La salud en manos del pueblo

Por Valeria Berman

A 98 años de su natalicio, la Biblioteca Nacional evocó la figura y legado del médico sanitarista Floreal Ferrara, quien llegó a ser ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires durante las gobernaciones de Oscar Bidegain (1973) y Antonio Cafiero (1987). Principal creador e impulsor del programa ATAMDOS (Atención Ambulatoria y Domiciliaria de la Salud), política pública innovadora que privilegiaba la atención primaria, Ferrara promovió una transformación en el abordaje de la salud. Nacido en Punta Alta e hijo de un inmigrante sindicalista, fue discípulo de Ramón Carrillo.

El homenaje movilizado por sus nietos contó con la presencia de varias figuras que lo recordaron y que rescataron la idea de la salud pública en manos del pueblo. “La historia de Floreal atraviesa la historia política del siglo XX. Concebirlo como médico sanitarista continuador de Carrillo es parcial, porque trascendió largamente eso. Fue una figura que podía entrecruzar lo político, lo social, lo filosófico y epistemológico. Se trató de un bibliófilo infernal”. Con estas palabras, Juan Sasturain, director de la Biblioteca Nacional, dio comienzo al homenaje. Las disertaciones estuvieron a cargo de Nicolás Kreplak, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires; Daniel Gollán, diputado nacional por el Frente de Todos; Jorge Rachid, médico sanitarista y amigo personal de Ferrara; Mario Rovere, director de la Escuela de Gobierno en Salud “Floreal Ferrara”; y Alejandro Irurzun, psicólogo y director de El Sauce Espacio de Salud, quien actuó de moderador.

Gollán comenzó planteando al auditorio: “¿Qué hubiese pasado si la política pública del ATAMDOS hubiera continuado hasta la actualidad, en la pandemia, con una atención primaria garantizada, en la que un 80% de la consulta cotidiana se resolvía en ese ámbito? Lo que nos enseña el legado de Floreal es la necesidad de una enorme organización social. En eso fue uno de nuestros mentores”. Kreplak, a su turno, definió a Ferrara como “uno de los grandes maestros de la historia del sanitarismo latinoamericano” y reflexionó sobre el recambio generacional y la responsabilidad que tienen los jóvenes de aprender de sus maestros y formarse para poder llegar a debatir con ellos, así como también, no defraudarlos”.

El ministro de Salud bonaerense agregó: “Como docente, utilizo muchos los textos de Floreal para poner en discusión la matriz hegemónica de la medicina. Hay un pensamiento filosófico y epistemológico muy profundo. Para llegar a las conclusiones, hace un análisis de la teoría de la complejidad. Quizá no con todos los elementos teóricos, sino que lo hace mucho más accesible. Hace una bajada muy interesante de algo realmente sofisticado”.

En tanto, Rovere habló sobre la influencia de Ferrara en la construcción de la salud pública: “Floreal pertenecería, de alguna manera, a un grupo que podríamos llamar de los ‘sanitaristas malditos’. Luego del golpe del ’55 se construye un sentido común de la salud pública, que tenía una universidad orgullosa de sí misma y profundamente antiperonista. Los dueños del sentido común eran pensadores que abrevan el desarrollismo y la democracia cristiana. Entonces, se crea un espacio al cual claramente había quienes no podían entrar, como Mario Testa, José Carlos Escudero y Ferrara”.

Asimismo, el director de la Escuela de Gobierno en Salud “Floreal Ferrara” subrayó la “capacidad de romper y crear una polarización” en un auditorio. “Tenías la sensación de que te encontrabas una persona que abría el Mar Rojo”, manifestó. Y completó: “No había forma de no juntar las ideas con las emociones frente a él”.

La doctora en Farmacología y ex diputada de la ciudad de Buenos Aires, Susana Etchegoyen, se emocionó al recordar el día que conoció a Ferrara. “Era imposible abstraerse a lo que Floreal decía y escribía, como por ejemplo, que el absoluto bienestar físico, psíquico y social era un precioso mensaje publicitario de la OMS (Organización Mundial de la Salud) como fuerza disciplinadora, y que la única posibilidad de construir salud era lucha, lucha y lucha”, expresó la médica.

Los nietos del trascendente sanitarista, Florencia y Mauro Rojas, continúan el trabajo que impulsó su compañera Elizabeth Collduana en la web www.florealferrara.com.ar, donde se recopila la obra y manuscritos inéditos con el fin de que se constituya en acervo para todos los compañeros, estudiantes y público en general.

Mauro destacó que su abuelo tenía “una visión integralista de la salud” y por esto incorporaba la economía para comprender las consecuencias del modelo neoliberal y la convivencia con el Fondo Monetario Internacional en torno a la salud. Sintetizó: “Fue un estudioso y crítico del consenso de Washington”. Por su parte, Florencia lo describió como “un cirujano del pensamiento. Lo que podía ser enfermedad en el cuerpo físico, él lo veía en el cuerpo social y en el campo de las ideas”.

El acto cerró con las evocaciones del resto de los invitados: Pedro Cazes Camarero, diplomado en Salud Pública, investigador y sobreviviente de la masacre de Trelew; Facundo Maidana, médico, director ejecutivo del Ministerio de Salud Provincia de Buenos Aires; Mariano Lozza, médico generalista, director del Sedronar Chivilcoy, y el periodista Darío Bursztyn.

Rescatar la inmensa figura y misión de Floreal Ferrara constituye un faro que marca la dirección de las políticas públicas de todo gobierno que se precie de garantizar el acceso de la salud como derecho humano fundamental. En esta dirección, la Biblioteca Nacional, por iniciativa de Horacio González, creó en 2010 el  Fondo Floreal Ferrara, que consta de escritos personales, colecciones documentales, originales de conferencias, material de trabajo y recursos docentes y que se encuentra disponible para la consulta pública.

Fuente: www.elcohetealaluna.com