Por Jesús Chirino*
El último día del mes de marzo de 1986, en la página 5 de elDiario, una nota tituló “La multisectorial de la Mujer en formación”. Bajo una foto en la cual pueden observarse una decena de mujeres conversando, sentadas a una mesa, se comenta que la nueva organización quedaría constituida esa semana. En el mismo artículo se destaca que, como propósito de la “Multisectorial de la Mujer de Villa María”, la misma “pretende, a través de la participación de representantes de todas las áreas de la comunidad, motivar y canalizar la presencia activa de la mujer”. La primera reunión se había producido el miércoles 26 de marzo y fue convocada por “el Frente de Izquierda Popular, el Partido del Trabajo y del Pueblo, el Partido Intransigente, la Agrupación Pueblo Peronista, la Rama Femenina Eva Perón del Partido Justicialista, el Departamento de la Mujer del Centro de Empleados de Comercio y el Movimiento por la Reconstrucción y el Desarrollo de la Cultural Nacional de esta ciudad”.
Las mujeres señalaron: “En esta etapa de la vida nacional seguimos padeciendo la falta de igualdad, de posibilidades en cuanto a lo jurídico, social y laboral. Somos más de la mitad de la población y entendemos que solo participando activa y solidariamente todas juntas, podemos eliminar la discriminación que nos afecta en todas sus formas y manifestaciones”.
Ellas se organizaban para luchar por sus derechos, y desde la Multisectorial desarrollarían numerosas actividades en ese sentido. Pero, en el momento de la construcción de la organización, la idea era llamar a la participación. El 5 de mayo, en otra nota de elDiario, tres exponentes de la dirigencia femenina aparecen convocando a las mujeres. Se trataba de Zulema Hernández, Nelda Carignano y Vilma Boeto. En la nota, señalan como uno de los objetivos prioritarios de la Multisectorial el “reclamar por las reivindicaciones de la mujer en todos los ámbitos”. Allí mismo, se menciona que la organización estaba integrada por distintos sectores políticos y gremiales, docentes, amas de casa, representantes de agrupaciones profesionales e instituciones culturales entre otros grupos. También dijeron pretender “la integración de los distintos sectores y hacer conocer cuáles son nuestros derechos a través del análisis, el estudio, la difusión, la discusión, por lo que convocamos permanentemente a la mujer a incorporarse a la entidad”. El llamado a la participación era fundado en el deseo de que “… la mujer tome conciencia de su problemática, vehiculice sus inquietudes y reclamos” y, aclararon que habría “total prescindencia de partidismo y cuestiones religiosas” porque la idea era “aunar criterios”, sostuvieron.
La Multisectorial comenzó a reunirse los días miércoles a las 21.30, en los altos de la confitería ubicada en la esquina de San Juan y Chile. Las dirigentas tenían una clara visión y expresaban que “las mujeres tienen ganas de participar, de actuar”, a lo que agregaban “vivimos en una sociedad machista en la que la mujer está relegada y, sin pretender ser feministas, queremos que nuestros derechos se reivindiquen, como así también sabemos que tenemos obligaciones”. Entendían que “en todos los ámbitos, la mujer está desvalorizada y se les da tareas consideradas como femeninas, mientras que otras no se le asignan”. Marcaron los problemas que para conseguir trabajo enfrentaba “la mujer embarazada, casada, con hijos”, agregando que “el trabajo más desprestigiado socialmente es atribuido a la mujer, por ejemplo, el servicio doméstico”. Concluyeron diciendo que “… en todos los ámbitos se hacen necesarias las reivindicaciones y la participación” y que “la mujer para cambiar las estructuras tiene que guerrear”.
Un detalle de época es que la nota periodística referida, está ilustrada por un retrato de cada una de estas tres mujeres, identificándolas mediante el uso del apellido de sus maridos. Fernández, Orsi y Sella.
