A 60 años del Programa Huerta Grande

Por Roberto Baschetti*

El avance de los trabajadores en su lucha, la gran presión popular y la agudización de la crisis obligaron a la oligarquía a dar por finalizada la etapa encabezada por Aramburu y Rojas. Se dispone la convocatoria a elecciones generales con la participación de los partidos “democráticos” y la absoluta proscripción del Peronismo, que solamente le quedaba la posibilidad de votar en blanco u optar por el mal menor apoyando a alguno de los partidos autorizados.

El razonamiento de la oligarquía consistía en que el movimiento peronista se iría disgregando paulatinamente, incorporándose a otros partidos existentes. Perón estaba muy lejos de su Patria, por lo que le quedaba a algunos de estos partidos lograr el apoyo de los dirigentes gremiales a través de una inteligente política de persuasión, presión, dádivas y corrupción. En lo económico, se inicia un período de concentración monopólica y desarrollo dependiente de sectores claves de la industria.

Esta política representa el frondi-frigerismo a nivel de los partidos políticos y dio origen a la tendencia “integracionista” dentro del sindicalismo (Eleuterio Cardozo); será luego el vandorismo, como concepción, quien más fielmente se adaptará a una nueva situación política, económica y social del sistema de dependencia.

Los votos peronistas ante las elecciones de 1958 se dividieron entre los que se emitieron en blanco y aquellos en los que se acató la orden del General Perón de votar a Frondizi, dada a último momento a raíz del compromiso que éste último había asumido al firmar el acuerdo en base a una defensa de lo nacional y popular (incluía la devolución de la CGT y la sanción de una ley de asociaciones profesionales que respetara la estructura y principios del sindicalismo nacional). El incumplimiento de dicho acuerdo dejaría al gobierno sin base de sustentación social, como ocurrió en diciembre cuando Frondizi definió con claridad sus propósitos.

En enero de 1959, y a raíz de la huelga general de solidaridad lanzada por las 62 Organizaciones con los obreros del frigorífico municipal Lisandro de la Torre que se oponían a su privatización, Frondizi pone en marcha el Plan Conintes y desata una represión masiva contra el pueblo trabajador.

Comienza aquí una nueva etapa de dura y violenta lucha contra la represión y el régimen pro-imperialista. La defensa de la Soberanía Nacional y la reconquista de la CGT serán grandes banderas del movimiento obrero que alcanzará en marzo de 1961, a través de la “Comisión de los 20”, la devolución de su central sindical (CGT).

En el plano político, el Movimiento Peronista se aprestaba, esta vez, a enfrentar al régimen de una manera positiva: dentro de sus propias leyes y armas, librando la batalla electoral frente a la convocatoria para elegir gobernadores y legislaturas provinciales en 1962.

En la Provincia de Buenos Aires las elecciones van a adquirir una gran importancia política. El 18 de marzo las urnas revientan de votos peronistas constituyendo el triunfo masivo más importante que haya obtenido el peronismo desde 1955, pese a las maniobras del régimen y las actitudes divisionistas y colaboracionistas de dirigentes como Iturbe y Vandor.

A este triunfo contribuyó enormemente, no sólo el sentimiento peronista mayoritario, sino también el extraordinario apoyo de los trabajadores del Gran Buenos Aires, cuyas organizaciones obreras llevaban como candidatos, entre otros: a gobernador, Andrés Framini (textiles); a diputados: Sebastián Borro (Frigorífico Nacional), Jorge Di Pasquale (Farmacia), Roberto García (Caucho), Eustaquio Tolosa (Portuarios).

Los gorilas, que habían esperado el resultado con la bayoneta calada, de la mano de la oligarquía dan el golpe y anulan el resultado de la voluntad popular.

En esta situación nacional de honda crisis, reflejada en el derrocamiento de Frondizi por los militares que no se deciden a tomar en sus manos directamente el gobierno, sino que permanecen vacilantes y divididos; y en un marco internacional que se consideraba favorable para las luchas de los pueblos (los procesos de Cuba y Egipto estaban muy presentes), el Movimiento Obrero presenta su Programa.

En un Plenario Nacional de las “62 Organizaciones” realizado en Huerta Grande, Provincia de Córdoba, se aprueban como objetivos programáticos a imponer al gobierno los puntos que constituirán una profundización de los contenidos anti-oligárquicos del Peronismo, de acuerdo con el “giro a la izquierda” alentado por el General Perón desde Madrid, y que fuera expresado en un largo discurso por Andrés Framini.

Amado Olmos, el gran dirigente del gremio de la Sanidad, fue otro de los más destacados protagonistas del encuentro y propulsor de las trascendentales definiciones alcanzadas.

El Programa de Huerta Grande

  1. Nacionalizar todos los bancos y establecer un sistema bancario estatal y centralizado.
  2. Implantar el control estatal sobre el comercio exterior.
  3. Nacionalizar los sectores claves de la economía: siderurgia, electricidad, petróleo y frigoríficas.
  4. Prohibir toda exportación directa o indirecta de capitales.
  5. Desconocer los compromisos financieros del país, firmados a espaldas del pueblo.
  6. Prohibir toda importación competitiva con nuestra producción.
  7. Expropiar a la oligarquía terrateniente sin ningún tipo de compensación.
  8. Implantar el control obrero sobre la producción.
  9. Abolir el secreto comercial y fiscalizar rigurosamente las sociedades comerciales.
  10. Planificar el esfuerzo productivo en función de los intereses de la Nación y el Pueblo Argentino, fijando líneas de prioridades y estableciendo topes mínimos y máximos de producción.

* Historiador. Extractos del libro Documentos de la resistencia peronista (1955-1970). Editorial De La Campana, La Plata, 1997.

Gentileza: Vamos por la Liberación.

Fuente: www.radiopanamericana.com.ar