El viaje del cadete

La mayoría, para no decir todos, hemos tratado alguna vez con los cadetes, con las personas que realizan los delivery, quienes nos llevan y traen los documentos, o nos acercan la comida. Vemos muchos de ellos en nuestra ciudad, pero poco sabemos de cómo es su trabajo diario y de las nuevas modalidades que van apareciendo, como los pedidos a partir de las app. Desde RETRUCO te invitamos a conocer este rubro mediante el testimonio de sus trabajadores. 

Por Dafne Acevedo Giménez

Los vemos pasar, con sus motos, a toda velocidad, cargando sus sus pedidos, yendo y viniendo, llevando y trayendo. En todo momento, mañana tarde y noche, de lunes a lunes, llueva, nieve o truene. Los cadetes están, pero poco conocemos de ellos. A partir de la experiencia de tres de ellos te vamos contar más sobre este trabajo en dos ruedas, que poco está reconocido y respetado, y que comienza a tener variaciones por las nuevas aplicaciones que llegan a nuestra ciudad. 

Marcelo Sosa trabaja de cadete hace cinco años, en la actualidad lo hace de lunes a viernes. Además de dedicarse a esto, juega en un club de fútbol de Gigena, “me dedico al delivery de comidas: al mediodía hago servicio de viandas saludables con clientes fijos, a la noche trabajo para una pizzería”. Cecilia Cantero trabaja en el rubro hace doce años, hoy lo realiza durante las noches de los fines de semana. Comenzó a conocer las calles de la ciudad cuando trabajó en una empresa de remisería, después abrió su propia cadetería, “además trabajo en una casa de familia, he trabajado en una escuela, estudio corte y confección”. Tanto Marcelo como Cecilia trabajan de manera independiente. Por último, y más nuevo en la experiencia de cadetería, está Lucas Ramiro, quien comenzó a trabajar el pasado 8 de julio con la empresa Pedidos Ya, “somos alrededor de ocho, y se van a sumar más. Somos cadetes en bicicleta”.

“El que se hace cadete es porque necesita plata, y porque tiene un medio de modalidad. Entonces, tenés que llevarle la comida a tu familia, tomás el riesgo de ponerte a trabajar en esto. Pero cuando lo hacés tenés que tomar conciencia que hay que cuidarse. Es mejor frenar, antes que tener accidentes”, contó Cecilia. 

Nos subimos a la moto, nos ponemos el abrigo, los guantes, el casco y arrancamos. “Se me ven sólo los ojitos. Llevo impermeable con una guata gruesa adentro, cuellitos personales caseros, gorra, bufanda, guantes, y botas”, describió Cecilia su ropa de trabajo, así comenzamos a conocerlos más. Marcelo reparte al mediodía viandas de comida saludable, a clientes fijos, y a la noche trabaja para una pizzería, “ahí tenés que esperar que salga el pedido de la gente, vas y se lo llevás. Las pizzerías saben tener un cadete o dos, desde las ocho de la noche se empieza a levantar pedidos”, contó y agregó: “Vos hablás con la gente y te preguntan: ¿Cómo te vas a cansar de andar en moto? pero cansa la situación climática, cuando hace calor es más fácil, pero cuando hace frío, y más cuando hay lluvia, ¡Ni te cuento! Después el otro tema son los los horarios, porque trabajás de noche, desde las ocho hasta cerca de la una de la madrugada”.

“Siempre hay que saber que estamos prestando un servicio, y ese servicio lo tenemos que realizar de la forma en la que lo valoren. Hay personas que necesitan que les llevemos el pedido, pero hay otras que son cómodos y no valoran nuestro trabajo”, expresó Cecilia, quien sostuvo que hay que considerar esas dos realidades, y esos dos tipos de clientes. 

¡Llegó el cadete!

Las relaciones con los consumidores, con los que piden, suele variar. Hay dos temas que suelen ser motivo dereclamo: el precio del viaje y el tiempo de demora. “La gente no quiere pagar de más, y nosotros tenemos que ver también el tema de los aumentos, pero si aumentas la gente contrata menos y van a buscar ellos la comida, entonces hay que mediar todo. Y -con respecto al tiempo- la gente llama, pide y se cree que a los 5 minutos va a llegar la comida. Por ahí no es así, porque podés tener más viajes, o por ahí se complica por el tráfico, y ni hablar los días de lluvia. Mucha gente no tiene consideración con el delivery, piensa que tiene que llegar la comida y listo. Hay otros que sí, por ejemplo hay días de mucho frío que te dan propina”, dijo Marcelo. 

