Una aclaración necesaria

Por Víctor De Gennaro

“Ustedes (por los ex-soldados) fueron junto a las Madres los que parieron la democracia y fue Malvinas la que terminó siendo el punto final a la historia del partido militar en Argentina”, sostuvo.

Cristina Kirchner

Acto en el Senado de la Nación

2/4/2022

Fraternalmente escribo estas líneas y no puedo dejar de hacerlo sin traicionar la memoria de la lucha histórica protagonizada por la clase trabajadora contra la dictadura.

Me brota la necesidad de reivindicar esa lucha ya que esta semana, en muchas oportunidades, hice mención a los 40 años del 30 de Marzo de 1982 donde al grito de “Se va acabar… se va acabar… la dictadura militar”, intentamos llegar a Plaza de Mayo siendo reprimidos una y otra vez por la Policía durante cuatro o cinco horas.

También en muchas ciudades de nuestro país ocurría lo mismo y era asesinado en Mendoza nuestro compañero Benedicto Ortiz.

Sentí, y lo repito con orgullo, que ese día se terminó la dictadura genocida. La derrota de Malvinas aceleró los tiempos de su huida.

El 30 de Marzo de 1982 los trabajadores poníamos el broche final a una pelea que empezamos en el 76, 77 y 78 resistiendo sectorialmente hasta nacionalizar nuestra protesta contra el régimen con el primer Paro Nacional del 27 de Abril de 1977 convocado por la Comisión de los 25.

Al año siguiente creábamos la CGT Brasil, con ellos, las CGT-Regionales (ilegales por ese tiempo) y las Agrupaciones Gremiales Peronistas que estaban enfrentados a los dirigentes de nuestros gremios subordinados a los militares. Participé de esa experiencia colectiva como representante de ANUSATE, mi organización de aquel momento.

Desde allí se aceleró la confrontación: Marcha por “Pan, Paz y Trabajo” a San Cayetano, movilizaciones y paros en la Regionales y Paro Nacional en 1981 fueron el preludio de aquella jornada en la que fuimos a pelear por la Soberanía Popular.

Claro que fuimos los dos brazos en que se hermanan las resistencias populares: Los trabajadores y nuestras  Madres y Abuelas, los familiares y organismos de DDHH y el gran reconocimiento que tuvimos al ser destacado como Premio Nobel de la Paz nuestro compañero Adolfo Pérez Esquivel en 1980.

La derrota de Malvinas precipitó la fuga de los militares y nuestros combatientes en las Islas Malvinas se transformaron en Héroes solos reconocidos en aquel momento por el afecto del pueblo todo, ante el ocultamiento del poder hegemónico militar, empresarial y mediático.

Es válido reinvindicarlos y homenajearlos como lo hicimos y haremos siempre, pero sin olvidar que la clase trabajadora y su alto grado de participación a través de la autogestión y cogestión de cada vez más empresas (1973-1976) fue la destinataria fundamental de la revancha oligárquica.

No la única, porque como lo demostramos en el Juicio de Madrid ante el Juez Baltasar Garzón, también lo fueron los estudiantes, campesinos, empresarios nacionales y todos aquellos que echamos a López Rega y a Rodrigo el 27 de Junio de 1975. Día que para mí terminó decidiendo a los poderosos que el remedio era el que planeaba Martínez de Hoz.

La dictadura cívico-militar vino a dar vuelta como una media la historia que había empezado con los diez años de felicidad de nuestro pueblo en una Nación Soberana (1945-1955), e inventó, a la par de la masacre militar, la pobreza en nuestra Argentina llevándola del 6% en 1975 al 24% en 1980, época desde la cual nunca bajó hasta el día de hoy.

Gloria eterna a nuestros Héroes de Malvinas que fueron, son y serán argentinas y latinoamericanas.

Víctor De Gennaro

Lanús

3/4/3022