Manteniendo ricos

Mientras el 70% de los hogares argentinos se vio obligado a tarjetear la compra de alimentos, las grandes empresas del sector obtuvieron ganancias millonarias en plena pandemia. Molinos Río de la Plata, Ledesma y Arcor lograron revertir los números negativos que les dejó la gestión de Cambiemos.

Como parte de la batería de medidas post-PASO, el gobierno nacional activó reuniones con los principales sectores productivos y económicos con el objetivo de proteger el bolsillo de la mayoría de les argentines y, en especial, de los sectores populares que se vieron duramente golpeados por la crisis económica provocada por la gestión macrista y profundizada con el advenimiento de la pandemia.

Desde la Secretaría de Comercio Interior, convocaron esta semana a los CEOs de las grandes cadenas de supermercados como Coto, La Anónima, Carrefour, Cencosud, Día, Libertad y Changomás para establecer reglas claras que permitan cuidar el poder adquisitivo de la población: evitar las subas de precios especulativas en los productos de consumo masivo y continuar sosteniendo programas como Precios Cuidados – que involucra a unos 700 productos y representa el 10% de la venta de los negocios – Super Cerca y la Ley de Góndolas.

Más allá de las variables macro y microeconómicas que influyen en la inflación, el desafío será que el incremento de los precios de los alimentos no licue las mejoras del salario, jubilaciones y programas de asistencia social. El gran temor del gobierno nacional se refleja en los resultados de un trabajo realizado en conjunto por la CEPAL y la Universidad Nacional de San Martín, en el cual se detectó que el 70% de los hogares del país se vieron obligados a “tarjetear” para poder comprar alimentos y medicamentos.

Según el INDEC, una persona necesitó unos 21.800 pesos para no ser víctima de la indigencia y una familia requirió de unos 68 mil pesos por mes para no quedarse debajo de la línea de pobreza en el mes de julio. Si a esto le sumamos que, casualmente, el rubro Alimentos y Bebidas fue uno de los que registró casi siempre alzas por encima de la inflación general, el panorama es desolador.

Las ollas populares, la entrega de bolsones y viandas, y el trueque fueron algunas de las estrategias de los sectores populares para evitar contraer deudas.

El endeudamiento de los sectores medios y bajos para poder comer no se condice con la realidad que atravesaron las grandes empresas productoras de alimentos durante la pandemia. De acuerdo a un informe de Alfredo Zaiat, firmas como Molinos Río de la Plata, Ledesma y Arcor lograron revertir los números negativos de los últimos años del macrismo y obtener ganancias millonarias el año pasado.

Mientras les trabajadores rascaban la olla y daban vuelta sus bolsillos buscando una moneda, las tres importantes compañías reportaron frondosos dividendos que dejaron saldos positivos de entre 700 y 1800 millones de pesos. Así, gracias a los brutales incrementos en productos de consumo masivo como azúcar, fideos, arroz, pastas, yerba mate, galletas y golosinas – entre otros – los Pérez Companc, los Pagani y los Blaquier continúan siendo los principales ganadores de la pandemia y, obviamente, las familias más afortunadas de la Argentina.

Gregorio Pérez Companc acumula una fortuna cercana a los 2700 millones de dólares y es dueño de Molinos Río de la Plata: Una empresa que tiene marcas como Matarazzo, Lucchetti, La Salteña, Gallo y Cocinero, entre otras.

Fuente: www.alreves.net.ar