Cecilia, por su parte, sostuvo: “Al cliente le pedimos tolerancia. Porque si estás pidiendo que te lleven la comida a tu casa, no tienen que tener ansiedad, autoritarismo, o falta de respeto. Hay que saber que viene un cadete con el pedido a tu casa con riesgos, porque pasó por toda la ciudad”. 

Acá también, la crisis

Además de ser un trabajo particular por las condiciones en las que se lleva adelante, este empleo no ha sido la diferencia con los otros, y la crisis también los afectó. “Comparado a otros años atrás ha bajado la demanda, antes he llegado a tener entre 20 y 25 clientes fijos, hoy tengo sólo 15. Creo que es por la situación del país, la gente se la rebusca más”, aseguró Marcelo, y Cecilia sostuvo: “El movimiento decayó muchísimo desde hace un año atrás. Teníamos fines de semana con con 20 viajes diarios, hoy llegamos a los 8, 10 u 12 como mucho. No hay movimiento porque no hay plata”. 

El precio y la ganancia del viaje

Con respecto a los precios, se manejan de manera interna entre los cadetes. Un viaje entre 5 y 10 cuadras sale 50 pesos, entre 10 y 15 cuadras sale 55 pesos, más de 20 se cobra 60 pesos, después va aumentando cada 5 cuadras 5 pesos. “Podés llegar a hacer cerca de 4 mil pesos por semana, y una semana muy buena podes llegar a los 5 mil pesos. De ahí restás los gastos de la nafta, tenés que tener una reserva por si se rompe algo del vehículo, o se pincha la rueda, y en un servis podés tener un gasto de 1500 pesos, y si se llega a fundir son entre 6 mil y 8 mil pesos”, explicó Marcelo. 

Todo un viaje por 50 pesos, “por el riesgo que corremos, 50 pesos es poco. Además, no estás trabajando horas diurnas, hay que tener muchas cosas en cuenta. Si trabajamos de noche deberían pagar más, pero por ahí si vos decís que sabés que van a salir 15 viajes al día, lo compensas, pero si salen menos, 50 pesos es poco”. Esto sin considerar a las personas que trabajan en relación de dependencia para una cadetería, “los viajes se cobran más porque sacan una comisión, le tenés que dar el 20% a la cadetería”, sostuvo Sosa. Cada día varía, “somos independientes, no cobramos fijo, ni nada, lo que cobramos es lo que sale según el día”, dijo Cecilia, “al mes estaría ganando cerca de 5 mil pesos, yo que trabajo de viernes a domingo, son cerca de 1500 pesos semanales”, agregó. 

Para poder tener algún tipo de cobertura los trabajadores deben hacerse un monotributo, pero hay quienes desechan esta opción. “El monotributo cuesta, porque el cadete en el momento en el que comienza a trabajar en una empresa tiene un 20% menos de su ganancia, porque tiene que dejarla a la empresa. Por ejemplo, si gana 1000 pesos, 200 son para a empresa, de los cuales le quedan 800, y hay que considerar el pago del monotributo, cuando ven el gasto que implica no lo quieren pagar, y hay que pagar el seguro de vida”, manifestó Cecilia. 

La vida por $50

Ser cadete es un trabajo de exposición constante, por el clima, los tiempos acotados, el tránsito y las calles de la ciudad. Marcelo destacó: “Uso casco, toda la vida, siempre. Por seguridad y por el frío”. Y contó que el trabajo depende directamente del tiempo, motivo por el cual a veces la velocidad es necesaria, pero peligrosa: “Por ahí se ve que los cadetes andan fuerte, y la gente se queja. Puede que algunos sean imprudentes, yo trato de no serlo, pero pasa que hay momentos en los que te encontrás en la pizzería, tenés tres viajes, salís con esos tres, y sabes que han llamado tres más porque ves los papelitos, entonces le metes pata. El tema es que cuando vas rápido tenés que tener en cuenta que podés chocar, y la gente en eso no nos tiene compasión, no sabe que hay atrás, porque uno por ahí se arriesga por 50 pesos, si. Yo trato de pensar mucho en la familia, que tengo que volver”. 

