Vaciada y cerrada con en el macrismo, Fanazul avanza hacia su reapertura total

Ya se reincorporaron 14 trabajadores de los 220 despedidos, desde que Alberto Fernández restituyó el predio a Fabricaciones Militares. Lo más inmediato, en este momento, está centrado en la producción de chalecos. Y la expectativa es reacondicionar la planta de para reintegrar a mucho más personal. Elisa Carrió había justificado su cierre diciendo que “era donde La Cámpora fabricaba sus armas”.

A fines de 2017, durante el Gobierno de Mauricio Macri, la difícil situación económica que se vivía en Argentina llevó al cierre de Fanazul, la emblemática planta de Fabricaciones Militares de Azul. Así, más de 220 familias quedaron en la calle. Pero la lucha de los trabajadores nunca se detuvo y por eso, y también gracias al cambio de Gobierno, la situación se está modificando.

La primera señal de esperanza se produjo a fines del 2020, cuando el presidente Alberto Fernández restituyó el predio de Fanazul a Fabricaciones Militares. La decisión vino acompañada con una lenta reincorporación de ex empleados, que hoy llegan a 14. Y también comenzaron a discutirse algunos lineamientos para la reconversión de la fábrica, que aún están en análisis.

Lo más inmediato, en este momento, está centrado en la producción de chalecos para personal policial. La expectativa a mediano y largo plazo es reacondicionar la planta de TNT e incorporar una semiautomática de cargas de proyectiles. Eso permitiría el reingreso de una cantidad de trabajadores significativamente mayor.

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Asamblea sindical para analizar el avance de la reapertura de la planta

Voces con esperanza

“Le ganamos al neoliberalismo y no permitimos que desapareciera Fanazul”, sintetizó Vanina Zurita, Secretaria General de la CTA Autónoma Regional Centro e integrante del Consejo Directivo Provincial bonaerense de ATE. Y aunque la dirigente gremial consideró que “el proceso, para la necesidad de nuestros compañeros, sigue siendo un poco lento”, destacó que “hay una definición política de la reapertura de la fábrica y de la reincorporación de los compañeros”.

Además, Zurita dijo que “todo indica que vamos hacia una reapertura de la fábrica. Hay sectores que se tuvieron que reinventar, porque en este primer tiempo no se va a producir lo que se venía haciendo. Se iniciaría con una planta de producción de chalecos y después hay otros proyectos en danza que permitirían la reincorporación paulatina del resto de los trabajadores”.

En este sentido, la dirigente de ATE Azul comentó que las primeras acciones de los trabajadores reincorporados se centraron en “empezar a poner a la fábrica en valor para poder producir. En estos días se está yendo a buscar uno de los colectivos que el gobierno anterior había sacado de la fábrica y era para el traslado del personal”.

Tras años de abandono, el trabajo en el predio empezó casi de cero. “Después de tres años de no haber hecho ningún tipo de mantenimiento, y del paso de la gestión Macri por Fanazul se encontraron con una fábrica que está bastante venida abajo”, describió Zurita. Y opinó que la etapa de Macri “fue nefasta en todos los sentidos, no sólo para Fabricaciones Militares”.

La dirigente también denunció que la gestión del municipio de Azul, que encabeza Hernán Bertellys, fue “un partícipe necesario para el cierre de la fábrica. Hay sobradas muestras de la complicidad del gobierno local con el gobierno nacional y provincial para cerrar Fanazul. No hicieron absolutamente nada, sino todo lo contrario. Cuando pedíamos el apoyo y la intervención nos acusaban un poco más de fundamentalistas”.

Por último, enfatizó que “si Fanazul está en la agenda es porque los trabajadores hemos sostenido la lucha”, y advirtió que aún queda mucho por hacer: “El universo de trabajadores que se ha podido reubicar es minúsculo, porque Azul tampoco escapa a la realidad económica y laboral de nuestro país. La mayoría solo tiene changas. Vamos a pelear para que entre hasta el último compañero que decida así hacerlo”.

El derrape de Carrió para justificar su cierre

La dirigente cambiemita Elisa Carrió había justificado en 2019 el cierre que dejó a 220 familias de Azul sin sustento porque, aseguró, Fabricaciones Militares “era el lugar donde La Cámpora se armaba” y que desde allí se vendía “pólvora” y “armas” que están “en Brasil y en la Triple Frontera”.

“Es cierto que hasta hace cuatro años, fabricaciones militares era el grupo donde La Cámpora se armaba. Y se vendía pólvora, se vendían armas, junto con el RENAR. Y no era fabricar militarmente, muchísimas de esas armas están en Brasil y en la Triple Frontera”, había declarado ante el asombro de medios locales.

Fuente: www.gestionsindical.com