Protagonizar un nuevo tiempo

Por Juan Carlos Giuliani*

Miles de militantes de la CTA Autónoma de todos los rincones del país se aprestan a viajar a la Ciudad de Buenos Aires para participar del Congreso Nacional que se llevará a cabo este 18 de diciembre. En esa asamblea multitudinaria se discutirá la Central que necesitamos para la próxima década.

La invitación formulada al Presidente Alberto Fernández y funcionarios del Gobierno Nacional a participar del acto de apertura del evento, no debería ser óbice -más bien todo lo contrario- para ratificar nuestra posición contraria al pago de la Deuda Externa; al ajuste de los haberes jubilatorios; la precarización laboral; la entrega de Soberanía y la megaminería a cielo abierto, por citar algunos de los puntos que conforman el libreto histórico de la Central. Ni hablar del escándalo del hambre y la pobreza que sacuden a nuestro pueblo.

Lo cortés no quita lo valiente.

En el Estadio Malvinas Argentinas de Argentinos Juniors se va a debatir como lo hacemos los trabajadores: De cara a los compañeros y compañeras, fraternalmente, en primera persona, apuntando al futuro, reasegurando la unidad de clase, sin conceder ninguna tregua en la lucha contra los grupos de poder oligárquicos.

Simón Rodríguez en su libro Sociedades Americanas, acuñó la frase “Inventamos o erramos”, en referencia a la urgencia que existía de una ruptura con el pasado colonial y el proceso de independencia. Vale la pena asentarse sobre ese precepto y hacerlo propio a casi cuatro décadas de recuperada una institucionalidad que garantiza la gobernabilidad de un régimen donde los ganadores siguen siendo las minorías de siempre, mientras que los trabajadores y el pueblo son los grandes perdedores del Modelo Extractivista-Dependiente regido por el Agronegocio y el Capitalismo Financiero.

No nacimos para administrar lo dado sino para desestabilizar la gobernabilidad del poder que promueve la concentración y extranjerización de la riqueza, reproduce la pobreza hasta el infinito, niega la participación popular y saquea nuestros bienes comunes. Luchamos por una nueva institucionalidad, donde la democracia sea el gobierno del pueblo y para el pueblo. No acordamos con el principio de la Constitución liberal de 1853 según el cual “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”.

El Congreso debe servir para ratificar nuestra decisión de profundizar un nuevo modelo de organización de la clase trabajadora basado en la Libertad y Democracia Sindical, Afiliación Directa y la Autonomía de los patrones, los gobiernos y los partidos políticos. Autonomía que no es neutralidad. La neutralidad no existe. Pero es menester que ese involucramiento político que nos aleja de la indiferencia ante la realidad no sea monocolor, uniforme, hegemónico y respete la pluralidad y diversidad de opiniones del colectivo. Está en nuestro ADN la voluntad de no subordinarnos al poder político de turno. He allí nuestra razón de ser CTA. Somos clasistas, anticapitalistas y antiimperialistas. Proponemos un nuevo Movimiento Político, Social y Cultural de Liberación. Apostamos a construir poder popular para que, más temprano que tarde, y como dice la vieja canción de la Guerra Civil española, “la tortilla se de vuelta/ que los pobres coman pan/ y los ricos mierda, mierda”.

A 45 años del golpe de Estado que demolió el Estado de Bienestar e implantó a sangre y fuego el Modelo Neoliberal. A 30 años del “Grito de Burzaco”, nuestro manifiesto fundacional como Central de Trabajadores que llegó para quedarse e impugnar el Unicato Sindical. A 20 años de la Consulta Popular del Frente Nacional contra la Pobreza (FRENAPO), donde más de tres millones de compatriotas votaron a favor de un shock redistributivo. A 20 años de la pueblada que estalló en diciembre de 2001. A trece años del Primer Encuentro Nacional hacia una Constituyente Social en Jujuy, ahora es cuando la CTA-A tiene que ganar la calle para plantear la agenda del campo del pueblo y confrontarla con la de los grupos dominantes desde una perspectiva de unidad, organización y poder popular.

Este escenario de acentuado deterioro social -con un 50 por ciento de pobres, otro tanto de inflación y un 50 por ciento de trabajadores precarizados- sobre el que se pretende montar el ajuste exigido por el FMI, sólo se podrá superar si somos capaces de asegurar una salida a favor del pueblo con políticas públicas de índole universal y la voluntad política explícita para transformar la sociedad. Tierra, Techo y Trabajo son los vectores necesarios para recobrar la capacidad nacional de Producción y Soberanía.

Si los que decidimos somos nosotros y no dejamos que otros lo hagan en nuestro nombre, vamos a ir hacia donde queremos ir, porque tenemos claro el rumbo; y nada ni nadie nos desviará de ese camino que no es otro que el de resembrar justicia social apostando a la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.

*Vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de la CTA Autónoma Río Cuarto. Congresal Nacional de la Central en representación de la provincia de Córdoba