Marcelo Ortiz: “Me considero un obrero de los medios”

Marcelo Ortiz lleva adelante su tarea como periodista en distintos medios de la ciudad de Río Cuarto con una mirada desde abajo y conciencia de clase. Estar en la cabeza de la CTA Autónoma Regional como Secretario Adjunto y su implicancia en el Cispren no lo dejan olvidar que el periodista es, primeramente, un trabajador de la prensa y la comunicación. Hijo del ya fallecido José María “Cacho” Ortiz, un trabajador del Correo y periodista deportivo de nota, creció rodeado de la pasión por la noticia, la búsqueda de la verdad imperfecta, la respuesta al porqué de las cosas, y la defensa de las nobles causas.

Por Camila Petenatti y Verónica Franco

Está saliendo el sol y el silencio de la madrugada se interrumpe por el sonido de unos pocos autos. La caminata es lenta, tranquila, pero a paso firme y seguro.

Marcelo Ortiz (46) es trabajador de prensa. Todos los días se levanta a las cinco y media, para salir temprano de su casa y caminar, precisamente veinticinco minutos, para llegar a las siete en punto a Canal Quatro para empezar la jornada laboral. Pero el camino no se detiene ahí, Marcelo reparte su día en otros dos medios de comunicación de la ciudad: Trabaja como locutor en Lv16 Radio Río Cuarto, histórico medio con más de sesenta y cinco años al aire, y como redactor en RETRUCO Noticias, un medio autogestivo que tiene tan solo un año de circulación.

De la Plaza Central de la ciudad de Río Cuarto, por la calle San Martín, a unas pocas cuadras, se encuentra la futura nueva sede de CTA Autónoma. Una bandera se ve por la vidriera que da a la vereda. Hay cajas en el piso, banderas de color azul apoyadas contra la pared y olor a pintura fresca.

Marcelo se sienta en la punta de una mesa. Sabe que tiene tan solo media hora para responder unas preguntas y volver al trabajo. Sin embargo el apuro no le quita esa claridad en el habla que con los años adquieren los periodistas: “Antes de la función específica en sí, somos trabajadores y, creo sinceramente que, cuando perdemos esa idea es el primer discurso que nos ganan. Nos borran la idea de clase, que en definitiva no es una casualidad, está pensado adrede para que así sea” sostiene con firmeza.

Marcelo se define como “una suerte de sobreviviente” de la década de los ‘90. Estudió Comunicación Social, pero llegó a rendir treinta y cuatro materias: “Los noventa fueron una segunda fase neoliberal del país, bastante grave que muchas veces a lo largo de esa década nos fue dejando sin trabajo y eso también nos impidió cursar o hacer la carrera en tiempo y forma”, recuerda Ortiz.

Desde muy chico se acercó a la comunicación y se inició con el periodismo deportivo: “Me considero un obrero de los medios. Me siento cómodo en cualquiera de los lenguajes, me inicié en la gráfica, después seguí en la radio, estoy muy identificado con la radio y hace seis años que hago televisión, pero más allá de los soportes en los cuales me toque trabajar me siento cómodo en cualquiera de los tres. Me acostumbré con el tiempo y con las mismas necesidades del medio a hacer un poco de todo”, cuenta Ortiz.

Las condiciones laborales actuales, producto del desarrollo tecnológico y los intereses políticos y económicos de las empresas periodísticas buscan maximizar y optimizar la producción. Producto de esto, aparece una nueva figura que es el periodista “polifuncional”, que además de investigar, buscar información y producir la noticia, tiene que tener conocimiento en audio, video, edición, y en el manejo de otros recursos, pero el salario es el mismo, la presión laboral aumenta y la condiciones de trabajo empeoran. Lo que se dice precarización al palo.

Entre 2017 y 2018 se registraron 1.791 puestos de trabajo perdidos en la prensa argentina, según un informe del Observatorio y Alerta Laboral de Periodistas. Sumados a los 1.499 periodistas que entre 2015 y 2016 perdieron su fuente laboral.

