Cipayo

Por Manuel Justo Gaggero*

Este término se acuñó en la India durante la ocupación inglesa para denominar a los nativos que se incorporaban al Ejército colonial y se ponían al servicio del poder europeo. Luego se extendió a los que tenían similar comportamiento en los países ocupados  por Francia  y Portugal.

Para la  Real Academia Española es sinónimo de  “secuaz a sueldo”. Sin duda que es la mejor forma de caracterizar a Mauricio Macri y los funcionarios de su patético gobierno. Durante los cuatro años esta gestión ha sido obsecuente con  los dictados de Washington y es por ello que el “amigo” del Presidente  -Donald Trump- presionó para que el FMI le otorgara un crédito por 5 mil millones de dólares que nos ha endeudado por varias décadas.

En el  ocaso, y a pocas semanas que termine esta pesadilla, ha resuelto ordenar la expulsión de los diplomáticos que representan al legítimo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela que encabeza Nicolás Maduro. Al mismo tiempo “reconoce” a la ilegal emisaria de Juan Guaidó que  pretende ser el vocero de la oposición. Este, autoproclamado  “Presidente–Encargado “, no ha sido reconocido por ninguno de los organismos internacionales; pese a la presión de los  Estados Unidos.

Esta decisión del Virrey, claramente inconstitucional, la toma sin consultar con el Congreso y con la misma se suma a un grupo de países del Continente que colaboran con la intención de la Casa Blanca de recuperar la hegemonía en América Latina. Entre estos se destaca el gobierno racista y fascista de Brasil que encabeza Jair Bolsonaro, la administración criminal de Colombia que encabeza Iván Duque y el régimen de Lenin Moreno que reprime en Ecuador a su pueblo y a los pueblos originarios.

Además, y en abierta vulneración a la Convención de Viena que protege las legaciones extranjeras, el macrismo pretende ocupar por la fuerza la actual sede de la Embajada Bolivariana. No sólo que hace tabla rasa con la institucionalidad formal al romper relaciones con una Nación amiga, sin la correspondiente consulta al Parlamento, sino que además incurre en un delito, tipificado en el Código Penal, que califica la conducta delictiva de quienes lesionan las relaciones diplomáticas con la misma.

Nuestro pueblo ya ha dado su veredicto en las urnas que, sin duda, ratificará el próximo 27 de octubre poniendo fin a esta expresión gubernamental que ha revelado ser la mejor manifestación cultural, política y económica de la dependencia. Sin duda sus funcionarios, encabezados por el inquilino de la Casa Rosada, como Carlos Saúl Menem y sus “relaciones carnales”, serán individualizados en la historia como los modernos “cipayos”; exponentes del “Estatuto del Coloniaje”.

*Abogado y periodista. Ex Director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”.