Las cosas por su nombre

Por Juan Carlos Giuliani*

El domingo por la noche el Presidente Alberto Fernández convocó a “llenar la Plaza de Mayo” este miércoles 17 de noviembre, Día de la Militancia, “para festejar este triunfo”. En el mismo acto, el candidato del FdT en Capital Federal, Leandro Santoro, afirmó que “hicimos una elección histórica”. Si no me falla la memoria, la única elección histórica que hizo el PJ fue en 1993 cuando Erman González ganó las elecciones al frente de una lista de candidatos a diputados justicialistas por la Capital Federal, que disputó con la escritora radical Martha Mercader, lo que se convirtió en la última oportunidad en la que el PJ triunfó en el distrito.

Ahora bien, ¿De qué triunfo se habla? Que se haya achicado la diferencia con el conglomerado gorila-oligárquico en provincia de Buenos Aires no significa que se haya ganado. En términos futboleros, en vez de perder 4 a 0 caíste por 1 a cero. Pero perdiste, no ganaste.

¿Cómo se puede hablar de triunfo cuando perdiste en los cincos distritos electorales más importantes del país?: Provincia de Buenos Aires; Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Córdoba; Santa Fe y Mendoza. Sólo recuperaste dos distritos desde las PASO hasta el domingo: Chaco y Tierra del Fuego. Perdiste en toda la Patagonia. En Santa Cruz donde el Kirchnerismo gobierna desde hace 30 años salió tercero y hasta el eterno Alberto Rodríguez Saá perdió en San Luis. No se entiende qué se festeja. En todo caso, como dice el compañero José Rey del Movimiento Peronista Auténtico (MPA): “Autopercibirse ganadores cuando el resultado es una derrota con el más cruel neoliberalismo, es propio del Alfonsinismo ideológico que nos colonizó. Pateen el barro y entérense de los padecimientos del Pueblo humilde y trabajador. El peronismo es Justicia Social o no es nada”.

En un discurso grabado y que se difundió antes que Alberto Fernández hablara en el bunker del FdT, anunció el inicio de una segunda etapa que reemplazaría a la marcada por el azote de la pandemia y el envío de un proyecto de ley para los primeros días de diciembre que “explicite el programa plurianual para el desarrollo sustentable, con los entendimientos con el staff del Fondo Monetario Internacional en las negociaciones” que lleva adelante Argentina con el organismo “sin renunciar a los principios de crecimiento económico. Es una decisión política y tiene el aval del Frente de Todos, la Vicepresidenta, el Presidente de la Cámara de Diputados y de mi Gabinete de ministros y ministras”, dijo el jefe de Estado.

O sea, la segunda etapa que se inicia tras la derrota electoral estará signada por la aprobación legislativa del acuerdo con el FMI.

La dirigencia política tiende a creer que entre elección y elección que nos depara esta democracia colonial cada dos años transcurre una planicie donde cada fuerza política se apresta para los comicios venideros. ¿Alguien puede augurar tiempos placenteros con un 50% de pobres, un 50% de inflación, el aumento de la miseria y la exclusión social por un lado y la concentración y extranjerización de la riqueza por el otro? Es mucho más probable que la inestabilidad política se multiplique, estalle la crisis y se abra paso a un reclamo social masivo, que la CTA Autónoma debería estar en condiciones de protagonizar ganando la calle y poniéndose al frente de la lucha contra el ajuste. Porque cualquiera sabe que no hay acuerdo con el Fondo sin ajuste. La situación en el campo sindical y social es absolutamente propicia para que la Central retome la movilización e intervención política en esta difícil coyuntura para los sectores populares. El  11 de noviembre la CGT hizo un Congreso en el cual eligió una conducción a la medida de la misión que tendrá como socio subordinado del capital y garantizar la “paz social” para afrontar la agudización de este colapso devastador que arrancó con los 4 años de pesadilla macrista, siguió con la pandemia y hoy persiste sin dar resuello a los desposeídos.

En realidad la nueva etapa, como lo dijera el compañero Víctor De Gennaro, comenzó el 12 de septiembre, con las PASO, cuando el pueblo dijo basta a las políticas restrictivas que terminaron ajustando a jubilados, trabajadores y demás sectores del campo del pueblo mientras se negocia con el FMI pagar una Deuda ilegal, inmoral e ilegítima a caballo del “posibilismo” que sigue con el latiguillo que no se puede hacer otra cosa para no “hacerle el juego a la derecha”.

No es un dato menor subrayar que la suma de los votos en blanco y anulados superó el millón en todo el país. La cifra de 1.153.886 sufragios con estas características, representa casi el 3,5% del Padrón Nacional. Al sumar los votos en blanco y los anulados, la cifra llega a 1.153.886, es decir que supera a la cantidad de electores que tiene la provincia de Entre Ríos (1.112.939), que es el séptimo distrito con mayor cantidad de votantes en todo el país.

Tampoco se puede soslayar que la izquierda troskista ubicó a cuatro diputados en el Congreso Nacional, legisladores provinciales y concejales en distritos del Conurbano bonaerense.

Apostar al reagrupamiento del Movimiento Popular desde una nueva centralidad de la clase configurando una opción de los trabajadores que implique asumir una estrategia propia, autónoma, en clave de emancipación, es la tarea principal de la hora.

*Vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de la CTA Autónoma Río Cuarto. Congresal Nacional de la CTA-A en representación de la provincia de Córdoba