A los compañeros

Por Juan Carlos Giuliani*

A los trabajadores y profesionales de la Salud que le pusieron el cuerpo a la pandemia combatiendo en la primera línea contra el COVID-19 y aunque los aplausos halagan sus oídos, lo que más urgentemente necesitan es el reconocimiento salarial y laboral que corresponde por su denodada tarea solidaria.

A las mujeres y hombres de los barrios populares que se encargaron de pelear contra la peste y el hambre desde la solidaridad, organizando ollas populares, manteniendo los merenderos, comedores comunitarios, jardines maternales  y cooperativas de trabajo bajo el postulado de que la salida es colectiva.

A todos los que alientan, critican, aportan y mantienen vivo el debate de ideas para que intentemos explicar lo que nos pasa desde nosotros mismos, sin esperar que los exegetas del sistema se pongan a interpretar los logros y penurias de los trabajadores.

A los compañeros y compañeras que no se resignan, que pelean, se organizan y dan testimonio cotidiano de la disputa por la renta con los grupos de poder.

A los que bregan por construir una estrategia integral de poder popular que unifique las luchas sindicales, sociales, ambientales, culturales para interpelar al Modelo Extractivista-Dependiente.

A los jóvenes, que están pidiendo pista para protagonizar este nuevo tiempo. A los viejos, que viven dando testimonio de resistencia y dignidad. A las Madres de Plaza de Mayo, símbolo de la lucha por la justicia y la libertad. A los que ya no están, a los que vendrán para seguir sembrando la semilla de un futuro con pan, trabajo y felicidad. A los Chicos del Pueblo, que siguen denunciando que el Hambre es un Crimen.

A los que se movilizan para que las cosas cambien. A los que expresan a viva voz, o en silencio y anónimamente, la voluntad de construir una sociedad de iguales. A los que ejercitan la pasión militante y sienten –en cuerpo y alma- la sensación de que no existen recetas infalibles: “Inventamos o erramos”.

A los que siguen reclamando por un Salario Universal; la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda; el Impuesto a la Riqueza; la Soberanía Nacional, Alimentaria, Energética, Comunicacional y Tecnológica.

A los que honran con su conducta diaria la memoria de nuestros compañeros y compañeras caídos en la larga lucha por la Liberación Nacional y Social de nuestra Patria.

A los trabajadores y trabajadoras de todos los oficios, generadores de la riqueza de las naciones, que enaltecen la condición humana y no se aceptan habitar un mundo diseñado para unos pocos.

A los que piensan y accionan en clave de futuro, haciendo oídos sordos a los cantos de sirena del posibilismo.

A los movimientos asamblearios de Chubut, Mendoza, Catamarca, San Juan y otras regiones del país que con su lucha y resistencia han hecho recular a los campeones de la megaminería a cielo abierto que envenena el aire, enferma y mata a nuestra gente.

A los que encienden la chispa de la rebeldía de los sumergidos para confrontar con el capitalismo financiero y desestabilizar la gobernabilidad de una democracia neocolonial que mantiene a casi el cincuenta por ciento de la población en la pobreza.

A los que defienden, pregonan y ejercitan la Autonomía de los patrones, los gobiernos y los partidos políticos y la Libertad y Democracia Sindical.

A los que no resignan pensamiento crítico para cuestionar un Gobierno que, a mitad de su mandato, no ha cumplido con el pacto electoral que firmó con el pueblo en 2019: Una decepción masiva que el resultado de las urnas se encargó de notificar en las elecciones legislativas de este año.

A los que militan y no dan el brazo a torcer para apuntalar una salida nacional, popular y democrática a la crisis que vive la Argentina.

A todos ellos, ¡Felices Fiestas!

Ilustración: Ricardo Carpani

*Vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de la CTA Autónoma Río Cuarto. Congresal Nacional de la CTA-A en representación de la provincia de Córdoba