La Sagrada Familia

Por Manuel Justo Gaggero*

De esta forma denominan Carlos Marx y Federico Engels, en  forma sarcástica, a Bruno Bauer y a su consorte en un trabajo publicado en 1848; polemizando con un grupo de jóvenes hegelianos. El mismo lleva como título “Crítica de la Crítica Crítica”. Ahora nos sirve para caracteriza a una parte de la corporación económica y política dominante “en el País del No Me Acuerdo”.

¿Cómo surge el clan que integra el “inquilino” actual de la Casa Rosada, señalado por la revista “Forbes” como uno de los que conforman las 50 principales fortunas de la Argentina?

Franco, recientemente fallecido, fue el fundador de este clan. Nacido en  Calabria -Italia- en un hogar latifundista, no llegó al país con una mano atrás y otra adelante, como muchos de nuestros abuelos. Por el contrario, su padre tenía una empresa constructora que llevó adelante obras en la Nación de Gramsci y en África. Este mantenía relaciones estrechas con el gobierno fascista de Benito Mussolini.

Ya en 1951, en nuestro  país,  conformó una empresa –Sideco – relacionada con la construcción. Forma parte de la lumpen burguesía argentina que acumuló un cuantioso patrimonio por su relación con el Estado y, por supuesto, estimulando la corrupción; la llamada “Patria Contratista”.

Colaboró, abiertamente, con el Estado Terrorista -1974-1983- y al mismo tiempo que nuestros hermanos y compañeros eran secuestrados, torturados, asesinados y hechos “desaparecer”, realizaba buenos negocios  conformando un grupo de empresas que, al volver la institucionalidad formal, llegaban a  67. Entre las “estrellas” estaban Sideco, en la construcción; Sevel, en la industria automovilista; Pago Fácil; Manliba y varias relacionadas con la industria alimenticia.

En 1981 comenzó el procedimiento de estatización de la Deuda Privada que permitió transferir a todo el pueblo argentino las especulaciones de gran cantidad de empresarios; quienes constituyeron deudas; probadamente ficticias. Aprovechando esta “posibilidad”, la familia Macri transfirió al Estado Nacional las siguientes sumas: Sevel, 125 millones de dólares; Sideco Americana, 61 millones; y Fiat 52 millones.

De esta forma los genocidas agradecían la complicidad con sus crímenes de lesa humanidad. Así se explica porque el Virrey desconoce la existencia de los 30 mil y al mismo tiempo presiona para cerrar los juicios de lesa humanidad y   trata de asegurarles detenciones domiciliarias a los genocidas ya condenados. Ya en  la etapa de la “democracia encarcelada” Franco, hoy presentado como un “emprendedor”, realizó buenos negocios con el Menemismo y siguió construyendo un imperio económico con fuertes vínculos  con los ocupantes de la Casa Blanca y, en particular, con Donald Trump.

Este ícono de un empresariado que nunca pensó en el país, tiene más que ver con el personaje de la saga cinematográfica de Francis Ford Copola denominada “El Padrino” que con el relato con el que nos intentan engañar los medios  de comunicación hegemónicos.

Apostemos a la memoria y no aceptemos la mentira con la que las clases dominantes pretenden escribir la historia.

*Abogado y periodista. Ex Director del diario “El Mundo “ y de las revistas “Nuevo Hombre y “Diciembre 20”