESFA) y Jesica Rojas, de la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia (ATE-SENAF) presentaron a quienes participaron del Conversatorio que fue seguido con atención por el colmado Auditorio Héctor “La Perra” Castro.
“Vitín” Baronetto -Ex detenido político. Director de Tiempo Latinoamericano. Biógrafo del Obispo Enrique Angelelli. Ex Delegado del Banco de la Provincia de Córdoba. Ex dirigente de la CTA Córdoba- realizó un recorrido histórico sobre las raíces de la violencia en el país, destacando la figura de Sabino Navarro como símbolo de la lucha colectiva.
Puso de relieve que recordar a figuras como Navarro es fundamental para mantener viva la memoria de quienes lucharon por la Justicia Social y los derechos de nuestro pueblo.
Reivindicó su condición de obrero, peronista y Montonero y su adhesión al cristianismo a partir de su ferviente militancia en la Juventud Obrera Católica (JOC).
A su turno, Kaplan -Ex Delegado Sindical en la Dirección General de Rentas de la Provincia de Córdoba y militante del Peronismo Revolucionario- compartió anécdotas sobre Navarro y valoró la contribución de Oliva a la memoria histórica reivindicando la figura de un militante revolucionario cabal, instando a los presentes a replicar su compromiso de vida para transformar la realidad en beneficio del pueblo.
Durante su participación, compartió reflexiones muy ilustrativas de la militancia de aquellos años y del compromiso de la juventud con los intereses de la clase trabajadora en pos de la lucha por la Liberación Nacional y Social.
El autor del libro -Periodista y Docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)- resaltó que reconocer a figuras como Sabino Navarro es clave para entender nuestra historia y fortalecer la lucha por los derechos del pueblo.
También habló sobre la creación del libro, resaltando el valor del relato oral y la necesidad de un periodismo comprometido frente a las fake news y los discursos de odio. La lectura de un fragmento dedicado a Sabino Navarro emocionó a los presentes.
Por último, Giuliani destacó la importancia de recuperar consignas históricas como Justicia Social y Soberanía, vinculándolas con los desafíos políticos y sindicales actuales.
“Yo creo que tenemos que recuperar el territorio, hay que recuperar el cuerpo a cuerpo, porque ante el retiro de la política de los territorios es donde avanzó el enemigo. Entonces, creo que hay que destacar que estas instancias reflexivas nos sirvan para llevarnos más interrogantes que respuestas. Porque está todo en discusión”.
Y agregó: “Yo creo que nadie la tiene clara, solo que hay que juntarse para ver cuál es el rumbo que hay que tomar. Y sí, ver que se está llegando al fin de una etapa de mundo bipolar, para dar comienzo a un mundo multipolar, que se le planta al Imperio. Y hoy nos pone en la disyuntiva de volver a discutir el concepto histórico de Estado-Nación”.
“Tenemos que salir a dar la disputa y la batalla cultural en el sentido común de que somos parte de la clase trabajadora. Los laburantes tenemos que recuperar la política en las organizaciones libres del pueblo, en el sindicato, en los clubes, en las murgas, en las asambleas ambientalistas, en los espacios culturales. Nosotros, como clase trabajadora, no solamente tenemos el derecho de debatir qué país queremos, tenemos la obligación y la responsabilidad de estar ahí discutiéndolo”, concluyó.
Una vida comprometida con los pobres
José Sabino Navarro nació en Corrientes el 11 de diciembre de 1942 y cae bajo las balas policiales en Córdoba en julio de 1971. Tenía el apodo de “El Negro”, fue un dirigente político peronista y uno de los fundadores de la organización político militar Montoneros.
El 21 de julio de 1971 viajó a Río Cuarto y junto a “El santafecino” Jorge Cottone, estudiante en esa ciudad va a realizar una operación de apoyo al conflicto de trabajadores de FIAT. Con otros compañeros toman un garaje y sustraen 2 vehículos para llevarlos a la ciudad de Córdoba pero la policía fue alertada y montó operativos de control en toda la ruta que va de Río Cuarto a Córdoba. A los 40 o 50 km, comienzan los enfrentamientos, deben abandonar uno de los vehículos, y en un enfrentamiento en Berrotarán, murió el “Negro” Juan Antonio Díaz, delegado ferroviario y Montonero, quien también había participado en la Toma de La Calera. El grupo se internó a pie en el monte, que es bastante ralo y ofrece poca protección en tanto Cecilio Salguero, otro de los militantes, se quedó cuidando la retaguardia, para que los demás pudieran huir y fue detenido al día siguiente.
Sabino y Cottone siguen su huida y van obteniendo provisiones en las pocas casas que encuentran en tanto eran buscados con helicópteros y por la infantería. Se movían de noche y en cada intento de salir a la ruta se vieron obligados a combatir y a volver al monte. Una noche encontraron el camino que buscaban, que conducía al Dique Los Molinos, robaron un automóvil Citroën, pero son perseguidos y Navarro fue herido en un hombro. Para avanzar sustrajeron un colectivo mientras continuaban la persecución y el tiroteo hasta que chocaron y debieron volver al monte.
Cottone contó tiempo después que luego de más de una semana de combates y persecución, cuando estaban casi sin munición, Navarro que había perdido bastante sangre, le ordenó que lo dejara siga e intente salvarse, porque no quería “caer” vivo, y cuando siguiendo la orden estaba a unos 200 metros escuchó un disparo. La policía lo busca durante semanas, hasta que lo encuentra muerto en una cueva, escondido entre las piedras, con su revólver 38 todavía en su mano derecha. Para confirmar su identificación le cortaron las manos y enterraron su cuerpo en un cementerio debajo de otra sepultura.
Recién en 1974, ya con gobierno constitucional, Oscar Bidegain y Ricardo Obregón Cano, entonces gobernadores de las provincias de Buenos Aires y Córdoba respectivamente, consiguieron la información del lugar en el que se encontraban los restos de Sabino Navarro. Fue la hermana del Negro Sabino (Lucy) quien por casualidad, se enteró por un militante montonero quien, cuando Lucy ingresó en la carnicería que tenían con su marido en la calle Italia en José León Suárez, no logró ocultar a tiempo un ejemplar del periódico El Descamisado, en el cual había una gran foto de Sabino y un artículo sobre su muerte y el lugar probable de su entierro en un cementerio de Córdoba, debajo de un ataúd que los militares habían ocultado, para evitar que la familia lo recuperara y también porque temían que fuera convertido en mártir de la guerrilla (Lucy desconocía que el hijo del socio de la verdulería y carnicería era montonero).
De allí en más se hicieron las diligencias correspondientes para informar a Bidegain y Obregón Cano. Arnaldo Lizaso, también un histórico dirigente peronista, colaboró con el traslado del cuerpo hasta el Cementerio de Olivos, en donde se produjo un tiroteo entre los participantes del cortejo y miembros de organizaciones vinculadas a la burocracia sindical.