Merendero “Defender la Alegría” del MAP-CTA Río Cuarto: Algo más que apoyo escolar

“Defender la Alegría” es uno de los merenderos nucleados en el Movimiento de Acción Popular (MP-CTA) de Río Cuarto. Araceli Depaolini colabora allí hace dos años, casi desde el inicio de sus actividades. Sirve la merienda y el almuerzo los sábados junto a Mirta y Daniel, los dueños de la casa donde funciona el Merendero. También da apoyo escolar y es la pensadora de las actividades recreativas y formativas para lxs niñxs.

Por Verónica Franco

Araceli vive a más de 20 cuadras del lugar y, aunque tiene merenderos del MAP más cercanos a su casa, está encariñada con “Defender la Alegría” y sus niños. Dice que Mirta y Daniel “son excelentes y tienen un corazón que no da más de grande”. Y agrega: “Así como son con los chicos son conmigo y siempre me recibieron de maravilla. A veces están dándole de comer a los treinta chicos ellos dos solitos. Son unos luchadores, se ocupan de los chicos siempre no importa que pase. Si no tienen van y buscan, sacan plata de donde sea para que a los chicos no les falte absolutamente nada”.

-¿Cuál creés que es tu rol en cuanto al apoyo escolar?

-No creo que ninguno de los que va a dar apoyo a las copitas se ponga en el rol de maestra, porque va más allá, me parece. Por lo que yo veo, la mayoría de los chicos van a un colegio en el que te das cuenta de que no está la contención que ellos quizás necesitan. Entonces, el rol de los que dan apoyo escolar o de Mirta, que ahí es como una mamá para los chicos, es importante. Somos como amigos de ellos. Más allá de enseñarles a leer o a sumar hay otras cosas más importantes. Como crear una confianza y un vínculo para que ellos te cuenten que es lo que les pasa, como están hoy, si tienen algún problema, o si están felices y te lo quieren transmitir. Es importante crear ese vínculo y también uno tiene una responsabilidad. Si te enterás de ciertas cosas no quedarte callado y de involucrarse aunque por ahí es difícil. Estamos acostumbrados a que no nos tenemos que meter en algunas cosas, pero es importante, porque nosotros estamos para ellos ahí.

Araceli tiene 23 años, trabaja cuidando niños y desde los 12 años hace teatro: “Con el Teatro hago temporada en Merlo o viajamos a donde haya algún show”, expresa. Dice que aunque la Compañía BRAVO, donde realiza la actividad, hace teatro de revista, lo que más le gusta son las comedias y musicales infantiles. Cuenta entre risas las experiencias que surgieron en los intentos de transmitir su pasatiempo artístico a los niños del Merendero:  “Me acuerdo de uno en el que teníamos que hacer una familia y que una de las nenas que hacía de la madre interpretó a un familiar que había ido a ver a Jean Carlos y fue muy gracioso. También hicimos cambio de roles, que las nenas hagan un personaje de varón o que vean algún detalle de sus compañeros y que lo interpretaran. Y no del lado de la burla, siempre existió como un respeto. Ellos mismos se divertían de que el otro los imita a ellos”, cuenta la joven.

-¿Que respuesta ves en los chicos ante el teatro? ¿les gusta?

-Sí, desde el principio les gustó. Yo también experimenté porque no tenía ni idea de cómo transmitir un poco de lo que sé. Lo agarramos como un juego y estuvo buenísimo, se re divirtieron.

-Hay un video (de niñxs del Merendero) en el que la obra de teatro consistía en una coreografía…

-Sí, tenemos una de las nenas que es la que siempre arma las coreografías de Fin de Año y estuvo bueno. Y lo que ayudan esos juegos de teatro es a los que por ahí tenían un poco de vergüenza, no la tengan más.

Además del teatro han probado otras actividades de recreación en el merendero, como talleres de lectura. “Y este año tenemos pensado hacer algo para los grandes. Para los papás de los chicos o para quien se quiera sumar de ahí del barrio”, expresa Araceli.

La Copa de Leche “Defender la Alegría” se encuentra en el Barrio Alberdi, y comenzó funcionando en una casa de familia, hasta que con las autogestiones lograron levantar por completo un salón en la entrada del patio para dar la merienda con mayor comodidad. También pudieron anexar una pequeña biblioteca: “Con diferentes actividades fue creciendo el espacio físico y los elementos, como tazas, cocina, libros”, explica Araceli.

-¿Cuáles son las necesidades en el lugar donde está ubicado el merendero?

-En el lugar donde nosotros estamos no hay tanta necesidad alimenticia, no es como en otros barrios donde es eso lo principal. La falta de contención, en el barrio están muy cerca de las drogas porque es lo que más se mueve por ahí.

-¿Han tenido contacto con chicos que hayan estado en la droga?

-No, nos ha pasado porque no tenemos chicos tan grandes. Tenemos de 2 a 14 años. Lo que si tenemos chicos con padres que venden o han vendido, o han estado en la cárcel, y por ahí ellos quedan solitos con algún tío. No los juzgo ni nada, porque cada uno busca su forma de subsistir y no ven los riesgos que tiene, siempre caen los que están en los barrios. Son como pantallas y el poderoso nunca va a caer. Y pasa cada vez más, y más ahora con la crisis que hay, por momento es la única salida y a la larga o a la corta los que salen perjudicados son los chicos.

Los niños y niñas que asisten a la copita son todos vecinos y Araceli cuenta que la relación entre ellos es “re linda”, ya que todos se conocen del colegio María Eva Duarte e Islas Malvinas. La joven dice que “este año se agregaron unos chicos más, pero siempre son entre 20 y 30. Si hay algún festejo por lo general van más. Y agrega: “Damos el almuerzo si o si los sábados y festejamos cumpleaños, Día del Niño, Reyes, Navidad, cualquier excusa que sea para hacer un regalito lo festejamos”.

“Hay otra persona que colabora que se llama Susana, van algunas mamás a ayudarnos, los hijos de Mirta y Daniel”, concluye.