Otras mujeres actuando en lo público
En la misma época en que se constituye la Multisectorial, encontramos otras mujeres cuya participación pública fue reflejada en los medios de prensa. Por ejemplo, Margarita Sobrino, que asumió como asesora ministerial para el Congreso Pedagógico. Por esos días, también quedó constituida, con amplia mayoría de mujeres, la comisión provisoria de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc) que integraban, entre otras personas, Viviana Ardiles (Atilra), Silvia Musa (Cooperativa de Agua Potable de Villa Nueva), Liliana del Conte (Círculo Odontológico), Ana María Aguirre (Sindicato de Empleados Judiciales), Ana Arce (FATRE), Eve Martinetti (Círculo Médico), Olga Fernández (Asociación de Empleados Funebreros).
Otra comisión que se organizó en esos meses, fue la que tendría a su cargo el armado de la filial local del gremio de trabajadoras de casas de familia. Para esa tarea, el Sindicato de Personal de casas de Familia (Sinpecaf) designó un triunvirato integrado por Nidia Juárez, Carmen Chiechi y Delia Morales.
Por otra parte, quedó registro de que el 7 de abril se llevó adelante un paro dispuesto por la federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA). Días después, se publicó una nota de la Comisión Directiva de Trabajadores de la Salud de Villa María. En ella, se discutían cuestiones relacionadas con la organización del paro. Allí, se menciona que al frente de ATSA Villa María estaba una mujer que, en la nota, se la identifica como “la señora de Ramos”. La firmante de la crítica es otra mujer de larga participación en la ciudad, Ana M. Becerra, que entonces estaba a cargo de manera provisoria de la Comisión Directiva de Trabajadores de la Salud de la ciudad.
Otra manera de participación en la discusión pública era expresarse mediante las publicaciones en la Tribuna de Lectores de elDiario. Allí, entre otras muchas notas, se encuentra una de María T. Magi respondiendo a otra carta publicada en elDiario en relación a un paro docente. Entre otros conceptos, Magi dice: “La docente que firmó esa nota califica al paro de acto político y creo que esto es correcto, así como también es un acto político la carta por ella firmada”. También, una jovencita llamada Rebeca Nicoletti escribe en la tribuna de lectores quejándose por el cierre del “dispensario del barrio Belgrano”. Por su parte, Leonor Conti publicó un poema en honor a los veteranos de guerra. Quizás una de las mujeres más destacadas que por esos días aparece en la escena villamariense es Hebe de Bonafine, quien dio una charla en el Auditorio “Antonio Sobral”.
Desde un ideario bastante diferenciado de la mayoría de las mujeres anteriormente mencionadas, se registra la actividad de las mujeres que actuaban dentro de la Comisión Diocesana de la Liga de Madres de Familia que en esa época le dirigió una nota al intendente municipal a raíz de un operativo que se había realizado en contra del comercio sexual. La nota, firmada por Elba de Beltramone y Judith de Noriega, dice: “Siendo nuestra institución defensora de la moral y lucha contra todo aquello que tiende a atacar a la familia, vemos con gran gozo esta campaña que tiende a sanear nuestra comunidad”. Luego de otros conceptos, terminan señalando: “Por lo antedicho, la Liga de Madres de Familia presta su absoluto apoyo a esta valiosa gestión, Dios os ilumine y dé la fortaleza necesaria para continuar tan difícil tarea”. Los operativos contra “la prostitución”, como se titulaba, generaron mucho debate. En el marco de esa discusión, elDiario publicó un reportaje a una trabajadora del comercio sexual que contaba su experiencia. Claro que su nombre había sido modificado para su protección.
Este pequeño e incompleto repaso por la participación pública de las mujeres en algunos meses de 1986 quizás aporte a la mirada retrospectiva con relación a la temática, a la vez que rescata algunos nombres de las cientos de mujeres villamarienses que han tenido actuación pública en un contexto social diferente al actual.
*Docente. Periodista. Secretario General de la Unión de Trabajadores de Estados Municipales (UTEM-CTAA). Secretario Gremial de la CTA Autónoma Regional Villa María
Fuente: www.eldiariocba.com.ar