“En casa siempre estuvo presente la cuestión de los derechos de los trabajadores, mi padre fue militante del Cispren también y de ATRAC, como empleado de Correo, por lo cual la defensa de los trabajadores siempre estuvo presente y latente”, explica Marcelo.

Marcelo forma parte del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren-CTA) Seccional Río Cuarto y actualmente es Secretario Adjunto de la CTA Autónoma Río Cuarto.

“Lo que me sedujo de CTA-A es la paleta de colores que tiene en su Comisión Ejecutiva Regional, mucha gente de diferentes lugares, del campo de la Justicia y de los Derechos Humanos como Oscar Testa, Marita Pedernera con su actividad militante de toda la vida en la Universidad, Silvia Alcoba ni hablar con el laburo territorial inmenso que lleva, con Fede Giuliani que nos conocemos desde que éramos muy chicos, nuestros padres han sido compañeros de trabajo y de militancia, y tantos otros, con lo cual me pareció bueno participar”.

A su vez, Marcelo remarca la importancia de que la organización sea autónoma y que se contemple al trabajador no formal: “Para mí es fundamental, durante muchos años el sujeto trabajador estaba borrado en plenas etapas neoliberales y las mismas estructuras sindicales también lo borraban. Yo creo que trabajador en definitiva somos todos, algunos tenemos la posibilidad de tener un recibo de sueldo, pero no necesariamente no son trabajadores los que no lo tienen, al contrario, son tan laburantes como cualquier otro”.

“Hoy me parece que ese cambio de concepción permite eso, de que tengamos la posibilidad de que cualquiera que no está formal en un trabajo, tenga la posibilidad de sentirse sindicalizado, porque se siente representado por una organización” afirma Ortiz.

-¿Cuál crees que es el proyecto de país ideal?

 –¿Cuál sería ese mundo ideal?… sobre todo en el que quepamos todos. Me parece que hemos caído durante muchos años desde el Golpe de Estado del ‘76 hasta acá, en tres fases en las cuales se ha borrado al trabajador como sujeto social e histórico. O sea que el desaparecido de esta época es el trabajador, así como hubo 30 mil compañeros ausentes en el ‘76, hay miles y miles de compañeros ausentes en los ‘90 y en esta época. Me parece que la primera noción que hay que recuperar es la de un país en el que quepamos todos, que no necesariamente un país se tiene que manejar como una empresa. Basta ver cómo estamos viviendo, 100 mil nuevos pobres por mes, con un momento, un ethos, en el cual nos genera deudas casi centenarias y una hipoteca en futuro inmediato verdaderamente importante gane quien gane. ¿Cómo me gustaría que sea eso? que contenga más a la gente, en definitiva, es un momento muy difícil.

Ante la crisis del modelo empresarial patronal, más el cierre de medios y los despidos masivos, surgen como una realidad posible para los trabajadores y trabajadoras de la prensa los proyectos de medios autogestivos.

Marcelo Ortiz, como pocos, es un esperanzado del tan baqueteado periodismo. “Creo que va a crecer mucho más la comunicación autogestionada”, dice sin titubear, y asegura que RETRUCO es su lugar de resistencia. “Es el lugar donde me encuentro con más libertades para laburar, muchas de las veces podés tener un trabajo formal pero depende de una línea editorial y muchas de las cosas no se pueden hacer”, dice.

Ortiz sostiene que “hoy es necesario, para la democratización del contenido comunicacional los medios autogestionados, para crecer comunitariamente. Lo que tiene que cambiar es la concepción del que pauta, porque la gente hoy está buscando en medios autogestionados lo que no encuentra en los tradicionales”, explica Ortiz.

“Hay medios como para ir encontrando las verdades de la época que muchas veces en los medios hegemónicos no están” asegura.

Marcelo mira la hora y en cinco minutos tiene que estar al aire. Se despide y su paso se torna apresurado. Vuelve a su casa, después de diecisiete horas andando, pero con la certeza y la esperanza de haber hecho algo por ese mundo en el que “quepamos todos”.