“Nuestra voz”

El 29 de mayo, día del último Paro General dispuesto por las centrales sindicales en consonancia con el Cincuentenario del “Cordobazo”, unos 260 ejecutivos de la flor y nata del capitalismo vernáculo creó el grupo de WhatsApp “Nuestra voz” para opinar sobre la situación del país y defender sus sagradas causas: La propiedad privada, la libertad de mercado, la Reforma Laboral, la Reforma Previsional, temas que, en general, le permitan acrecentar sus fabulosas ganancias a costa del sacrificio del pueblo trabajador.

En ese sentido, y con la dirección del Gobierno oligárquico lanzado en plena campaña electoral, han decidido embestir contra el Movimiento Obrero, los sindicatos, los trabajadores. Lo gritan a los cuatro vientos y proponen hacer cirugía mayor sin anestesia: El presidente de la Cámara de la Construcción, Julio Crivelli, se sumó a las expresiones del empresario cafetero Martín Cabrales, reclamando modificaciones laborales profundas con la variable de ajuste en el despido sin causa ni indemnización y una mayor flexibilización laboral.

No menos brutal fue el “Rey de la soja”, que arrienda más del 90 por ciento de las ciento cincuenta mil hectáreas que cultiva con siembra directa tercerizando todos los servicios, el empresario agropecuario Gustavo Grobocopatel, que para defender el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur afirmó: “Hay que permitir que haya sectores que desaparezcan”.

En el grupo de chat figuran nombres como Carlos Miguens (Sadesa), Federico Braun (Supermercados La Anónima), Cristiano Rattazzi (Fiat Auto), Martín Cabrales, Marcos Galperin (Mercado Libre), Hugo Sigman (Grupo Insud), Gabriel Martino (HSBC) e Inés Bertón (Tealosophy), entre muchos otros, más los dos que armaron la convocatoria desde un usuario identificado como “Círculo celeste y blanco”: Martín Migoya y Guibert Englebienne, de Globant.

Las clases dominantes no necesitan recurrir a falsos artilugios retóricos o apelar al doble discurso para decir lo que piensan. Con la omnipotencia que les da el poder, los que mandan hablan por sí mismos. Para interpretarlos están sus exegetas, los escribas rentados que fungen de coristas del sistema.

Por encima de las corporaciones patronales de la industria, el agro, las finanzas, el comercio y los servicios, existe una supraorganización que las contiene, perfecciona y sintetiza a todas, aunque hoy por hoy “Nuestra voz” tenga un formato más informal y comunique sus intenciones de ajuste perpetuo vía WhatsApp.

No sólo quieren demonizar al sindicalismo, profundizar la precarización laboral y ampliar la brecha entre ricos y pobres. Reafirman el modelo del “Unicato Sindical”. No quieren saber nada con reconocer la inconstitucionalidad del Artículo 31, Inciso A de la Ley de Asociaciones Sindical dispuesto por un fallo de la Corte Suprema de la Nación. Resolución que ratifica sentencias anteriores dirigidas a consagrar la vigencia de los derechos a la Libertad y Democracia sindical, sistemáticamente desconocidos por el Gobierno pese a las reiteradas resoluciones en contrario dictadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que, luego de la Reforma Constitucional de 1994, tienen rango constitucional.

La patronal, acá como en cualquier otra parte del mundo capitalista, se dedica a maximizar su renta, someter a los trabajadores, devastar los bienes comunes, percibir jugosos subsidios de manos del Estado y oficiar de gendarmes de la desigualdad social.

Sin fuerza popular organizada, será imposible difundir y amplificar nuestra propia voz para articular un contrapoder que pueda desmontar los mecanismos del régimen de saqueo y dominación impuesto por los barones de los grupos hegemónicos en la Argentina.

En un país intoxicado por el modelo extractivista y dependiente, con altísimos niveles de informalidad laboral, en el que los bancos encabezan el ranking de los ganadores, no está de más recordar que alguna vez fuimos una Nación regida por un Estado de Bienestar de marcado perfil industrial y pleno empleo, lo que generó la sociedad más igualitaria de América Latina.

Si se pudo antes, se puede ahora. La memoria histórica y el acumulado social de conocimiento colectivo cosechado durante décadas no han desaparecido. Hay que ir a buscarlo, rescatarlo del olvido, convocarlo a esta nueva Patriada y abrirle los cauces de protagonismo en el marco de una estrategia integral de poder popular.

Es hora de retomar la decisión soberana de reconstruir nuestro propio modelo de producción nacional con justicia social.

*Vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de la CTA Autónoma Río Cuarto. Congresal Nacional de la CTA-A en representación de la provincia de Córdoba