Cecilia coincidió: “Uno se arriesga mucho. El motociclista va apurado porque tiene que cumplir, dentro de los 20 minutos tiene que responder al cliente, hay un horario, y tenes 4 o 5 pedidos más para entregar. Entonces estás pensando en el recorrido, en lo que tenés que entregar, y que a veces viene otro vehículo y no te respeta. No es que el cadete esté faltando el respeto al conductor, sino que se está fijando en cumplir con el cliente”. 

Los nuevos, los de “Pedidos Ya”

Desde comienzo de julio comenzó a verse en las calles de Río Cuarto jóvenes en bicis, con cajas rojas en sus espaldas, al tono de su uniforme, con la estampa de “Pedidos ya”. Lucas Ramiro es uno de los trabajadores de esta moderna plataforma que realiza la relación comercio-cliente mediante una aplicación de celulares. Lucas se enteró de la llegada de la empresa a la ciudad por medio de internet, se anotó, pagó 1000 pesos, le dieron el equipo el cual consiste en uniforme, casco y mochila, y comenzó a trabajar, “somos cerca de ocho, pero se van a sumar más”, sostuvo. 

“Nuestro aval es el monotributo, estamos legales. Nosotros trabajamos para nosotros”, destacó Lucas. 

Contó a RETRUCO que firmaron un contrato con la empresa: “Para hacer todos los papeles necesitamos un monotributo, CBU, o sea caja de ahorro, seguros para nosotros y para terceros”, sostuvo y aclaró: “Es todo legal, estamos cubiertos totalmente. La empresa te lo paga y te lo descuenta del sueldo”. 

El trabajo es similar al de los cadetes en motos: “Nos quedamos fijos en un lugar y mediante una aplicación de soporte te mandan dónde tenés que buscar el pedido y a dónde lo tenés que entregar”. Explicó que si surge algún inconveniente en el camino, como cuando se pincha una rueda, es sustituido por otro cadete. “Nosotros cobramos por la entrega y por la publicidad. Por hora son 110 pesos, por pedido son 60 pesos”, sostuvo Lucas, quien además tiene dos trabajos más. 

Con la aparición de esta nueva modalidad de trabajo, y de nuevos cadetes, aparecieron reclamos de los históricos delivery, con respecto a esto Lucas expresó: “Les diría a los otros trabajadores que es una nueva forma de trabajo, que ellos vienen facturando hace bastante más que nosotros, nosotros somos nuevos, y estamos en regla. Se van a tener que adaptar, incluso varios cadetes me han pedido para poder entrar a Pedidos Ya”. 

Cecilia, Marcelo y Lucas, los tres son cadetes, los tres tienen más de una fuente de ingreso, y nos expresaron sus ganas y necesidad de trabajar. Algunos de una manera tradicional, otros mediante nuevas modalidades, pero con la misma finalidad: poder tener un ingreso digno para sus hogares. Sería importante que en vez de una competencia entre los trabajadores exista una realidad en la cual los cadetes puedan llevar adelante sus tareas de manera digna y respetada, tanto por las empresas, la sociedad, y el Estado. 

El reclamo de Cadetes Unidos de Río Cuarto

A comienzos de julio un grupo de trabajadores identificados como “Cadetes Unidos Río Cuarto” solicitaron al Concejo Deliberante la modificación de la ordenanza actual 1223/2006 del servicio público de cadetería, “porque se encuentra en situación precarizada”. Hay una serie de puntos que expresaron y que quisieron dar a conocer para poner en agenda: hay cerca de 400 trabajadores en el rubro, se encuentran en situación de trabajo en negro, el seguro lo tiene que pagar cada uno, las aplicaciones nuevas la consideran una competencia desleal, hace años piden que se regularice este trabajo, existe cerca de 100 cadetes libres que están sin identificar, se encuentran lejos del salario mínimo vital y móvil.

Fuente: www.retruco.com.ar